Sigue nuestro repaso a lo Mejor de 2012 de la mano de algunos de sus principales protagonistas. Hoy la atención recae en Aries, proyecto liderado por Isabel Fernández, a la que entrevistamos hace apenas unos meses para hablar en profundidad de uno de nuestros discos preferidos de 2012. La propia Isabel nos recuerda su concierto de presentación en Barcelona, con el Heliogàbal de nuevo como protagonista y las emociones a flor de piel. Un texto de ISABEL FERNÁNDEZ (ARIES) para SHOOK DOWN

Nunca había tocado en directo sola; nunca había lidiado sola con todos los agentes externos a un grupo; nunca había utilizado la infinidad de cacharros que ahora son mi día a día… Y sobre todo, nunca antes había tenido que afrontar mis inseguridades sola

Cartel promocional del concierto de Aries en Barcelona

Este año ha supuesto para mí numerosos cambios y duelos musicales. Nunca me había enfrentado a todo lo que entraña un “proyecto” musical yo sola: aunque siempre he escrito melodías, siempre he estado rodeada de amigos defendiéndolas.

Nunca había tocado en directo sola; nunca había lidiado sola con todos los agentes externos a un grupo; nunca había utilizado la infinidad de cacharros que ahora son mi día a día… Y sobre todo, nunca antes había tenido que afrontar mis inseguridades sola. Lo más bonito de  todo ello – aunque en muchos momentos he tenido que tragar saliva y en otros no he salido airosa-  es que tengo la conciencia llena de satisfacción por haberlo intentado.

Mi concierto en el Heliogabal me ponía especialmente nerviosa, ya que mi anterior paso por la Ciudad Condal había sido decepcionante debido a muchos problemas de sonido. Y porque el Heliogabal me inquieta: es un lugar tan lindo lleno de gente tan linda, que quieres estar a la altura.  De esa noche recuerdo especialmente la luz que había, que era preciosa, y me sentí muy a gusto tocando. Recuerdo las caras de la gente: mucha gente me sonreía… No sé si pude devolver las sonrisas porque en directo me tengo que concentrar tanto que a veces no sé ni donde estoy. Pero me sentí feliz.

Desde entonces he cambiado mi set dos veces y he cambiado la manera de tocar otras dos. Sé que estoy en un proceso largo y difícil, pero me gusta. Aunque a veces me da pánico, no entiendo hacer esto si no es arriesgando y evolucionando. Busco la canción perfecta y como sé que no la voy a lograr jamás, seguiré con mi búsqueda hasta que me muera!

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