Con su carrera en solitario al margen de Shake consolidada Alberto Montero ha editado ya varios discos bajo su propia firma, dibujando un universo propio que tuvo en Arco Mediterráneo (BCore, 2015) uno de sus mejores episodios. Desde su traslado de Valencia a Barcelona y la despedida de Shake en 2009 la paleta de colores de su discografía en solitario ha ido virando de la psicodelia inicial de sus discos con Shake a una vertiente más folk, matizado entre sonoridades mediterráneas y latinoamericanas, un cruce de caminos que ha alcanzado su plenitud en sus últimos trabajos, sirviendo de ejemplo este Arco Mediterráneo presentado con honores en Primavera Sound, semanas después de su remarcable puesta de largo en un Heliogàbal con entradas agotadas, compartiendo escenario con Ferran Palau y su banda.

Meses después de la salida de su mejor trabajo hasta la fecha Alberto Montero participará el próximo sábado 17 de septiembre en la fiesta mayor del barrio dels Indians de Barcelona, formando parte de un doble cartel en acústico en el que también estará Xavier Calvet de Bullit. Lo aprovechamos para repasar con él algunas de las claves de su mejor disco hasta la fecha. Adjuntamos también unas notas de los organizadores de su concierto en els Indians, contextualizando la fiesta del próximo 17 de septiembre.

ALBERTO MONTERO, EN LAS FIESTAS DELS INDIANS
La idea de organizar conciertos en las fiestas dels Indians salió hace un par de años. Recuerdo que estaba con unos amigos en las fiestas de Poblenou y entonces lo veía un poco como una utopía. Al poco tiempo nos plantamos en el local de la comisión de fiestas para plantearles la propuesta. Al principio nos miraron un poco raro…jejeje , pero a su favor tengo que decir que fue un primer acercamiento muy satisfactorio. Finalmente salieron adelante, sobre todo gracias a la predisposición de los grupos que vinieron a tocar: Ran Ran Ran, Her Little Donkey y Bear Beer. Tras la buena experiencia de la primera edición volvemos a organizar conciertos en la Festa Major dels Indians. Será el próximo sábado 17 de Septiembre a partir de las 12h, con los acústicos de Alberto Montero y Xavier Calvet. Lugar: Plaça del Rom Cremat, Barcelona. ¡Os esperamos para hacer el aperitivo!

Este año has presentado Arco Mediterráneo (Bcore, 2015) en varios festivales, algunos meses después de su lanzamiento. Ahora que hemos ganado un poco de perspectiva respecto a la fecha de lanzamientos, ¿qué valoración haces de lo que ha representado Arco Mediterráneo para ti?
Este disco me ha hecho ganar más audiencia, sobre todo gracias a la canción Madera Muerta, que le gustó a mucha gente y apareció en muchas listas de reproducción. Creo que eso ayudó a entrar en festis tan grandes como el Primavera y el FIB.

 Más allá de ese balance personal, ¿con qué feedback te quedas respecto a la respuesta de crítica y público?
Es apasionante ver la disparidad de opiniones e interpretaciones de algo que has escrito en tu habitación. Hay gente que le alucina mucho el principio del disco y otra que lo que más disfruta es la cara B, mucho más oscura. Una muestra más de que no hay que pensar en el público al hacer música. Muchas veces los prejuicios y los miedos nos asaltan y piensas cosas como “esta frikada no la va a entender nadie” o “esto es demasiado comercial y me lo van a recriminar”. Si te satisface el resultado, si de verdad amas lo que has hecho, alguien más habrá por ahí que lo ame, de eso no hay que preocuparse. Hay que librarse de esos lastres para crear con libertad. Ni pretender hacer canciones para ganar más fama y repercusión ni para contentar a la policía del underground. Hay que desalojar a ambas policías de tu cabeza.

Entiendo que el balance es positivo
Me quedo satisfecho porque la recepción y la crítica han sido muy buenas. Sólo ha habido un pequeño pero en alguna crítica, y es que no ofrecía nada nuevo a lo expuesto anteriormente. Esto me afectó, creó un poco de bloqueo creativo, pero llegué a la conclusión de que siempre hablo de lo mismo porque siempre es lo mismo lo que me habla.

Además del concierto de presentación del Helio imagino que un momento importante fue el de poder presentarlo en el Primavera Sound. No sé si ha sido el disco con mayor recorrido ante la crítica pero me da la impresión que es el que mejor define tu trayectoria en solitario, aportando nuevos matices. ¿Te llevas la misma sensación?
Creo que es mi mejor disco hasta la fecha, y además ha habido un muy buen equipo detrás trabajando como es Louise y Jordi de BCore, Estefanía y Belén de Plan-B y nosotros mismos a la hora de buscar conciertos, sobre todo Marcos y Xavi. Presentarlo en el Primavera fue una experiencia muy bonita, vivir algo que creía que ya no viviría, por edad y por propuesta. Creo que nuestra propuesta no es muy festivalera, pero a pesar de la hora y de ser un escenario pequeño vino a vernos mucha gente. Me hizo muy feliz.

