Cuarta jornada del In-Edit, hoy con algunos de los pesos pesados de la presente edición, repartidos entre varias franjas. A primera hora podremos ver el documental de Jonathan Demme centrado en la persona de Enzo Avitabile, mientras que a media tarde será turno para el fresco retrato sobre Greenwich Village. Napster, la sugerente Petey & Ginger y la enorme película sobre Harry Dean Staton completan la nómina de grandes nombres de la jornada.

Primera Sesión:

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16:00 Enzo Avitabile Music Life (Aribau Club 1)
Dir: Jonathan Demme
Vista en IDFA 2012, Dubai International Film, La Biennale di Venezia 2012
Documental dirigido por el prestigioso Jonathan Demme, aquí grabando a su músico favorito, Enzo Avitabile. Sesión de fusión world con imágenes inéditas del artista en su propia casa y en el mundo, y colaboraciones variadas de artistas cubanos, indios, iraquíes  y españoles.

In-Edit dice…
Otro director poniendo su cámara y habilidades al servicio de un músico favorito. Jonathan Demme (que ya había hecho lo propio con Neil Young: Heart of Gold) nos presenta aquí la obra y circunstancia de Enzo Avitabile, cantautor, saxofonista y multiinstrumentista napolitano. Demme entrecruza en el filme dos sobrias vías narrativas. En una de ellas nos enfrentamos a la cotidianidad de Enzo: trasteando feliz con su software («¡Con esto tienes la orquesta en casa!»), presentándonos a los amigos de su antiguo barrio o mostrando, con el pecho henchido, su pared de fotos con celebridades musicales: con Tina Turner, Afrika Bambaataa, Maceo Parker… En el otro camino hallamos la jam session: Avitabile removiendo su caldo mediterráneo -que viene de la fusión napolitana- con ingredientes africanos, world, jazz… Rodeados por el imponente paisaje arquitectónico de una iglesia barroca, el músico se une a Eliades Ochoa (del Buena Vista Social Club), el iraquí Naseer Shamma, el guitarrista español Gerardo Núñez, la vocalista palestina Amal Murkus, el percusionista indio Trilok Gurtu y otros. Juntos abren nuevos caminos para la utopía

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15:30 Downloaded (Multicines 5)
Dir: Alex Winter
Historia que narra el aúge y caída de Napster, la red que acabó con el modelo de industria discográfica conocido hasta entonces, y que le causó un ictus a Metallica. Fascinante película acerca de hackers, tramas judiciales y, a fin de cuentas, el inicio de la era que hoy vivimos.

In-Edit dice…
Napster: ¿Rebelión o robo? Tómense su tiempo para responder. Es un debate lleno de zonas grises, y es difícil tomar partido sin conocer los detalles. Downloaded es lo que necesitábamos para llegar a tener algún tipo de opinión. Apréndanlo todo aquí sobre el auge y caída de la red de descargas gratuitas que (aparentemente) acabó con la industria discográfica y (sin duda) le causó un ictus a Metallica. Es un fascinante filme sobre hackers, batallas legales, génesis de la era digital, cyberfetichismo y «libertad». Nos lo explica todo: no solo el inicio de la compañía que fundaron Shawn Fanning, Sean Parker y sus nerds, sino incluso el inicio de Internet (hilarantes primeras reacciones mediáticas), las inconcebibles repercusiones de todo ello, la explosión dot.com y el mayor litigio corporativo que se había visto hasta la fecha. Downloadedgozó de completo acceso a los protagonistas (Napster en pleno), que cuentan su saga con extraordinario detalle, y a decenas de voces del mundo de la cultura que se sitúan a ambos lados de la gran zanja, de Noel Gallagher a Chris Blackwell (Island Records). El mundo de hoy empezó allí. Le agrade o no a Lars Ulrich

15:45 Hot Pepper Dry Wood (Aribau Club 2)
Dir: Les Blank, Maureen Gosling
Les Blank nos abre aquí el apetito con una película centrada sobre todo en el contexto: en ese caso los criollos de Luisiana, donde cocidos gumbo y cracklins actúan como un protagonista más de la escena. La co-directora Maureen Gosling, presente en la proyección del día 27.

