El pasado 4 de septiembre salía a la venta Sun, noveno disco de estudio de Cat Power y uno de sus trabajos más logrados hasta la fecha. Un trabajo accesible y lumínico -pese a la enjundia de sus letras- resuelto con uno de esos temas llamados a trascender, la brillante y larga Nothin but time, tema que redime cuatro años de silencio, seis desde la última publicación de material inédito. Por RUBÉN IZQUIERDO. Fotografría de STEFANO GIOVANNINI

  • Cherokee, su single de obertura, cuenta con un notable remix a manos de Nicolas Jaar y hace las veces de vibrante punto de partida
  • Nothin but time, con cameo de Iggy Pop al final del tema, eleva el disco a algo especial, un tour de force de más de diez minutos, perfecta
  • Chan Marshall será una de las grandes protagonistas del próximo Primavera Club

Primavera Sound confirmaba el pasado miércoles a Cat Power como una de las propuestas más atractivas para el próximo Primavera Club, convirtiendo la ya tradicional otoñal en una magnifica oportunidad para asistir al directo del retorno de Chan Marshall.

Sun contiene, en este sentido, lo mejor de la esencia de nuestra protagonista. Concebido como un trabajo en el que ha querido reflejar lo mejor de ella misma, superados ya viejos problemas del pasado, hace de Sun un reflejo fiel de su autoría musical, una reducción a la esencia que comienza a desgranar ya en Cherokee  y que mantiene intacta a lo largo de las 11 canciones que conforman el disco.

Y tiene mérito hablar en estos términos en casos como el de Chan Marshall, que factura aquí su noveno trabajo de estudio, facturando una explosión de sonidos, música y sensaciones, letras tristes brillantemente envueltas en un ejercicio de épica musical del todo convinvente, que arranca grande como decíamos en Cherokee -la remezcla de Nicolas Jaar es soberbia- y que nace con cierta sensación de perdurabilidad, sobre todo en la excelente Nothin but time, candidata sin reparo a Canción del Año: 10 minutos de emoción desnuda, piel erizada desde sus primeros compases mantenidos hasta el glorioso cameo final. Podría resultar el resto del disco un ejercicio vacio -no es el caso- que sólo con la mera presencia de Nothin but time el resultado global sería notable. Una delicia, el tiempo dirá hasta donde alcanza la memoria del disco.

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Cat Power, Ruin

Temas hipnóticos, un magistral uso de los teclados y una atmósfera en suma conmovedora -el arranque de Ruin resulta, en este sentido, evocadoramente conmovedor-, adictiva por momentos -ahí está 3, 6, 9 para demostrarlo- o simplemente notable, como en Always on my own, donde Chan brilla con uno de sus habituales rasgueos de guitarra.

Y el disco nos lleva así hasta el cameo de Iggy Pop en la magistral Nothin but time ya al final del disco, tras deslizarse con encanto por temas como Manhattan o Silent Machine. Hábilmente situada en el tramo postrero del disco, la presencia de Iggy hace las veces de perfecta guinda, en un tema por otra parte de lo más convincente: una explosión de épica que culmina el torbellino de emociones desatados a lomos de la variedad estilística con la que nos premia Chan Marshall.

Sun hace las veces así de glorioso regreso notable. El disfrute en directo del disco, al que anticipamos épico, lo reservamos para el próximo Primavera Club. Ganas.

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