El pasado domingo Forces Elèctriques d’Andora (F/E/A) presentaban su nuevo trabajo Congo en la segunda jornada del ciclo Primavera als Bars, volviendo así a Barcelona tras los explosivos conciertos que realizaron el año pasado. Manteniendo su colaboración con Boira Discos -protagonistas por cierto de nuestro nuevo podcast para Scanner FM-, lo nuevo de F/E/A sirve a su vez para reforzar la creación del sello balear Bubota Discos. Hablamos con Joan Cabot y Tomeu de Pòrtol sobre Congo, seguramente su trabajo más importante hasta la fecha. Y eso es decir mucho.

Entrevista: R. IZQUIERDO | Fotografía:

FEAEste mes presentáis Congo, trabajo que llega precedido del EP Cornelisz. Me da la sensación que es un disco importante para vosotros, un trabajo que puede condicionar para bien vuestra evolución como grupo. ¿Con qué ánimo se lanza el disco?
Joan: Sí, es un disco importante para nosotros. Venimos de unos años en que hemos trabajado bastante y “Congo” lo refleja perfectamente. Creo que el sonido del grupo está más asentado, hay más posibilidades, y estamos muy contentos y convencidos del resultado.

Me gustaría centrarme primero en Cornelisz, single de presentación que vio la luz como un 7’’ acompañado de varios remixes. El tema está inspirado en el naufragio del Batavia. ¿Cómo surge la idea de marcar este punto de partida?
Tomeu: Más que en el mar, la idea surge en el aeropuerto de Palma. Íbamos a tocar a Barcelona y Joan llevaba para pasar el rato un pequeño libro que le había dejado un amigo suyo: “Los náufragos del Batavia. Anatomía de una masacre”, de Simon Leys. Lo típico, empezamos a hablar de él y quedamos atrapados con una historia de la que apenas sabíamos nada. Es el típico libro que no se si llega a cien páginas y que te puedes pulir en una o dos horas. El discurso de nuestro anterior disco, “Pastor”, orbitaba alrededor de la figura del líder. Investigando la historia del Batavia y Cornelisz, como personaje, establecimos una serie de paralelismos que iban mucho más allá de si el barco se hunde o no: hablamos del papel de la autoridad y el miedo, del control del individuo, la libertad y la capacidad de decisión en un ambiente hostil y extremo. Al final, Cornelisz, como muchos dictadores del siglo pasado, ejercía su papel sin mancharse las manos de sangre, sino haciendo que otros lo hicieran por él. Al final, es como si reformuláramos el discurso de “Pastor”, pero desde un ángulo diferente.

En las notas explicabáis que la historia del naufragio es la que marca el tono del disco. ¿Podéis contextualizarnos brevemente la historia del mismo, y el modo en el que éste ha influenciado la composición del álbum?
Joan: Al principio teníamos la idea de centrarnos en la historia del naufragio del Batavia y sus diferentes personajes, pero al final continuamos profundizando y a fijarnos en otros personajes, reales o ficticios, como Jim Jones o Kurtz. “El corazón de las tinieblas” de Conrad ha sido también una referencia a la que hemos acudido constantemente. Todos estos personajes e historias tienen un denominador común: la exploración y la travesía, el intentar huir lejos para topar con los límites de tu propia humanidad. Siempre nos han interesado los márgenes de la condición humana. ¿Qué hace que alguien convenza a padres y madres para que envenenen a sus hijos? ¿Cómo alguien puede convertirse de repente en verdugo o asesino? Tienes que estar muy convencido de lo que haces, no puede sólo tratarse de locura, es algo más.

 “Un canto a todos aquellos que buscan su propio paraíso y que acaban encontrando su propio infierno”. Me pilláis con el ánimo bajo: tras muchos esfuerzos hemos decidido parar temporalmente la edición en papel del Underzine. ¿Es una metáfora sobre las dificultades que aparecen para sostener proyectos culturales y/o musicales que nos rondan hoy día?
Joan: No lo teníamos en mente, pero en el fondo sirve en muchos contextos y circunstancias. Todo viaje entraña peligros, supone siempre cierto grado de riesgo y a la vez te transforma, a veces de forma imprevista. Al final de eso habla el disco: de en qué nos convertimos cuando las leyes que rigen nuestro día a día quedan en suspenso.

