Esta banda de Barcelona nació en 2010, y en 2011 autoeditaron su primer E.P., Omertà, que incluía cinco temas fieles al rock, con un regusto a derota ahogada en alcohol. Este pasado mes han presentado dos nuevas canciones, una versión de Cocaine Man de Baxter Dury y una sinfonía llamada El nadador. Por NORMA SOLANO

  • Morgan defienden el rock clásico para expresar los grandes temas inspiradores: la vida, el amor y la muerte
  • Con un cambio importante en la formación, la banda de Barcelona sigue con su trabajo en nuevos temas
  • Una de las novedades que ha presentado Morgan es una versión de Baxter Durty, del que se muestran fieles admiradores

Una imagen de la banda en su directo en el Bar Continental

Morgan son Tito Barguñó (Voz), Dani Rubio (Teclados), Edu Giménez (Bajo), Ferran González / Román Gasull (Batería) y Edu Hurtado (Guitarra), y arrancaron su proyecto en 2010, y según ellos mismos cuentan, “la única intención de los cinco miembros originales consistía en juntarse en un local de ensayo para reducir la cantidad de alcohol disponible en el mundo y, ya que estaban, dar con alguna melodía feliz que disimulara su aburrimiento”.

Para luchar contra ese aburrimiento, en 2011 grabaron y autoeditaron su primer E.P., titulado Omertà, y que incluía cinco canciones que ellos mismos definen como “canciones de largo recorrido y respiración asmática, con teclados y guitarras sin disimular y una sección rítmica aflautada”.

Sobre sus letras, nos cuentan que buscan mantenerse fieles a los tres grandes temas de la historia de la música: la vida, el amor y la muerte. Morgan ofrecen su E.P. al completo en el Bandcamp del grupo.

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Tras un cambio en la formación, la banda ha regresado este mes de mayo con dos nuevos temas que ellos mismos nos definen, mientras siguen trabajando y mirando hacia delante. Por el momento, Morgan todavía tienen mucho que contar.

Cocaine Man. Una versión medio afónica de un tema original de Baxter Dury, hijo del mítico Ian Dury. El propio Mr. Dury ha dicho “I love it, it’s great. Well done«.

El nadador: Una sinfonía alucinada que salta de estrofa a estrofa así como Ned Merrill recorrió el condado: de piscina en piscina, de trago en trago.