La irrupción de La Bien Querida (Ana Fernández-Villaverde) fue una de las más celebradas en 2009. Su Romancero se convirtió en un clásico instantáneo, lo que convertía a su vez a su segundo disco en una reválida especial. Más de un año después de su lanzamiento, es tiempo de celebrar que Fiesta superó con nota el reto de sobrevivir al éxito de su antecesor. 

Superada ya la barrera del segundo disco con Fiesta (Elefant, 2011), La Bien prepara ya su tercer disco de estudio, aunque antes pasará por el Festival de la Guitarra para inundar el Auditori con la esencia de un disco plagado de lo que nosotros consideramos himnos, a los que ella prefiere referirse por canciones. Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO [Fotografías de Elefant Records]

Imagen promocional para Hoy, uno de los singles de Fiesta // Pablo Zamora

La industria discográfica llevaba varias crisis encima antes de padecer la económica actual, así que no puedo quejarme a la hora de valorar cómo le ha ido a Fiesta

La presencia de La Bien Querida en el Festival de la Guitarra se celebra como algo natural. Su paso por el Auditori supone un nuevo capítulo en el total de directos celebrados a propósito de Fiesta, un camino que arrancó antes del lanzamiento del propio disco en el Let’s Festival de 2011 y que llevó a Ana por varios festivales para presentar un trabajo que, a golpe de directo, ha terminado por hacerse un hueco en el imaginario colectivo de los seguidores de la madrileña.

Habitual de un tiempo a esta parte en los conciertos de La Estrella de David -donde acompaña desde un inusual segundo plano a David Rodríguez- reflexionamos con ella sobre el directo, al que se encara de manera diferente cuando actúa como cabeza visible de su proyecto que cuando lo hace dando cobertura en La Estrella de David, formación que disfrutaremos en el próximo Primavera Sound. Antes, tendremos sesión de La Bien Querida en el Festival de la Guitarra. Será este sábado, tiempo de Fiesta y celebración.

El año pasado presentaste Fiesta en el Let’s Festival con el disco aún por salir. Este año llegas al Festival de la Guitarra con los temas convertidos prácticamente en himnos. ¿Qué balance haces del ciclo vital del disco?
Bueno, ojalá fueran himnos. Supongo que eso es un sueño para alguien que escribe canciones y ya me gustaría a mi… No creo que haya calado tanto, pero sí que tengo la sensación de que gustó. Con eso me doy por satisfecha.

Desde el lanzamiento del disco habéis girado mucho
Es cierto. El año pasado tuvimos la suerte de tocar mucho a pesar de la crisis brutal que estamos viviendo y la industria discográfica, la indie y la no indie,  llevaba ya varias crisis encima, así que sumándole esta económica de hoy en día… imagínate. Lamentablemente, la trayectoria de un disco es corta, lo que no deja de ser un palo después del esfuerzo que supone sacarlo por parte de las personas que están detrás de ese proyecto.

¿En Fiesta quién hay detrás?
En mi caso los implicados directos, por así decirlo, somos David Rodríguez, Luis Calvo de Elefant y yo. Nos desvivimos para que todo salga bien, pero alrededor nuestro hay un montón de gente que también se involucra. Volviendo al balance,  supongo que no me puedo quejar porque nosotros hemos tocado bastante, pero quisiéramos más. La situación está delicada.

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Fue un disco importante, en el sentido que tenía mucho de reválida después del éxito de tu anterior trabajo. ¿Cómo se encara un segundo disco después de tocar el cielo con el primero?
Lo cierto es que no recuerdo muy bien lo que pensaba en ese momento. Las canciones iban saliendo y las reunimos en un segundo disco. Traté de no pensar en lo mucho que había gustado o no gustado Romancero, pero el disco estaba ahí. Fiesta se hizo mientras seguíamos de gira con él, así que hice lo que me pareció correcto. De todas formas todas las personas que conozco que sacan discos lo hacen lo mejor que pueden y con toda la ilusión del mundo, ya sea el primero, el segundo, el tercero… Cada disco tiene su cosa, sus vivencias, su historia.