En el single publicasteis varios remixes, de músicos y productores amigos. ¿Cómo surge la idea?
Joan: Ya lo probamos con “Pastor” (del que publicamos el EP de remezclas “Kim”) y nos encantó el resultado. Es divertido descubrir nuevos puntos de vista, ver los temas con los ojos de otro.

Hablando de Congo, saber un poco el porqué del título. ¿Qué valor simbólico tiene?
Joan: De nuevo, la inspiración fue Conrad. “El corazón de las tinieblas” está inspirado en sus propias experiencias en el Congo colonial. Con la excusa de llevar el progreso, Leopolodo II y sus emisarios esclavizaron y esquilmaron a la población indígena. Murieron millones y millones de personas, muchas otras fueron mutiladas. Es un ejemplo obvio de los males del colonialismo, pero también de los resultados imprevistos provocados por el ansia del hombre blanco por explorar y descubrir. Por eso el nombre Congo resumía bastante bien los dos extremos en que queríamos movernos: la promesa y el infierno.

Dicha ya la importancia del disco en vuestra trayectoria y las sinergias volcadas en él, saber los cambios que habéis experimentado como formación desde Pastor.
Tomeu: Creo que ha marcado bastante, tanto al sonido como a la composición, el cambio de formación de este último año y medio. Quiero decir: “Pastor” se grabó con dos baterías (Joan y Toni Toledo) y con otro guitarra, Jordi Martínez Suau. Cuando sólo se quedó Joan, pudimos trabajar con más precisión los ritmos y los cambios; amoldarnos mejor a su forma de tocar que, en comparación con Toni, es más simple y contundente. Los dos primeros años, con Jordi en la otra guitarra, descuidamos aspectos como melodías o arreglos porque los temas iban por otros derroteros: ser ruidosos, caóticos, oscuros… Arturo, que viene del hardcore/punk y de formaciones como Crash, Toc de Queda o Oi! The Arrase, viene con un plus de inquietud que se ha traducido en estudiar mejor el sonido y los efectos de guitarra, componer con más paciencia y menos improvisación, experimentar con las melodías… Por último, creo ha jugado a favor que Tià, Llorenç, Joan y yo llevemos juntos desde el 2013: esa base de estabilidad ha permitido mantener inalterados muchos elementos de F/E/A e ir desarrollando, de mientras, los puntos fuertes de nuestro sonido.

En algunas de vuestras últimas visitas os hemos podido en diferentes formatos. Uno de ellos fue aquella mítica incursión en el mp7. ¿Cómo surge toda la idea de tocar a oscuras? ¿Qué feedback os llegó del público?
Joan: La idea surge de querer llevar la contraria. Cuando haces rock instrumental parece que, obligatoriamente, debes poner proyecciones o algo por el estilo, como si la música no fuera suficiente. Algunas veces recibíamos comentarios en ese sentido. Nos decían que nuestra música era como una banda sonora. De allí surgió la idea: ¿y si eliminamos todo estímulo visual? ¿no creará cada uno su propia película? Lo visual ha colonizado de tal forma lo musical que ni nos damos cuenta. Probamos por primera vez lo de [Cambra Obscura] en Mallorca y funcionó muy bien, el público respondió de forma espectacular y descubrimos que, a ciegas, se amplificaba el efecto de la música. Hacerlo en el CCCB fue una prueba de fuego, porque hasta entonces siempre lo habíamos hecho en sitios más reducidos. Es un formato al que seguimos recurriendo de vez en cuanto y que también conecta con nuestra puesta en escena habitual, dando la espalda al público. También porque necesitamos vernos, pero sobre todo porque en el fondo pensamos que lo que ocurre encima del escenario no es tan importante. Lo que importa es la música.

