Con la publicación de Only My Dreams (Sub Pop 2011), las Dum Dum Girls tenían ante sí un reto más que complicado. Igualar la excelente colección de críticas que recibieron tras la publicación de su primer trabajo –I Will Be las situó en la pole positión de la ola de nuevos grupos femeninos cercanos a lo garajero que surgieron con fuerza a partir de 2009- era algo que difícilmente iba a pasar, y una vez editado el disco podría decirse que lo han logrado a medias: Only My Dreams es una digna continuación de aquella notable puesta en escena, si bien ligeros cambios de sonido puedan descolocar por momentos a los que salieron encantados de su primera propuesta. Disfrutadas varias escuchas del LP, uno se atrevería a decir que las Dum Dum siguen siendo ellas mismas, y si bien han perdido algo de la rabia que lucían sin tapujos en su primer trabajo mantienen sin problemas su lugar en la vanguardia de lo lo-fi, en pleno pulso abierto con las Vivian Girls después del excelente Share The Joy que Cassie Ramone y las suyas lanzaron a inicios de año.

Producidas de nuevo por Sub Pop, Dee Dee Penny (Kirsten Gundred en realidad) y las suyas siguen apostando por temas directos, melódicos, con el toque garage tan de la casa y alguna concesión a lo pop que no desmerece un resultado más pausado y oscuro -el disco está dedicado a la madre de Dee Dee, fallecida meses antes de la grabación, siendo constantes las referencias a la pérdida de lo querido- que retoma la esencia del grupo en temas como Coming Down (inusualmente largo, al ser un corte de más se deis minutos de duración) o Just a Creep, puro momento Dum Dum.

La renovación del estilo, es cierto se nota en los temas más olvidables del disco. Heartbeat y Hold Your Hand quedan más lejanas al estilo marca de la casa, todo lo contrario que aquellos temas en los que parecemos reencontrarnos con la misma energía de su primer trabajo. Hablamos, claro, de la citada Coming Down o de Always Looking, temas en los que la esencia de la banda se reconcilia consigo misma.

Mención aparte merece el single de obertura el nuevo trabajo. Bedroom Eyes es el mejor aval para seguir defendiendo la vigencia de unas Dum Dum que le han dado a su primer single todo lo que debería tener un corte de entrada: estribillo pegadizo, una Dee Dee solvente bien acompañada por la banda, que consolida la propuesta del grupo en un loable disco de continuación. Superado el arrebato con el que se presentaron dando un golpe encima de la mesa, Bedroom Eyes legitima su presencia entre las grandes. Y que dure. A. VANDALAY

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