Siguiendo un poco con lo que comentábamos de la respuesta del público. ¿En qué crees que variado más tu manera de trabajar desde Shake?
En realidad no ha variado nada. Quizás por eso siempre acabo haciendo cosas similares, jajaja. La canción siempre nace con un chispazo mientras juego con la guitarra, grabo ese momento en el móvil y si el chispazo es muy grande a veces se desarrolla solo y, si no, postergo su desarrollo para más adelante. Voy sembrando el móvil de ideas y en un momento determinado hago la cosecha y empiezo a desarrollarlas más, ponerles letra, etc… De todas formas ahora compongo más con el piano, así que tal vez esa sea la variación más grande. Además, con Shake tenía tantas canciones desde que empecé a escribir con 17 que iba siempre un disco adelantado. Ahora es más tortuoso para mí hacer un disco: un camino lleno de dudas, de esfuerzo y de falta de tiempo.

Haciendo un poco de memoria, en cierto modo se da una transición entre los dos proyectos en 2008, cuando sacas tu primera referencia con tu nombre, en el que ya en las notas de Bcore se indica que se alterna “la vertiente más folk con los elementos lisérgicos” de las obras previas. ¿Hubo una transición natural entre proyecto y proyecto?
Bueno, mi primer disco es con Greyhead. En BCore entro con el Puerto Príncipe. La diferencia entre el disco Alberto Montero y lo que hacía con Shake es muy clara debido a que sin esa diferencia no habría existido disco. Si hubiera hecho lo mismo que con Shake no hubiera sacado disco en solitario, me hubiera guardado las canciones para Shake. Pero Juan Pedro Greyhead me propuso hacer un disco con las canciones más acústicas que tenía y que no tenían salida con la banda. En aquel momento no me tomaba muy en serio mi proyecto en solitario. Fue a partir de Claroscuro cuando lo cogí con más fuerza.

Musicalmente, ¿qué fue lo más te costó conseguir al cambiar de ciudad?
Cuando llegué a Barcelona en 2009 estaba en un momento complicado en lo musical. Había dejado Shake, que era mi banda desde el año 2000, y no me planteaba muy en serio lo de tocar en solitario. Además no conocía a nadie aquí. Contacté con gente que había conocido por Myspace, como Víctor Partido, con el que hice un concierto tocando canciones mías en el Músiques Disperses, o Román Gil, que al final me ha acompañado en mis tres últimos discos. Al final, un vecino chileno amigo nuestro y un músico y bajista excepcional, Juan Pablo Olavarrieta, es el que me animó a volver a tocar y montar banda. Llamé a Marcos Junquera (Betunizer, A Veces Ciclón), que ya grabó mi primer disco, y a Román y volví a tener una. Con ellos desarrollé y grabé el Claroscuro, un disco muy especial para mí porque refleja esos primeros duros días en Barcelona y fue el primero en que empecé a hacer canciones en castellano.

Fue una integración natural, por lo que cuentas
Poco a poco me fui integrando en la ciudad. Recuerdo cada vez que pasaba cerca de la tienda de BCore, en Gràcia, suspirar por estar en ese sello algún día. O ser fan de Za! y cuando me encontraba con Pau en el Helio, por ejemplo, hablar con él y ponerme nervioso de la timidez. Ahora estoy en BCore, gracias a Marcos, y soy amigo de los Za!, sobre todo de Pau, que además es vecino. Ha sido bonito y reconfortante tener aceptación en un entorno con gente a la que admiro y que antes veía inalcanzable.

Imagino que el formar parte de un sello tan arraigado a Barcelona como Bcore habrá ayudado en esa dirección. ¿Cómo y cuándo se da tu primer contacto con el sello?
Conocía a BCore por Estrategia Lo Capto, creo. Ahí empecé a seguirlos un poco más. A Standstill los conocí cuando ya se habían ido del sello, pero sabía que habían estado allí. Sin embargo, conocía a Maria Rodés antes de entrar al sello y me alegró que fichara por BCore. Era un sello que me gustaba lo que hacía, y los Junquera siempre me hablaron bien de ellos. Con Claroscuro empecé a mover más el disco por redes y a contactar personalmente a periodistas. Eso hizo que salieran reseñas, además muy buenas, del disco en medios como Mondosonoro o Rockdelux, o en Radio 3 gracias a Luis de Benito. Algo impensable para mí en aquel entonces. El click de buscar un sello que me pudiera dar un poco más de visibilidad sucedió un poco después, mientras buscaba sello para un minialbum que hice con el guitarrista Jesse Sparhawk, Montero de Halcones. De repente dije, “¿y por qué no estoy buscando sello para lo mío?” Total, que Marcos le recomendó encarecidamente a Jordi mi fichaje y ahí estamos desde entonces.