F/E/AAquella vez os programó Joan de la Mondo, como comisario del mp7. Algunos de vosotros también tiene experiencia como periodista musical así que aprovecho esa doble visión para preguntaros sobre como véis la prensa musical a día de hoy.
Tomeu: Demasiados proyectos y demasiados medios para, total, terminar hablando de lo mismo. Sin un discurso claro, ni la capacidad de análisis y voluntad de crítica, no se puede construir un periodismo cultural de calidad. Me apena bastante encontrar, pero a patadas, webzines y blogs que apenas pueden generar una información diferente a la de la hoja de promo de un artista, un disco o, yo que sé, un libro. De todas formas, creo que se puede hacer una lectura positiva del tema, en el sentido de que en estos últimos seis, siete, ocho años, no sé si porque la crisis económica ha sacado lo mejor / lo peor de cada uno, ha habido una explosión muy bestia en Baleares, Catalunya, España… Quiero decir, “algo” ha pasado en la Península en estos últimos años y, fruto de esa inquietud, han aparecido bastantes proyectos periodísticos –webzines, fanzines, programas de radio, revistas, etc.- que, por arriesgados y apasionados, hace una década hubieran sido impensables. Mejor quedarse con eso.

Propuestas como esa escenifican bien vuestras inquietudes a la hora de investigar e innovar. ¿Echáis en falta más riesgo en proyectos consolidados? ¿Cómo veis el estado del directo a día de hoy?
Joan: Tampoco creo que hayamos inventado nada y al final cada uno ofrece lo que quiere en directo. Más que riesgo o no, lo que veo es una tendencia homogeneizadora extrema en estilos de música supuestamente alternativos, con grupos que parecen más un anuncio de H&M que una banda de rock. No es que neguemos la importancia de la imagen o la estética, es lo contrario, precisamente porque le damos importancia no vemos sentido a ser un clon. Pero ahí fuera hay grupos tremendos con directos increíbles y que no necesitan ningún artificio para atraparte.

Un cambio importante lo encontramos en la irrupción de Bubota Discos como sello discográfico. ¿Podéis presentarnos el sello?
Joan: En una primera etapa el sello publicaba sólo singles en 7”, en plan club del single. Después de un parón decidimos resucitar el proyecto como plataforma para publicar nuestros propios trabajos y lo de algunos artistas que nos encantan. No somos demasiado ambiciosos, simplemente queremos hacer las cosas bien, aunque sea a nuestro ritmo. Por ahora las cosas van saliendo y estamos bastante contentos. Hemos publicado los discos de F/E/A y el d’Aucell Cantaire y después del verano seguramente sacaremos alguna cosa más. En el fondo, en todo caso, es ponerle nombre a algo que ya veníamos haciendo. Al final siempre nos hemos encargado nosotros un poco de todo, así que tener nuestro propio sello era algo lógico.

Seguís colaborando con Boira Discos, sello imprescindible para esta casa, con la que editastéis vuestro trabajo anterior. ¿Cómo acabáis en Boira? ¿Qué tal el trabajo con Rafel y compañía?
Tomeu: Pues creo que coincidió que cuando ellos se formaron y presentaron como sello, nosotros estábamos buscando apoyos para publicar “Pastor” en vinilo. Sé que un día, buscando por Facebook, me encontré su página y que se la pasé a Joan, que les escribió casi al momento. Alucinamos bastante porque compartíamos una visión bastante aproximada de cuestiones como la experimentación, el culto al DIY, etc, pero también por lo que hacían: descubrimos a Ubaldo, Shoeg, Purkinje… Nos volaron la puta cabeza. Incluso Ensemble Topogràfic, que nos parece algo de otra galaxia. La escena experimental en Mallorca es bastante reducida, así que tener semejante polvorín al otro lado del charco fue como un flechazo. No encuentro otra mejor palabra para definirlo. Empezamos con la edición de “Pastor”, hicimos juntos algunos conciertos en Catalunya y Mallorca… Aventura, caos y muchas, muchas risas. Al final, fuimos estrechando la relación –bastante, de hecho– y somos como una especie de familia disfuncional adicta al ruido, ¿no? En todo caso, es un orgullo tenerlos ahí, como apoyo e inspiración, y poder seguir trabajando con ellos.

