Es probable que el nombre de Ramona González dice más bien poco a nivel musical. Si hablamos de Nite Jewel, nombre artístico de nuestra protagonista californiana, la cosa cambia. Autora de una incipiente carrera artística en el terreno de lo synth pop, González ha editado este año un equilibrado  LP en el que los guiños a los 80 se multiplican. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • Nuevo álbum de estudio de Ramona González, después del EP editado el año pasado
  • Como en sus trabajos anteriores, los guiños a los 80 siguen en boga en un trabajo en el que su tratamiento de lo synth brilla con luz propia
  • La californiana ha presentado estos últimos meses su última propuesta musical en México

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Seguramente por estos lares no ha sonado todo lo que debería, pero la californiana Ramona González, conocida artísticamente como Nite Jewel, sacó hace ya unos meses One Second Of Love -ojo al lynchiano videoclip creado para la ocasión, disponible justo al inicio del párrafo-, un interesante compendio de hasta diez nuevas canciones que vasculaban en su synth pop de salón con el que ya alcanzó cierto reconocimiento un año atrás, cuando presentó It Goes Through Your Head.

En un año marcado por el synth pop de Drive la (nueva) irrupción de Nite Jewel seguro que animó los corazones de los amantes del género, que vieron en One Second Of Love un nuevo motivo de celebración. El nuevo disco de la angelina apareció en el mercado el pasado 3 de marzo, y significaba su primer trabajo para Secretly Canadian, el sello discográfico con el que firmó para seguir su carrera en solitario, con un segundo LP que redunda en su apuesta por sonidos ochenteros y el R&B que ya marcó su trabajo anterior, cuando empezó a destacar con Good Evening en 2009.

Tres años después, y con dos EP’s en el mercado, Nite Jewel sigue dado pasos adelante en su carrera profesional, con temas como el homónimo al álbum o In the dark, uno de los más intimistas de su nuevo álbum. El sonido retro y la tendencia de González a bucear en sonidos cercanos a la década de los 80 aparecen como algunas de las principales señas de  identidad del álbum, haciendo buen uso de los sintetizadores analógicos, en un trabajo que no descuida la importancia de lo vocal, sobre todo en temas como Memory, man, cuando rebaja el discurso synth y electrónico, confiriéndose más protagonismo a sí misma, algo que también sucede en la balada In the dark, otra de las más sentidas y en la postrera Clive, de la que dejamos videoclip.

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Quizá sea excesivo apuntar que éste sea o será su mejor disco. En primer lugar, porqué su progresión parece contaste y no parece que vaya a detenerse ahí. En segundo, porqué lo exhibido hasta ahora había funcionado ya con aplomo. Su EP anterior, editado por Mexican Summer el pasado año, ya funcionó bien, aunque los dos temas presentados -acompañados de sendos remixes- nos dejaron con ganas de más. En cualquier caso, el disco funciona desde This story, más recogida que algunos de los temas capitales del LP, una interesante propuesta en equilibrio.

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