De Arco Mediterráneo, en parte por el nombre, se ha comentado en casi todas las reseñas que he leído el elemento geográfico, su importancia en las letras más allá del disco. ¿Qué incidencia tuvo a nivel compositivo?
Tiene incidencia como continente de imágenes nostálgicas. El espacio donde me suceden las cosas es importante cuando recreo momentos o sensaciones. Es como establecer un marco, un contexto. Barcelona fue muy importante en Claroscuro. El Puerto de Sagunto y los espacios que habité en mi adolescencia han sido muy importantes en este último disco.

Creo que Santiago de Chile juega también una incidencia importante en el álbum. A nivel sonoro hay más matices. ¿Dónde encuentras la inspiración para las aportaciones más sensoriales? Lo pregunto porque a veces da la sensación que das importancia a lo físico, a la paleta de colores.
Me muevo mucho por lo sensorial y lo intuitivo. Es como registro la música en mi cabeza cuando la escucho y como la intento sacar después en canciones nuevas. Con las letras pasa lo mismo, intento transmitir lo mismo. En general, lo que intento transmitir es belleza. De ahí saco la inspiración. Da igual que sea el momento en que entran los trombones en “Maybe The People Would Be The Times” de Love o el momento en el que te quedas mirando el árbol de tu calle por la noche. Son momentos de belleza infinita y mi aspiración es recrearla.

Leí una crítica con la que coincido en parte, a la hora de señalar un tramo más luminoso del disco y uno más oscuro, en la recta final. Dentro de la paleta de colores que te ofrecía hacer un trabajo “de inspiración mediterránea”, ¿hasta qué punto era importante dotar al disco de matices?
No lo sé, son cosas que no me planteo mucho. Voy haciendo, intento añadir en la grabación todo lo que suena en mi cabeza. Después el disco gana todavía más con las aportaciones de Román, Xavi y Marcos. A la hora de organizar las canciones sí que intento hilar una mínima narrativa, pero es lo más cerca que estoy de conceptualizar un disco. Las propias canciones son las que me cuentan luego mi historia, y puedo ver lo que ha ido sucediendo en los últimos tiempos.

La presentación oficial del disco de la que hablábamos antes fue en formato banda, que es con el que llevaste a cabo la grabación. ¿Qué recuerdas de tu cita en el Helio? Pues fue muy bonito, tocar en el Helio es tocar en casa. Encima con amigos como Ferran, al cual admiro mucho. De hecho, ese día toqué Trenca la Branca, de Animic. La única pena es que no pudimos tocar todos, faltó Marcos, y tenemos un poco de espinita clavada con lo de hacer un concierto en Barna con banda completa (aparte del Primavera, claro).

Otro formato en el que te hemos visto en varias ocasiones es el formato solo, algo común en otros discos próximos al folk. ¿En qué crees que cambia más la puesta de largo?
Cuando toco solo puedo cambiar totalmente el repertorio, tocar canciones que con banda habitualmente no toco. Además da una libertad muy chula el tocar solo: controlar los tempos, retrasar las entradas… Me gusta.

En acústico podremos verte también en la Festa Major dels Indians, un concierto imagino que importante para ti al estar cerca de tu casa. Más allá de la anécdota, imagino que tocar las canciones tan cerca del lugar donde su compusieron tiene su gracia. ¿En qué te inspiraste más para cerrar las canciones?
Sobre todo que el disco anterior se llama como la calle en la que vivo, así que podré tocar canciones de Puerto Príncipe a dos calles de la calle Puerto Príncipe. Va a estar muy guay, yo creo que la gente del barrio no tiene ni idea de que hago música (más allá de los vecinos que soportan mi piano o guitarra) y será curioso que me vean subido a un escenario.

Compartirás escenario con Xavier Calvet de Bullit. ¿Alguna conexión extra Shake – Bullit?
No, nunca. Pero una vez toqué en el Rock’n’Tapes de Sant Feliu de Guíxols y nos conocimos. Recuerdo que toda la peña de Sant Feliu fue muy maja y acogedora y me alegro de compartir cartel con Xavi.

Escucha Arco Mediterráneo de Alberto Montero en Bandcamp: