Tendemos a buscar fotografias de artistas que nos inspiren para las nuestras propias e incluso para ilustrar lo que sentimos y/o quiénes somos. Encontramos en la red las fotografías más curiosas, artísticas y vintage que tanto están de moda, sin pararnos a pensar que, muy probablemente, si buscamos en los viejos álbumes familiares, descubriremos auténticas joyas fotográficas que no han sido tomadas por grandes artistas. Una reflexión fotográfica de JESSE OAKS

Admitamos que tampoco son escenarios harto complicados, pero con las que sí podemos trazar nuestro propio mapa personal, que aunque no sea exacto ni concluso, si puede acercarnos a quiénes somos y por qué, de dónde venimos e incluso, inspirarnos y descubrir esas historias de las que no se hablan, pero que han sido tan importantes como para plasmarlas, o recordar a quienes hace tanto que no vemos, e incluso ser testigos de cómo las historias se repiten de generación en generación.

Así que corred a casa de la abuela, de la tía y de la mamma a buscar en los álbumes, a preguntar quién es esa persona con ese traje tan extravagante, el por qué de esa comilona donde parece que el vino ha corrido de más, o a recordar la carita de es@ yay@ que nos daba la «propi».

Escanead, copiad o tomad prestadas las que más os gusten, despejad la mesa y empezad a construir vuestro propio mapa y prestad atención a esas fotografías, y si tenéis la suerte de que detrás de esas imágenes hay historias que escuchar, disfrutadlas. No hay nada mejor que degustar una buena imagen home made con historia.

Y para dar ejemplo, ahí va mi mapa. Las raíces de Oaks:

Mi bisabuela nació en 1912, estudió en un colegio privado donde aprendió a hablar francés.

Conoció a los 15 años a mi bisabuelo…

Se habló con él -así se llamaba antes al noviazgo- hasta que se casaron a sus 22 años y renunció a la herencia familiar para poder casarse con alguien que no era de su clase social.

Formaron su propia familia teniendo cuatro hijos, y cuando mi bisabuelo fue reclutado para luchar en la Guerra Civil Española, mi bisabuela, como tantísmas mujeres de entonces, se convirtió en la patri-matriarca familiar.

Mi abuela iba a comprar el pan y el aceite de estraperlo, su hermana separaba las lentejas de las piedras y sus dos hermanos jugaban en la calle.

Cuando la guerra terminó, se mudaron a la capital. Allí, mi abuela y su hermana aprendieron el oficio de costureras, y sus hermanos continuaron con los estudios.

Mis abuelos se conocieron cuando ella tenía 15 años y él 25.

Mi abuelo era un fotógrafo reconocido en su ciudad…

y todo un Dandy de la época…

Cómo mi bisabuelo se oponía al casamiento por la diferencia de edad, planearon un embarazo para poder casarse cuando ella tenía 19 años.

Se trasladaron fugazmente a Madrid, para después volver y formar una familia…

De los cinco hijos que tuvo mi abuela, mi madre es la segunda.

Conoció a mi padre con 16 años, y después de cinco años de noviazgo se casaron, no sin antes atravesar la oposición de mi abuelo. Lo que venía siendo una tradición en mi familia…

Con los años llegamos mi hermana…

y yo.

a este mapa que aunque para algunos podría ser más interesante, dramático o morboso, para mí, es el más fascinante que conozco