Fanny Roz llegaba al Heliogàbal feliz, con Prend Son Souffle Et Saute recién editado por BCore y la sensación de que, al fin, su momento estaba por llegar. Después de varios años tocando en varios locales, acompañando en ocasiones a otras bandas -su presencia en algunos de los conciertos llevados a cabo por María Rodés con su disco anterior se tornó en habitual- la solista de origen francés defendía al fin los temas de su esperado primer LP, y no defraudó. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Fanny Roz presentó formalmente los once temas de Prend Son Souffle Et Saute, en un concierto en el que fue fiel a sí misma y al propio disco
  • Muy bien arropada a nivel instrumental, Roz trasladó bien la conjunción entre la chanson y otros registros experimentada en su primer trabajo discográfico
  • Ondine sirvió para cerrar el primer tramo del concierto, antes de tres celebrados bises culminados con un tema en euskera

Un momento de la actuación, en Heliogàbal// N. Solano

La cantante francesa  presentó su LP de debut ante un concurrido Heliogàbal, en un concierto ameno y cercano, sazonado en su mayor parte con los temas que integran su puesta de largo oficial con BCore, un disco que ha contado con colaboraciones notables -casi todas presentes en el concierto, como la propia Rodés o Andreu Monclús, responsable de las mezclas y de parte de la producción- que nos confirmó las gratas sensaciones dejadas por Roz durante las primeras escuchas del álbum.

Fanny, en un momento de su actuación // R. Izquierdo

Con un discurso optimista en la interpretación de los temas -la luminosa paleta cromática del disco es uno de sus grandes hallazgos, una inyección de optimismo vital en toda regla- y cercano y ameno en los interludios aprovechados entre canción y canción para contar parte del proceso creativo del álbum, Roz apenas se guardó nada de las esencias de su primera propuesta discográfica, en un concierto que empezó ya arriba con Hirondelle y que tuvo en su segundo tema, la C’est fou l’eté uno de sus primeros grandes momentos. Metidos ya en el disco, Fanny nos explicó a continuación las vicisitudes de Loulou, dedicada a una alumna -sabiendo aprovechar los tempos, Fanny fue contando entre canción y canción la historia de la mayoría de sus temas, algo que en parte ya realizaba con sus Viajes-, en un concierto marcado por su gran desarrollo instrumental, donde cada uno de los colaboradores que arroparon a la solista francesa aportaron su grano de arena a la hora de completar con éxito la traslación del disco al directo en su puesta de largo oficial.

El acompañamiento instrumental, a gran nivel // N. Solano

Como ella nos había anunciado en la entrevista previa que nos concedió el pasado mes de mayo, el concierto contó con la colaboración de María Rodés en algunos temas del disco, en los que la autora de El Sueño Triangular ha participado en los coros y en C’est fou l’eté, tema que comparten y que sirvió, en parte, para rememorar sus colaboraciones en Rod-Roz, justo cuando ambas empezaban a abrirse hueco.

Fanny conectó de inmediato con el público -«gracias por venir en un miércoles, diría casi al acabar-«,  al que hizo participar en algunos temas, interactuando además con él en Arroz, Pasta…, y añadió algún tema adicional a los 11 del disco, cerrando la primera parte del concierto con Ondine (puede que el gran aval del disco) para volver a escena con unos bises cerrados de manera deliciosa, con una sentida canción popular en euskera que nos rescató la vertiente más intimista de Fanny.

Las primeras escuchas del disco nos habían convencido gratamente. Su traslado al directo reafirma todo lo bueno apuntado por un trabajo que funde estilos con una naturalidad notoria, tomando lo bueno de cada registro y apostando por una instrumentalización del todo agradecida.