Maïa Vidal es (era) un tesoro guardado. Un secreto oculto, cada vez menos, que compone canciones dulces y amables partiendo de una voz angelical, acompañada de una melodía optimista y vital acentúada por el carácter multi-instrumentalista de nuestra protagonista. El resultado es un folk amable, abierto a otras formas -desde versiones de Rancid a un vals- que hablan bien de una mujer que es puro ecletismo. Franco-americana residente en Barcelona, Vidal había destacado hasta la fecha en su faceta quizá más desconcertante (y efectiva). Hablamos, claro, de Your Kid Sister, el proyecto que arrancó antes de publicar su primer disco propio.

En Your Kid Sister, Vidal jugaba a realizar versiones de Rancid con los mismos instrumentos con los que se ha decidido a dar el salto en solitario. De aquella aventura acordeonada, imposible de pensar con resultados gratísimos e inesperados, salió un EP de versiones, una Amelie de reminiscencias punk que revestía temas como Daly City Train en otra cosa, ajena al punk y enmarcada en estilo propio e indiscutible. Un experimento en suma delicioso del que dejamos lista Spotify para su completo disfrute.

Portada de God Is My Bike // www.maiavidal.com

Del proyecto Your Kid Sister, Vidal rescata Poison, consagrando en su mayor medida al folk el resto de un primer trabajo de sumo interés, que revela a la cantante de origen neoyorquino como algo (bastante) más que una promesa. De voz angelical, algo que resalta con el uso incidental de los instrumentos que maneja (violín, acordeón, instrumentos de juguete) y que le permiten crear una atmósfera muy personal y autoreferencial, casi siempre en inglés -salvo Je suis tranquille y Le Tango de la femme abandonnée y con un último guiño a su proyecto anterior en forma de nueva versión de Rancid, la excelente revisitación que hace de It’s quite alright, convertida en nana feliz tamizada por su innegociable discurso ensoñador.

Vista en el pasado BAM  -tocó en la Plaça del Rei de Barcelona, ciudad en la que vive desde hace tres años tras formarse musicalmente en Nueva York y Canadá, Vidal . En Estados Unidos cursó formación clásica de violín, aunque cede buena parte del peso de sus canciones al acordeón, omnipresente en un trabajo que destila buenos propósitos y mejores resultados, y en el que la influencia de Marc Ribot se deja sentir, para bien, sumando más méritos al pequeño trabajo de orfebrería presentado con el curioso nombre de God is my bike (Crammed/Karonte, 2011), nombre además de una de las mejores canciones del álbum. R. IZQUIERDO

Not To Regret (del proyecto Your Kid Sister)

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Maïa Vidal actúa mañana sábado en La [2] de Apolo.