Hablábamos la semana pasada del recorrido vital del artista, los recovecos de su alma, los miedos que asaltan después de la gran obra. En el caso de Peter Silberman, la vida después de Hospice. Convenimos entonces que Burst Apart, la obra con la que The Antlers ha dado continuidad a aquel gran éxito que lanzó a la fama al grupo, era la vida después de la muerte, el monte tras el precipicio. Lo que queda tras una exposición integral al mundo de la esencia de una banda de marcado aire personal.

Presentar un disco como Burst Apart tras Hospice no es tarea fácil. En primer lugar, pierdes el hilo narrativo del primer disco -mil veces explicado ya- si bien se rescataron algunas de sus mejores piezas con gran solvencia. En segundo, te enfrentas a los nuevos temas nacidos tras aquello que te define como músico, lo que queda tras el desnudo integral del alma. Y lo que queda es algo grande y maravilloso, telúrico por momentos, envolvente gracias a la puesta en escena de Silberman y los suyos, cuyo sonido inundó una Be Cool que se quedó pequeña para acoger el repertorio de presentación de Burst Apart.

El grupo se presentó en el escenario con casi una hora de retraso, algo de lo que todos nos olvidamos cuando sonaron las primeras notas de Parentheses. Lo que vino después fue un regalo, un Silberman entregado, fundido en música y sudor –¿por qué este calor?, ¡es otoño!, diría  en divertido castellano- que articuló los temas del nuevo disco de manera notable en un constante crescendo emocional. Servidor sigue viendo en No Widows el gran corte del nuevo disco y el track no decepcionó, haciendo planear sobre el escenario la sensación de algo grande.

Silberman, en Bee Cool el pasado 5 de noviembre // R. Izquierdo

Liberados de la intensidad emocional de Hospice y su pasional hilo argumental, los miembros del grupo lograron facturar un concierto redondo, sobre todo en su recta final, en el que captaron la esencia de su nuevo trabajo, con sus giros hacia lo electrónico, cierta mejora en el estado de ánimo -hay luz en Put The Dog To Sleep, preciosa balada que cierra el disco, muy propia para una noche en la que Silberman volvió a alcanzar una perfecta comunión con la audiencia, callada y reverencial en cada canción, sinceros aplausos tras cada corte- y muy compenetrados con Timothy Mislock, el bajista que les acompaña en la gira de su nuevo trabajo. Silberman ha encontrado un asociado perfecto en Darby Cicci, sublime en los teclados hasta el punto de hacer levitar a la sala en temas como el citado No Widows, intimista en Corsicana y participativo con la audiencia como el propio, dentro de su evidente timidez, Peter Silberman.

Si con la presentación en sociedad del disco hará pronto un año demostraron lo apuntado, la vida tras el éxito de Hospice, con su nuevo directo The Antlers certificó lo intuido por todos: la banda se ha liberado de los corsés de su primer éxito –Sylvia y Bear fueron de los hits de su primer trabajo que sonaron con fuerza, siendo el primero de los más celebrados de la noche- y vive una dulce libertad, aún oscura en temas como Parenthesis, desgarradoramente intimista en Hounds, tema en el que Silberman reconcentrá lo mejor de sí mismo, con los cambios y matices en el registro de su voz que tantos réditos le dieron en Hospice y que repite ahora, pasando por el filtro de lo electrónico cuando la ocasión lo requiere. Con Hounds sucedió lo esperado: la magia inundó la sala y Silberman se impuso a la noche, fría en el exterior, lluvia constante antes y después de la nueva presentación del grupo en Barcelona, y cerimonial en el interior, con un rush final de órdago –Every Night my Theet Are Falling Out también formó parte del segundo bloque del concierto- en la que el grupo siguió mostrando sus devaneos con el post-rock.

Coincidiendo con el concierto -en el stand promocional podía encontrarse, por cierto, la maqueta In The Attick of Universe, pequeña joya autoeditada e inédita hasta entonces en nuestro país- el grupo ha presentado en Internet las claves de su inminente nuevo trabajo, un EP especial, Together, que incluirá remixes, versiones alternativas y alguna colaboración como Nicole Atkins y, atención, Bear In Heaven, con el regalo adicional de la señora versión, muy personal, de VCR, presentada recientemente por Pitchfork.

Que el grupo mantenga aún cierto aire minoritario es todavía un misterio para los seducidos por su propuesta, portadores de un regalo que conviene conservar. El de su música. R. IZQUIERDO

Ficha Técnica:
Concierto: The Antlers, presentando Burst Apart
Fecha: 05/11/2011. Recinto: Sala Bee Cool
Espectadores: Rozando el lleno.