Más allá de los grupos de F/E/A editaréis, como comentaba Joan, otros grupos. Saber un poco acerca de la línea editorial del sello.
Joan: Sí, ya hemos publicado a Aucell Cantaire, que es un proyecto alejadísimo de F/E/A a nivel sonoro. Nos atrae esta disparidad porque refleja bien lo que queremos hacer con Bubota, sacar cosas diferentes, pero con un denominador común: hacer música poco convencional. No sé cuál será el siguiente paso. Por ahora hemos estado tan ocupados con las dos primeras referencias que apenas nos hemos parado a pensar qué será lo siguiente, pero casi seguro que antes de final de año sacamos alguna referencia más.

Algo que ya os he preguntado otras veces: el hecho de vivir en Mallorca condiciona vuestro directo, en el sentido que tenéis que buscar varias fechas cada vez que venís. ¿Fomenta eso la autogestión de un grupo como el vuestro? ¿Qué sinergias experimentáis con los grupos de Barcelona cuándo venís?
Joan: Al final es una de las mejores cosas de esto, la gente que conoces por el camino y con las que compartes conciertos y demás. La insularidad implica que siempre debemos compartir cartel con otra banda, por eso de que no podemos traer backline, lo que nos ha permitido tocar con gente que nos encanta, como Una Bèstia Incontrolable, Purkinje o Tendrum. Y la gente suele ser realmente generosa. Por supuesto, salir fuera supone siempre un reto a nivel de gestión pero estamos acostumbrados a ello. A su vez, “deber favores” nos ha permitido traer a la isla a grupos con los que hemos coincidido fuera. No se trata de algo interesado, es algo parecido a una comunidad. Cuando venimos a Catalunya sabemos que podemos contar con unas cuantas personas que siempre están dispuestas a echarnos una mano y ayudarnos en lo que puedan, de la misma manera que ellos saben que si están en la isla y necesitan algo pueden contar con nosotros.

Y una última pregunta relacionada con lo último: ¿qué diferencias veis entre las escenas mallorquina y barcelonesa?
Tomeu: Bueno, hay factores que condicionan bastante las formas de trabajar. Ya no es una cuestión de simple insularidad –con el rollo de que nos sentimos muy puteados cuando queremos a tocar a fuera–  sino problemas que arrastramos desde hace tiempo. Falta de infraestructuras, por ejemplo: no hay demasiados lugares en los que tocar con un mínimo de garantías de que pueda sonar bien, así que cuando ya has tocado en ellos tienes dos opciones: o vuelves a empezar la ruta por los mismos escenarios una y otra vez hasta que te hartas, o tratas de salir a fuera. O está la tercera opción: tocar muy poco, que es lo que hago con mi otro grupo, Marasme. Por eso decía que, en una escena como la mallorquina, es muy fácil sentirse limitado: no hay suficientes espacios. Y eso que, desde hace unos años, la escena ha crecido bastante y para bien. Después hay otro hándicap bastante claro: las escenas también son pequeñas, limitadas… En Catalunya, o Barcelona, hay mayores sinergias entre músicos y grupos pero aquí, al final, siempre somos los mismos: ORA, Mikrophone, Téntol, Fura… Y después, el drama kafkiano de tener que pillar avión o barco cada vez que tenemos que ir a tocar a fuera, con todos sus inconvenientes: que si esta compañía no te deja subir la guitarra a cabina, que si la otra es demasiado cara, que si no podemos llevar nuestros propios amplis… Al final, no nos queda otra que intentar resignarnos, intentar sacar lo mejor de la situación y de depender de buenos amigos que nos van echando un cable cada vez que salimos de Mallorca.

Escucha Congo, el nuevo disco de F/E/A en Bandcamp: