Ya comentamos en nuestra crónica de la semana pasada que la Fiesta de Aniversario que organizamos el pasado 26 de Octubre en Sidecar contó con la presencia de la fotógrafa Blanca Viñas, quien nos envió días después una galería fotográfica del mismo, cuyo resultado exponemos tras estas líneas. Aprovechamos su visita a nuestro concierto para hablar con ella sobre el rol del Fotógrafo de Conciertos a partir de su experiencia personal, un testimonio directo sobre el difícil arte de plasmar en imágenes el cúmulo de emociones que vivimos cuando asistimos a un concierto. Un texto con reflexiones personales y fotografías  de BLANCA VIÑAS

Blanca Viñas, cuya obra fotográfica puede apreciarse aquí, se ha caracterizado desde siempre por producir la práctica totalidad de su obra con cámaras analógicas, una firma personal muy presente en su obra que le ha dado a su trabajo un sello distintivo propio más que reconocible. En su página web, de hecho, podemos comprobar los resultados de su apuesta por la fotografía analógica en música en vivo dentro de la sección Conciertos Analógicos, donde apreciamos una galería que serviría, casi, para indexar la cada vez más activa escena barcelonesa.

Así las cosas, una vez supimos que se acercaría al concierto de Los Rotos, Las Ruinas y Les Sueques el pasado día 26 le pedimos que realizase un ejercicio de estilo durante el mismo, petición a la que aceptó de inmediato, dando como resultado la galería y los comentarios adicionales con los que terminanos de introcirnos en su obra (*).

Cuando hablamos de un fotógrafo de conciertos es fácil que se generen diferentes opiniones. De un lado, habrá quien piense que si aquella persona se dedica a capturar instantes se olvida de vivirlos. Del otro, habrá quien piense que si éste logra traducir en imágenes aquello que en cierto momento fue un conjunto de sonidos, ruido o emociones logrará cumplir su cometido.

Con esto no quiero decir que yo como fotógrafa esporádica lo haya conseguido, pero lo que sí sé es que, como mínimo, la intención ha estado presente en todas las ocasiones que se me han presentado. En el caso concreto de la Fiesta de Sidecar, la esencia de los grupos y de la sala me hicieron pensar que las fotografías habían de tener carácter y personalidad, más que un aspecto limpio y pulcro.

Al tratarse de fotografías realizadas con una cámara analógica la edición no podía hacerse a través de un software determinado, sino que había que intervenir directamente en la película, que es lo que acabé por hacer. Con unas pocas manchas de lejía logramos el resultado deseado: fotografías explosivas y espontáneas para una noche que también lo fue

(*) Fotografías realizadas por Blanca Viñas en la Fiesta de Aniversario de Shook Down. No reproducir sin cita directa a su autora.