In-Edit dice…
Les Blank entra en tu mente, y lo hace por la puerta del apetito. El director amaba el contexto, y en sus dos piezas sobre criollos de Luisiana la pitanza es el gran aglutinador: caldos gumbo y cracklinscomo combustible para la singularidad (sónica, social y cultural) local. Aunque centrada en Clifton Chenier (¡Rey del acordeón zydeco!) y el género en que reinó (música cajún blanca mezclada con sonidos africanos y generalmente cantada en dialecto francés), Hot Pepper(1973) es una vasta exploración de la cultura criolla de Luisiana, en todos sus aspectos. Contiene música de acordeones, comida imposiblemente sabrosa, malos espíritus, obreros del ferrocarril en faena, mofa de la propia fealdad, y un inolvidable «I am a Hog For You Baby». Por lo que respecta a Dry Wood (1973), vuelve a incidir en la cultura de los criollos negros francoparlantes que viven en Lafayette, Luisiana. Compañera de Hot Pepper, Dry Wood pasea por carnavales de Mardi Gras, matanza del cerdo, gallinas en fuga, estofados humeantes, aserraderos, y, faltaba más, las alegres polcas de «Bois Sec» Ardoin y Canray Fonteno

Segunda Sesión:

17:45 Brothers Hypnotic (Aribau Club 1)
Dir: Reuben Atlas
Vista en SXSW, HotDocs, Los Angeles Film Festival, Premiada en la 17ª edición de los BET Urban World Film
Esta es la historia de ocho hermanos con vientos, hijos además de una leyenda del jazz contemporáneo y herederos también de su legado humano, Phil Cohran. La película se revela como un estudio sobre la responsabilidad social, íntegra y personal de la familia y la profesión, y en un emotivo relato familiar.

In-Edit dice…
Ocho hermanos con trombones y trompetas: son la Hypnotic Brass Ensemble. Hijos de una leyenda del jazz concienciado (Phil Cohran) y herederos de sus valores, los ocho hermanos nos hablan aquí –uno a uno- de una vida de esfuerzo y supervisión paterna, de ser niños reclutados para la causa («Aprenderéis a ser reyes», les decía su adusto papá), de conciencia política y de ser un producto de «la filosofía política de nuestros padres», con los conflictos y errores que ello conlleva. Hay algo imponente en esos ocho jóvenes de ébano soplando colosales instrumentos de viento, potentes como el avance de un ejército zulú. Es una música llena de trascendencia, de disciplina engrasada con sentimiento, música a veces marcial, a veces soulful. Su carrera, erigida a base de integridad incorruptible y calendario castrense, les lleva a tocar con Mos Def, grabar para Honest Jon’s (el sello de Damon Albarn) y acompañar a Prince. Según avanzan, los chicos tensan la cuerda que une voluntad paterna con destino personal. Un estudio sobre responsabilidad social, integridad y creencias, pero también un soberbio relato de padres, madres, hermanos: sangre

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17:45 Greenwich Village (Multicines Sala 5)
Dir: Laura Archibald
Bella narración sobre la bohemia sixtie: espíritus libres, cafés nocturnos, cantautores… Un sonido que cambió muchas cosas y que contó con nombres de excepción como Tim Hardin, Eric Andersen o Bob Dylan, entre otros

In-Edit dice…
Una bella narración de bohemia sixties, espíritus libres, cafés nocturnos y cantautores despiertos. Es un sonido que cambiaría los tiempos, y «no empezó en California», como sentencia John Sebastian. Greenwich Village es un filme extraordinario sobre múltiples elementos. Habla de lo especial de la zona: Greenwich Village a finales de los 50 y principios de los 60, terreno abonado para una colosal explosión de creatividad; un lugar que acogió a gente que iba «en busca de algo» y al fin «encajaba». Habla de cambio cultural, banjos, guitarras «sin funda», iluminaciones (Odetta, Woody Guthrie), izquierdas, jefes de policía abusones y plazas tomadas, derechos civiles y música tradicional para tiempos convulsos, listas negras de «comunistas» y, sobre todo, chicos y chicas con guitarras haciendo historia. Hablan los vivos (Richie Havens, Don McLean, Melanie, Tom Paxton, Tom Chapin, José Feliciano, Carly Simon, Pete Seeger, Steve Earle…) y se rinde tributo a los muertos (Harry Chapin, Arlo Guthrie, Richard Fariña, Eric Andersen, Fred Neil… Todos en asombrosas piezas de archivo). ¿Y Bob Dylan? No podía faltar. Una obra sin desperdicio

18:00 Hopkins Well Spent Life (Aribau Club 2)
Dir: Les Blank, Skip Gerson
El vínculo es Texas, y lo es también el blues. Les Blank agarra a dos piezas clave del género (Lightnin’ Hopkins y Mance Lipscomb) para transmitirnos historias dramáticas e instantáneas explícitas que acaban dibujando la anatomía de un extraño lugar: el sur

