En activo desde mediada la pasada década de los 2000, The Beets se han movido siempre en un catálogo de influencias que va de los Ramones a Daniel Johnson, lográndose hacer un nombre propio desde que llamaran la atención de Captured Tracks o Hardly Art, prestigiosos sellos estadounidenses con los que han presentado sus dos últimas obras. Por RUBÉN IZQUIERDO. Fotografías de FEDERICO BOLAGNO

  • The Beets proyecto liderado por el charrúa Juan Wauters, lleva publicados hasta la fecha tres discos de esencia garage
  • La banda ha logrado hacer de sus directos auténticos rituales, temas cantados a tres voces trufados de gran intensidad escénica
  • Todos sus discos cuentan con el notable trabajo del ilustrador Mathew Voltz, gurú espiritual de la banda según cuenta el propio Wauters

La formación actual de The Beets, en una imagen de archivo // F. Bolagno

De raíces hispanas -su solista es el uruguayo Juan Wauters, y el bajo es el también latinoamericano Jose Garcia– el grupo debutó de manera oficial en 2004, cuando editó Spit In The Face Of People Who Don’t Want To Be Cool.

Aquel disco primerizo les abrió la puerta al panorama más independiente de Nueva York, concretándose su fichaje con Captured ya para su segundo álbum, Stay Home, con el que lograron una relativa repercusión al aparecer ya en medios como Time Out NY o Pitchfork.

Let The Poison Out es hasta la fecha su último trabajo, firmado para Hardly Art y grabado por Gary Olsen, con quien han grabado su obra más reconocible, puliendo sus aristas lo-fi hasta lograr una brillante concreción del género, una de las marcas de la casa juntamente con el espectacular artwork firmado por el ilustrador Matthew Volz en cada uno de sus álbumes publicados hasta la fecha.

Collage con las ilustraciones de Voltz para The Beets

En su tercer álbum, Wauters bucea en el género logrando firmar piezas de gran nivel, incluyendo la cantada en español, la notable Preso voy, por más que sea en otras como Now I live o Doing as I do donde el grupo parece alzar el vuelo con más solvencia, así como en Without you, puro Daniel Johnston.

De esencia garage, la música de Wauters y los suyos se ha contagiado del entorno neoyorquino desde donde empezaron a componer su música: Jackson Heights, en Queens. Desde allí, The Beets empezó a trazar su camino musical, con Wauters arropado por el propio García y por Volz, poco menos que el gurú intelectual de la banda, responsable como hemos dicho de su artwork. Junto a ellos, la figura del batería fue cambiando hasta que la estabilidad llegó de la mano de Chie Mori, actual tercer miembro del grupo y plenamente consolidada ya en el trío.

Más allá de las obligadas referencias –Ramones, el citado Johnston– el grupo no olvida la ascendencia uruguaya de su solista, quien ha citado en varias entrevistas a nombres clave del rock charrúa como El Kito o Totem, un respecto a los orígenes, raigadumbre reforzada por los problemas de integración que tuvo al llegar, cuando abandonó Uruguay junto a su familia por problemas económicos. «Cuando hice amigos quisieron americanizarme, y acabé uruguayizando yo«, explicaba Wauters en una entrevista concedida a Rolling Stones Argentina tras el lanzamiento de su disco segundo en el mercado USA, quien señala a Eduardo Mateo como uno de los nombres a partir de los cuales explicar su música.