Detalle de la portada de Fiesta, su segundo álbum de estudio // Elefant

No me veo dando un concierto acústico o sacando un disco únicamente acompañada por mi guitarra. Si algún día saco un disco de canciones desnudas me haré acompañar por buenos músicos

A las puertas del Festival de la Guitarra hablamos de eso, de guitarras. Aún teniéndola como su instrumento principal, La Bien nos cuenta que no se ve dando un concierto acústico o editando un disco con la guitarra como única acompañante. Señala a David como su guitarrista de cabecera y nos cuenta la importancia que le da a la experiencia autobiográfica a la hora de componer, una metedología de trabajo que aplica también en la pintura, expresión artística en la que sí ha modificado algunos cambios desde que empezara a cantar.

Tu presencia en el Festival de la Guitarra no es nada casual: estamos muy acostumbrados a verte con la guitarra en tus conciertos y es el instrumento qué mejor te define, aunque en más de una ocasión has comentado que valoras mucho los arreglos. ¿Te ves lanzando un disco acústico sin más instrumentos?. ¿Hasta qué punto es importante para ti la guitarra a la hora de vehicular tu música?
La guitarra para mi es importantísima porque hago las canciones con una guitarra siempre, es mi instrumento, pero no soy una buena guitarrista como para dar un concierto acústico o sacar un disco únicamente acompañada por mi guitarra. Creo que si algún día saco un disco así, de canciones desnudas, me haré acompañar de músicos buenos, que hay un montón.

¿A qué guitarrrista español admiras más?
A David Rodríguez, claro. Él dice que no es guitarrista, que no es productor, que no es arreglista… pero luego lo hace todo muy especial. Quizá no sea un gran virtuoso pero tampoco le hace falta.

Y a nivel internacional. ¿Algún guitarrista que justifique el precio de una entrada?
De fuera Dean Wareham, con los Galaxie 500.

¿Las mejores canciones, las que más te llenan, son autobiográficas?
No sé otros, pero en mis canciones siempre hay algo de autobiográfico. En unas el 100%, en otras el 50, pero algo hay siempre. Y no sé si son las mejores, pero son las que mejor me salen. Supongo que compositores de la talla de Manuel Alejandro, que hacen canciones para otros, son tan tan buenos que no les hace falta haber vivido las experiencias, pero en mi caso lo necesito.

Artísticamente te has expresado también a través de la pintura. ¿Hacia dónde te lleva la pintura?, ¿crees que varía tu mensaje?
En pintura he hecho de todo. Creo que antes de dedicarme a la música, en la pintura que hacía entonces, si había un mensaje más claro. Utilizaba mucho los juegos de palabras, entre otras cosas. Supongo que cuando empecé con la música empecé a centrarme en la pintura más tradicional, que es la que hago a día de hoy.

Imagen promocional de La Bien Querida // Pablo Zamora

Cuando actué en el Primavera Sound no sabí ani qué quería en los monitores. Eso lo aprendes sobre el escenario, pero a mi me tocó hacerlo allí en vez de en un bar con amigos

Volviendo la vista atrás y recordando los tiempos de Romancero, Ana recuerda con especial cariño su paso por el Primavera Sound en 2009, adonde llegó sin apenas experiencia en los directos. La anécdota le sirve para reflexionar sobre lo rápido que ha ido su carrera y los cambios que ha experimentado desde entonces. «Ahora disfruto más», nos cuenta al tiempo que señala que los nervios siguen ahí, formando parte de su día a día como músico, un día a día «del que disfruto más»

De Romancero a Fiesta se ve un cierto salto de lo acústico a lo eléctrico, que vendría a ser el camino inverso. ¿En qué vía te sientes más cómoda?
Me gusta el ruido pero lo acústico en un momento dado también, aunque es cierto que quizá más para otros que para mi. No descarto hacer un disco acústico, de hecho está en mis planes futuros, pero no vendrá con el tercer disco.

Alguna vez has comentado que cuando apareció Romancero prácticamente no tenías experiencia y de pronto te viste en una marisma de Festivales. ¿Cómo has encarado la madurez profesional?
Como cualquiera que no había hecho antes un trabajo. Aquello fue en el 2009, y han pasado tres años desde entonces, tres años de experiencia continuada. He aprendido mucho.