In-Edit dice…
El vínculo es Texas, y lo es también el blues. Les Blank toma a dos piezas clave del género (Lightnin’ Hopkins y Mance Lipscomb) para transmitirnos historias dramáticas e instantáneas explícitas que acaban dibujando la anatomía de un extraño lugar: el sur. The Blues Accordin’ to Lightnin’ Hopkins (1968) es un emocionante retrato de la gran figura del blues. Se trata de Hopkins en su salsa, pillado en 1968: a la greña con mujeres, huyendo de la justicia, matando serpientes a pedradas, hablando de la tristeza y la pobreza y el blues; y, cómo no, tocándolo con guitarra y armónica. En rodeos y barbacoas y entre gallinas. A Well Spent Life (1972), por otro lado, cuenta la chocante vida del «songster» Mance Lipscomb, legendario guitarrista de Texas. Este exgranjero negro de 75 años nos cuenta historias de vecinos, de gente mala y buena, de sacrificio y adopción y contradictorio amor marital (su mujer hace décadas que no come en la mesa con él) y terratenientes racistas, y también de que a su vecino le pegaron un tiro y le han amputado una pierna. Suenan, cómo no, «Big Boss Man» y «Night time is the right time». Filosofía zen Lipscombiana para una vida azarosa, aunque entera y bien vivida

Tercera Sesión:

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19:45 Filmage Story Descendents/All (Aribau Club 1)
Dir: Deedle LaCoud, Matt Rigle
Vista en NXNE 2013, Melbourne International Film Festival, Nevada City Film Festival
Esta es la historia de dos grupos y una visión personal, representada en la mirada de Bill Stevenson. Hablamos del logo más reconocible del planeta… y de como el punk en pleno reverenció a su principal impulsor

In-Edit dice…
Si usted, sesudo amigo, gusta de canciones sobre cosas serias, no busque aquí. Descendents y ALL (dos grupos, una sola idea) se conocieron pescando en Hermosa Beach (California), y sus primeras canciones hablaban de tomar mucho café, comer en demasía y, ejem, tirarse pedos. Su cantante, Milo Aukkerman, era un nerd (cuando sernerd no era guay, sino un estigma) que estudiaba para ser científico y cantaba en pantalones de tenis (tampoco eran guays entonces). Su batería y alma era el anti-rockstar Bill Stevenson, un tipo lleno de bonhomía. Y sin embargo Descendents/ALL inventaron el hardcore melódico (o pop punk acelerado con canciones de amor-sin-rubor) a base de esfuerzo de grupo, júbilo y desenfado. Y lo hicieron, de nuevo, en un momento en que eso era muy uncool («Si llegan a grabar Milo goes to college en 1999 en lugar de 1982 ahora vivirían en mansiones», afirma Dave Grohl). Es un fantástico relato que merece la pena ver, lleno de canciones geniales, discos a porrillo, un centenar de socios (numérense: Mike Watt, Dave Smalley, Fat Mike, Brett Gurewitz, Keith Morris…) y alumnos (Less Than Jake, Blink 182, Lagwagon y un largo etcétera)

19:45 Muscle Shoals (Multicines Sala 5)
Nueva oportunidad para ver Muscle Shoals, de la que hablamos el pasado viernes en Shook Down. Visita nuestra entrada de entonces para más información

20:00 This Ain’t No Mouse Music! (Aribau Club 2)
Dir: Chris Simon, Maureen Gosling
Vista en Hot Docs 2013, SXSW 2013
Documental centrado en la persona de Chris Strachwitz, fundador de Arhoolie Records, sello sureño que cambiaría el futuro del rock, albergando en su catálogo a nombres como Ry Cooder o Bonnie Raitt, entre otros

In-Edit dice…
Dirigida por dos ayudantes del renombrado Les Blank (homenajeado este año en Beefeater In-Edit), This Ain’t No Mouse Music! es el romance de Arhoolie Records, gran sello sureño, pero más aún es un perfil de su fundador, el huraño, excéntrico y furibundo entusiasta Chris Strachwitz. Un emigrado de Silesia renacido en creyente absoluto de la música «con pelotas» (blues, cajún, zydeco, norteño) y enamorado del proceso de fabricación de discos, así como enfermizo coleccionista de vinilo. Según se desarrolla el filme va emergiendo un tipo brutalmente honesto: pese a haber erigido una carrera grabando música negra, no teme confesar que «cuando era joven no era muy progresista» y que su labor no se debe a la «preservación cultural. Me lancé a ello como un cerdo a una charca». El largometraje está lleno de anécdotas jugosas, crónicas del blues y mucho amor a los discos como formato físico. Strachwitz odia todo aquello que no le gusta y, aunque su discográfica cambiaría el futuro del rock («sin country blues no hay Cream»), como atestiguan Ry Cooder, Richard Thompson y Bonnie Raitt, entre otros, la idea final es que su inmensa labor se hizo por una sola cosa: pura pasión

Sesión de Noche:

22:00 A Band Called Death (Aribau Club 1)

Dir: Mark Covino, Jeff Howlett
Mejor Documental SXSW. Vista en Festival de Milán, IDFA 2012, SXSW 2013
Esta es la historia de una de las formaciones más enérgicas que se recuerdan, una banda de nombre fúnebre, tocando punk rock en el Detroit de los 70. Notable historia con testigos de excepción, como Alice Cooper, Elijah Woods o Jello Biafra, entre otros.

