Ah, el paso del tiempo y el cambio de las etiquetas. Mucho ha llovido ya desde la irrupción de Maika Makovski, una llegada que nos pilló por sorpresa y que nos hizo redundar en el tópico. A todos nos subyagó la letra pequeña de su biografia, su procedencia macedonia. El valor de lo exótico. Quizá entonces nos entretuvimos tanto contando sus orígenes que no reparábamos lo suficiente en el valor de su obra, algo que empezamos a cambiar cuando comenzó a ganarnos el corazón en su asalto al BAM 2010. Y todo lo bueno que se escondía antes tras la anécdota, todo cuanto empezó a despojar concierto a concierto, explota ahora. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Nuevo regreso en apenas unos meses tras su celebrado paso por el teatro de la mano de Desaparecer
  • El resultado, un feliz coctail estilístico para el regreso de Maika Makovski, responsable de un nuevo álbum lumínico y vital que aparca la sonada densidad de su trabajo anterior
  • The Boots On Tour la traerá a Barcelona el próximo 14 de abril para presentar su nuevo disco en la Sala Bikini

The Boots Tour 2012

Un verano después llegó su segundo asalto, éste al teatro, y con el Desaparecer, obra que fue un disco y que hizo de Maika Makovski uno de los nombres a partir de los cuales explicar 2011. En 2012 llega Thank Your For The Boots. Con la partida ya ganada, a Maika le queda recoger lo sembrado. Y a nosotros, seguir disfrutando.

Admito que fui de los que acudí a su icónica presentación en el BAM atraído por aquella coletilla. Macedonia y Baleares, buena mezcla que no podía fallar. Y no falló. Ya por entonces demostró, el MACBA como testigo, audiencia entregada, que había mucho más, que su música desprendía algo propio, innato. Una feliz mezcla de estilos que terminan por explotar en Thank You For The Boots, un nuevo paso adelante -el enésimo- en un camino cada vez más ascendente, escaleras que suben y suben en su feliz caledoscopio.

En una entrevista reciente publicada por Mondosonoro, la propia Makovski reflexionaba sobre esa mezcla estilística -hablamos de pop, de rock, de jazz, hablamos de muchas cosas en realidad. sin cuya presencia no podemos explicar su música, el sello de fábrica de una Makovski que no entiende de fórmulas singles, que no puede, ni quiere, definirse con un hit. Lo suyo es una carrera de obstáculos, laboriosa y trabajada, tan sólida como los compactos que termina por presentar.

No hay en su discografía, de hecho, un sólo álbum que peque de irregular, que acuda a la -a nuestro juicio desacertada- fórmula de confiar la suerte del álbum a uno o dos tema. Son discos rotundos, desde el homónimo publicado en 2010 -que era en realidad su segundo disco- cuando la conocimos en el BAM al lanzado a rebufo de Desaparecer. Y todo ello lo confirma ahora con este Thank You… que empieza ya arriba con Language y que no baja de las alturas, dispuesto a sobrevolar en ese momento dulce en el que parece haberse instalado. Un sobrevuelo lumínico, optimista, vital.

Disfrutada la densidad absorbente de Desaparecer -notable en el disco, excelente en su puesta de largo teatral- Maika Makovski nos ofrece ahora su vertiente más vigorosa y feliz.

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Grabado en las afueras de Sevilla, ese cambio en el estado de ánimo permanece intacto en en Get along y lo corrige y aumenta en Your reflection, los dos temas que preceden al de presentación. Las influencias jazzistícas se notan sobre todo en el manejo del piano y engrandece la propuesta, confirmando la valentía de la autora de Lava Love a la hora de seguir creando obras que responden por sí solas a lo que son. No hablamos de reformulación porque el toque Makovski sigue ahí. Hablamos de precisión a la hora de captar el estado de ánimo del momento, la fotografía -o litografía, si atendemos a la belleza de When the dust clears, un derroche instrumental que nos empuja a levitar.

Con el disco ya ganado, Maika se permite el divertimiento propio. Disfruta en Cool cat, nos envuelve en Vulnerable y nos regala dos piezas finales para remarcanos su estado de ánimo feliz. Finalizar con un sueño, A dream, nos parece la mejor solución para resolver el final del disco con un nuevo giro, el último guiño de un caleidoscopio empeñado en mostrarnos las diferentes caras de la felicidad.

Maika Makosvki, en una imagen promocional para su nuevo disco