Casi seis años de silencio. Una espera lo suficientemente larga como para acoger lo nuevo de Beth Orton con un optimismo desmesurado, que nos confirma su voz como una de las apuestas más certeras del folk contemporáneo. Tras un intenso periplo vital, Orton alcanza el equilibrio y se regala a sí misma una obra llamada a trascender. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Esperado regreso de Beth Orton, de visita el pasado verano abriendo para Bon Iver, confirmando su compromiso con su vena más íntima y folk
  • Como en su último trabajo, publicado hace seis años, Orton vuelve a centrarse en un sonido aúpado por guitarras y cuerdas

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Meses después de confirmarse la presencia de Justin Vernon en el Poble Espanyol el pasado verano, la alegría definitiva nos llegaba con la confirmación de que Beth Orton se encargaría de abrir aquella noche, confirmada al fin como una de las más evocadoras del pasado verano. El motivo de júbilo era doble. De un lado significaba el poder ver a uno de los grandes nombres del folk contemporáneo de nuevo en vivo. Del otro indicaba el regreso, inesperado, de la autora de hits como She cries your name -!qué lejos queda Pass in Time¡-, un evidente motivo de entusiasmo para todos los que tenemos a la autora de Confort Of Stranges en nuestro particular santoral folk.

Beth Orton, en Barcelona el pasado verano // A. Vandelay

Casi seis años de aquel último trabajo suyo, su concierto en el Poble Espanyol sirvió para empezar a conocer algunos de los temas que ilustran Sugaring Season, un trabajo que llega tras un intenso camino interior, una pericia vital bajo la que ha perpretrado uno de sus mejores trabajos folk. Lo ha hecho desde la calma, con un deliberado sentido otoñal que rompe en parte con la desazón de su trabajo anterior, algo que marca ya desde los primeros temas, como si el largo invierno de Confort Of Stranges dejase paso ahora a algo mucho más cristalino.

En la larga pausa de los dos últimos discos de Orton ha habido tiempo para casi todo. Fue madre soltera, sufrió una depresión, se volvió a enamorar y tuvo otro hijo, completando un recorrido vital que le ha llevado al estado lumínico actual, que brilla sobre todo en determinados momentos  de Dawn chorus, uno de los temas que abren el disco o en Something more beautiful. Un cambio que completó con nuevo sello, incorporándose a Anti, donde ha terminado por presentar su nuevo disco. Todo ello cristaliza en Sugaring Season, el tiempo en el que las frutas maduran,una feliz metáfora de su propio cambio vital, el florecimiento de su nueva vida artística, en un trabajo que no desmerece toda su producción anterior.

Pese al (evidente) cambio vital de Orton entre Confort Of Strangers y Sugaring Season el álbum mantiene con aquel algunos puntos en común. Es menos denso, sí, pero mantiene la apuesta por la acústica que inició entonces, un folk de base realzado con el juego de guitarras y cuerdas que se destilan en el disco, en una apuesta intimista, a ratos lumínica (Call me the breeze), a ratos onírica (Poison tree, Last leave of Autumn), pero tomando siempre su vena más folk como hoja de ruta para completar el camino.

Orton, en un momento de su directo //A. Vandelay

El disco incluye en su versión deluxe tres covers, versionando a nombres como Jonathan Richman (That summer feeling) o Goffin & King, de quienes adapta dos temas (I wasn’t born to follow y Goin’ back), en un LP que aparece casi como un caso de justicia poética. Y es que con Sugaring Season Orton ha logrado uno de sus mejores discos -la capacidad de emocionar en Last leaves of Autumn carece de límites- justo en un momento en el que el folk de cuna parece batirse en retirada. Nombre capital en el resurgimiento del género, que vuelva justo ahora nos parece un formidable guiño del destino, además de ser la feliz constatación de que  Orton, al fin,  está de regreso. Seguramente no se había ido del todo -ha seguido componiendo en su casa, según ha revelado en alguna entrevista- pero con el regreso insufla una poderosa bocanada de oxígeno al género por el que siempre ha profesado gran interés.

Volviendo a su retorno en directo abriendo para Bon Iver, había que ver el entusiasmo con el que presentaba algunas de las nuevas canciones del entonces inédito Sugarin Season al que daba ya sus últimos retoques. Feliz de volver a los escenarios, armada con una sola guitarra y sin acompañamiento de banda, Orton regaló algunos instantes de magia, haciéndonos retroceder en el tiempo a aquellos que disfrutábamos del regreso emocionados en las primeras filas, sin atender al murmullo que llegaba del fondo del Poble Espanyol.

Ya por entonces nos pareció que su nuevo disco requiere, casi implora, de un directo íntimo y recogido. I wasn’t born to follow o Goin’ back así nos lo confirman. Disco otoñal, de escucha nostálgica, ideal para la calidez del sol de media tarde o para las mañanas de domingo gris como la de hoy, hay en Sugaring Season mucho de ese folk que emociona y conmueve. Y queda, sobre todo, el gozo de quien regresa pletórico tras haber coqueteado con un adiós convertido al fin en un largo silencio, interrumpido al fin con una sonrisa y un rasgueo de guitarra. Lo dicho: Goin’n back.

Otro instante de su actuación en directo el pasado verano // A. Vandelay

Escucha Sugaring Season en Spotify.