19.00 h. Avda. Diagonal, 645. Linia verde. No se aceptan acompañantes. Aforo limitado. 15 personas y él. Nico Roig. Motivo: Concerts Privats.

Estas son las instrucciones de uso para un formato especial. “Concerts Privats” es aquello de “ojalá algún día ellos toquen para mi”. Micro-espacios, poca gente y menos centimetros de separación entre la música y tú. No apto para fans alocadas: el entorno intimista puede llegar a embelesar hasta al más apático. Una crónica de IN-EXPERTAS SONORAS.

Això és un experiment”. Así se presentó Nico Roig, quien paso de actuar solo a tener cinco músicos detrás. A las guitarras y teclado, Miquel Casaponça y Raul Fernández. A la trompeta y recién llegado de Bélgica, Laurent Blondieu. Y, luego, dos instrumentos raros, los Baschet, esculturas a simple vista pero de una sonoridad inimaginable. Una especie de xilófonos pero en modo refinado. Decenas de cristales que al entrar en contacto con el agua y el tacto delicado de Jordi Casadevall y Martí Ruiz envolvían cada canción para llevarte al mundo interior de Nico Roig.

Una primera canción con final ascendente. El encadenado que “que dec estar fent malament per estar content”, acompañado de un estallido instrumental, nos acomodó definitivamente en el suelo de una mini sala de la Facultad de Bellas Artes de la UB. Solo podía ir a mejor. Y lo consiguió con Jo sóc la nena. Cantando como quién-cuenta-historias de cuento, Nico Roig habla del desamor, de impotencia, de decepciones y rupturas.

Nico Roig en un aula de la Facultad de Bellas Artes // Concerts Privats

Llevábamos ya un rato mirando los Baschet, cuando a Nico le sale de dentro un “guau, és que aquests instruments molen un ou”. Y bien lo demostraron en Hem fet fills massa guapos con ese final apoteósico, a ritmo de “s’han acabat els antiherois, s’han acabat els antiherois…”. Dificil describir ese caos equilibrado después de aquella lucha instrumental de la que fuimos testigos. Altísimos decibelios encajados a la perfección en cuatro paredes.

Que a juzgar por el resultado, cuesta creer que solo llevará dos días ensayando con la banda. Cuesta creérselo. Demasiada perfección conjunta. Que por mucho que diga que las canciones de amor “no le funcionan”, cuesta creérselo. Que por mucho que dedique canciones frías a “les dones macabres”, cuesta creérselo. Poca credibilidad cuando un concierto así esta preparado con tanta ternura. Seis músicos que alcanzaron con mimo la culminación única de un concierto privado.

In-Expertas Sonoras son Anna Pacheco y Andrea Gómez. Las fotografías publicadas son propiedad de Concerts Privats.