¿Qué recuerdas de entonces?
Recuerdo que en el Primavera Sound de ese año no sabía ni que quería por monitores. Luego aprendí a saber lo que se necesita en el escenario. Supongo que todos habrán pasado por eso, lo que pasa es que a mi me toco en un festival importante y no en un bar con unos cuantos amigos.

Hablando de festivales, este verano te vimos en el Sonorama justo antes de Teenage FanClub. Mucha gente se perdió el principio de aquel concierto para disfrutar el tuyo. ¿Te has acostumbrado ya al ritmo festivalero?
Los nervios vienen conmigo siempre, pero a diferencia de 2009, que fue mi primer año de conciertos, las cosas sí que han cambiado algo. Ahora disfruto más en el escenario, sobre todo en algunos conciertos. Pero nunca sabes cuál va a ser ese concierto inolvidable.

¿De qué depende?
Influyen muchas cosas. La conexión con tu propio grupo, la entrega del público, la hora, el día…. en fin, de muchas cosas.

A lo largo de estos últimos años has realizado varias colaboraciones y tocado con varia gente. ¿De quién has aprendido más?
He tenido la suerte de colaborar con La Estrella de David, Los Planetas, Sr. Chinarro, Antonna, Ed Wood Lovers, Primogénito López…Y puedo decirte que de todos he aprendido algo.

Tú última aparición con otras bandas ha sido en un vídeo de Antònia Font. El pasado verano te vimos versionando uno de sus temas. ¿Te ves colaborando con ellos en algún tema más adelante?
¿Por qué no? Soy muy fan de Joan Miquel Oliver y de todos sus proyectos. Es un talentazo, así que si me lo propone lo haré encantada.

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Maracaibo es un disco de David, lo hizo él solito y el merito es suyo. Yo le hago los coros en un par de canciones y toco el bajo en otra, nada más

La última parte de la entrevista queda reservada a Maracaibo, un disco muy apreciado en nuestra web en el que Ana ha colaborado dando cobertura a David Rodríguez en algunos temas, un intercambio de roles respecto a la colaboración que habían llevado a cabo hasta la fecha que ha gozado del favor de la crítica y el público desde su lanzamiento. Presentados en sociedad en un inolvidable concierto en Heliogàbal, reflexionamos con ella sobre su éxito 

El otro gran proyecto en el que andas enfrascada es La Estrella de David. Las votaciones que hicimos en Shook Down premió a Maracaibo como el Mejor Disco del 2011 producido en España. Escuchándolo, se nota el disfrute con el que está hecho. ¿Recuerdas el momento en el que David os propuso sacar el disco?
El disco lo hizo David, él solito, y el mérito es todo de él. Yo le hago coros en un par de canciones y toco el bajo en otra, pero nada más. Nos propuso tocar con él en directo y todos -Joe Crepúsculo, Jaime Pantaleón, Jordi Irizar y yo) le dijimos que sí, que encantados. Somos todos muy amigos y es una gozada estar con ellos.

Recordamos con mucho cariño el concierto de presentación en el Heliogàbal. ¿Cómo se viven los directos lejos del foco principal?
Muchísimo más relajada. En el Helio aún estaba algo tensa, porque el escenario es muy pequeño y no podemos casi movernos. Hay a gente que esa proximidad le encanta, supongo que como público mola mucho, pero a mi desde el otro lado me corta un poco, pero me lo paso en grande tocando con La Estrella, disfruto muchísimo. Con La Bien Querida sufro mucho más, es muy diferente, siento más responsabilidad.

La Estrella de David, en su presentación en el Heliogàbal // R. Izquierdo

Le das mucho mimo a las letras, un tinte casi poético. ¿Qué proceso creativo sigues para componer?
No sé otros. Lo que yo hago es llevar conmigo siempre unas libretas y apuntar cosas que me gustan o me inspiran a lo largo de los días…. Luego, cuando me siento a componer, lo hago  ya con la guitarra. Saco una melodía e intento acoplarla a algo que había escrito, y así voy tirando la canción para adelante. Este es el método que he utilizado con Fiesta y con Romancero. He de confesaros que para el tercer disco lo he hecho de otra forma que ya os diré cuando salga…

La Bien Querida actúa este sábado en el Festival de la Guitarra de Barcelona. La imagen de cabecera es de Nacho B. Sola, y se tomó en el Auditorio Conde Duque de Madrid.