No por previsible deja de ser noticia, pero lo cierto es que el Boss ha vuelto a lograr una extraordinaria respuesta del público barcelonés de cara a su inminente gira mundial que arrancará en Sevilla el próximo mes de mayo.

La demanda fue tal que a primera hora de la mañana el servicio se colapsó, y durante la jornada matinal fue muy complicado hacerse con una entrada para el concierto del Estadi Olímpic. Según fuentes de Ticketmaster, el sistema se saturó a las 10:08 horas, ocho minutos después de ponerse a la venta las entradas, lo que ralentizó en sobremanera el ritmo de la misma. Durante las dos primeras horas sólo pudieron expenderse 6.055 entradas, mientras la cola de espera virtual fue creciendo exponencialmente, hasta el punto de desaparecer el contador de minutos con el que el servidor orientaba al potencial usuario el tiempo que debía esperar para comprar su entrada -nosotros, a modo de ejemplo, pasamos de estar en un tiempo de espera de seis minutos a 32, para ver como nuestro contador desaparecía posteriormente de manera indefinida-.

Captura de pantalla que ilustra el momento del colapso

Sobre la una de la tarde, siempre según Tickmaster, el sistema fue recuperando poco a poco la normalidad, llegándose a las casi 15.000 entradas vendidas a las 14:25 horas. A la tarde la venta funcionó sin problemas y el ritmo incluso incrementó de manera sustancial, llegándose a las 45.324 entradas vendidas a las 18:30 horas. Las entradas se agotaron poco después, lo que confirma el enorme tirón que el de Jersey mantiene intacto en Barcelona, una de sus ciudades fetiche.

La organización confirmó además que ya se han tomado medidas para evitar un nuevo colapso mañana jueves, cuando se pondrán a la venta las entradas de Madrid, y el viernes, fecha programada para la venta de entradas del concierto de Anoeta en San Sebastián. La última localidad que verá puestas a la venta sus entradas es Sevilla, curiosamente la ciudad donde arrancará la gira.

La nueva reunión entre Springsteen y la E Street Band será la primera desde el fallecimiento de Clarence Clemons, y servirá además para presentar el disco que el Boss presentará el año que viene, cuyo trabajo sigue sin nombre a día de hoy.