In-Edit dice…
Y es que ya lo dice Henry Rollins: su historia parece el tráiler de una película. Pero A Band Called Death es real, y Death existieron, por imposible que pueda parecer. Es el testimonio, hoy, de los hermanos Hackney (Dennis y Bobby son los supervivientes; David falleció), que nos llevan por el implausible trayecto de su extrañísima banda. Se habla de raza, familia y de hacer piña, se habla de iluminaciones («Esta es la música que tenemos que tocar», dijeron tras ver a The Who), se habla de mofa en el seno de la comunidad y ellos, erre que erre: cuanto más desprecio, más fuerte tocaban. Desde allí vemos coraje, racismo (por supuesto: se llamaban DEATH y eran negros), testarudez, autoedición (se sacaron su propio single) y eventual reconversión en grupos de rock espiritual o reggae. Pero en el 2008 fueron redescubiertos por una nueva generación, apareció su primer álbum (después de 35 años), sus hijos montaron una banda punk homenaje a Death y, nadie lo hubiese creído, ellos terminan reuniéndose. Les jalean a lo largo del filme Henry Rollins, Alice Cooper, Jello Biafra, Elijah Wood, Questlove y más

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22:15 Harry Dean Stanton (Multicines Sala 5)
Dir: Sophie Huber
Premio FIPRESCI Beldocs de Belgrado; Mención Especial del Jurado Festival de Podgorica. Ha participado en Venice 2012, Festival de Edinburgo, BAFICI
Uno de los actores más respetados y venerados de la industria nos habla aquí de su trayectoria profesional, cantándonos algunas de sus canciones favoritas. Su Blue Moon permancerá en nuestra retina mucho tiempo

In-Edit dice..
El actor más impenetrable de Hollywood nos conmueve cantando canciones de amor y desamparo. HDS es más hermético que un traje de buzo, pero todo lo que tiene que decir aparece aquí. «No hablas demasiado, pero cuando lo haces dices mucho», le comenta su barman habitual. Stanton siempre ha cantado en films, es conocido su afecto por determinados géneros y artistas, pero es en Partly Fiction donde esa cadena de melodías dibuja un perfil biográfico. Y lo que cobra vida, afirman sus directores pasados, es un actor que se «atreve a ser frágil» y «utiliza su propia pena en su actuación» (Wim Wenders), que «tiene una inocencia muy rara. Habla y es real» (David Lynch). Lo que falta lo larga Harry Dean Stanton, parco en palabras pero demoledor como un cañonazo. Confesiones nocturnas, fragilidad a ojos vista, revisión de daños, Paris, Texas, The Straight Story, Alien y cientos de películas más. Y un «Blue Moon» con rota voz que logra estremecer. David Lynch afirmó que se echó a llorar con su versión del «Everybody’s talking». Toca hueso, pero el misterio no se desvela. ¿Qué le pasó a Harry Dean Stanton? ¿Qué pena lleva dentro? La verdad está en la canción

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22:15 Petey & Ginger (Aribau Club 2)
Dir: Ada Bligaard Soby
Pete trabaja en un sex-shop y toca en The Oh Sees y Gingr echa las cartas del tarot. Son pobres como ratas y viven en un país arruinado, pero aun así…

In-Edit dice…
Hay esperanza en la pesadilla americana. Esta es una historia de redención y supervivencia vista a través de dos protagonistas: Petey (imagen de skin, trabaja en un almacén de material porno, toca en el grupo de garage The Oh Sees) y Ginger (ex-chica de compañía, «médium ocasional» que echa el tarot y da «malas noticias»). Los dos son pobres como ratas en un país arruinado, aunque por otra parte siempre lo han sido (afirma Petey). Los dos viven en una Gomorra moderna, rodeados de tristeza, locura, violencia y perdición. Y aun así, en esta sociedad dividida entre millonarios y siervos, en un país en bancarrota lleno de gente sola y desesperada, se las arreglan para mantener la esperanza, verle el lado bueno a la vida, conservar sus sueños y querer a sus amigos. Y todo ello siguiendo su propio camino.Petey and Ginger es un bello canto a la condición humana («Un testimonio de la formidabilidad de la humanidad») en pleno apocalipsis post-crash, filmado en puro estilo punk-rock/cinema verité (piensen enInstrument, de Jem Cohen). 58 minutos, 30.000 dildos, garage rock, odas a la otredad y a la automarginación, lleno de amor entre los escombros… ¿Qué más se puede pedir?