Su notable paso por los Globos de Oro y su presencia como película multinominada en los próximos premios de la Academia hacen del film de Iñárritu una de las apuestas cinematográficas más sólidas de la temporada, además de revelarse en la más sólida a nivel visual de su director.

Iñárritu filma en un falso plano secuencia una de sus mejores películas hasta la fecha, superando la innecesariamente asfixiada Biutiful, regalándonos un único plano secuencia, formado en realidad por varios planos secuencia (cada día fue rodado como una sola escena)

PELÍCULA: Birdman
DIRECTOR: Alejandro González Iñárritu
INTÉRPRETES: Michael Keaton, Edward Norton, Zach Galifianakis, Emma Stone, Naomi Watts.
BÉLICA. Estados Unidos, 2014.

SINOPSIS: Riggan Thomson es un actor en horas bajas que trata de recuperar el prestigio perdido llevando a Broadway un relato de Raymon Carver. El proceso pondrá a prueba su delicado estado emocional .

Más allá de Biutiful: Superada ya la trilogía que dirigió junto a Guillermo Arriaga y olvidada la excesiva y fallida Biutiful Alejandro Gónzales Iñárritu se ha tomado con calma su vuelta. Y curiosamente su regreso ha sido muy estadounidense, dando forma a una historia mil veces contadas –los deseos de un actor de despegarse del papel que le dio popularidad- aunque narrada a su manera: cruzando los miedos y miserias de los distintos personajes que pueblan la trama, concentrada en unos pocos días –los días previos al estreno de la obra De Qué Hablamos Cuando Hablamos del Amor- y grabada en un (falso) plano secuencia, coreografiado y ensayado de manera concienzuda antes del rodaje del film.

Birdman está centrada en los miedos de Riggan Thomson, un actor de capa caída que trata de superar el estigma de su interpretación más conocida (encarnó en el pasado al superhéroe Birdman) estrenando una arriesgada y pretenciosa adaptación de un relato de Ramond Carver en Broadway.

Naomi Watts

Naomi Watts, en Birdman

 

La lucha de egos: Jugándose todo lo que tiene, Thomson ve como uno de los actores contratados se lesiona en la previa, lo que le lleva a recurrir al odioso Mike Shiner (Edward Norton), recomendado por la primera actriz Lesley (Naomi Watts) con el consentimiento de su sufrido productor, el aquí muy comedido Zach Galifianakis.

Lo que sigue es la tensa relación entre Thomson y Shiner, dos egos que chocan en la previa al estreno ante la mirada de Sam (Emma Stone), hija de Shinner y asistente en la obra en un intento de volver a la normalidad para superar su paso por un centro de rehabilitación.

Si el caos y los miedos de quien se lo juega todo ante el momento decisivo no fuese suficiente el bueno de Thomson se las deberá ver con su alter ego interior, una sombría voz en off (el Birdman que un día fue) que le recuerda lo miserable de su existencia y la inutilidad de sus intentos baldíos por recuperar la grandeza perdida.

Y es en esa dualidad donde descansa lo mejor de la película. Thomson se nos revela como una suerte de Quijote cansado, atrapado en un mundo al que no soporta (odia Twitter, ignora a los blogueros y no tiene Facebook, le recrimina su hija) pero al que necesita.

Ed Norton y Emma Stone, en la película

Ed Norton y Emma Stone, en la película

Sobre la fama y otros dramas: La película reflexiona así sobre las nuevas dinámicas, aludiendo a la importancia de las redes sociales y mostrando una mirada crítica y ácida también sobre el nuevo Hollywood, sosteniendo su relato dramático en el buen hacer de un Michael Keaton presentando por el propio Iñárritu en algunas entrevistas como “el abuelo de esta imparable ola de franquicias de superhéroes”, si bien Keaton se las ingenió bastante bien para desarrollar una carrera cinematográfica post-Batman sin tantos traumas como los mostrados por Thomson.

La película no se ahorra reflexiones varias sobre la fama, el prestigio, la popularidad y el arte –el recorrido de una obra en Broadway se reduce a la crítica que reciba el día siguiente y el teatro mismo es visto como el divertimento de “1000 ricos cuya máxima preocupación es donde tomarán el café al acabar la obra”, valiéndose eso sí de lugares comunes pero desprendiéndose de la gravedad emocional, casi asfixiante, de sus últimas producciones.

¿El mejor Iñárritu?: Curiosamente, en una película que pone a varios egos en posición de combate (Thomson vs Birdman, Thomson vs Shiner, Thomson vs la afilada crítica que espera denostar su propuesta teatral al considerarle un pretencioso) Iñárritu no olvida el suyo, lo que termina por dejar la sensación de que a ratos se gusta demasiado a sí misma. Nada grave gracias a un estupendo Michael Keaton, merecedor de un Óscar que seguramente le arrebatará Eddie Redmayne. ¿Qué opinará Birdman al respecto?