Constante es para mi uno de los mejores discos del pasado verano. Hace siete días nos sorprendían con el vídeo de Broncedado y como reza la canción: «a veces no importa quién lo dice primero sino quién lo dice mejor«.

El vídeo, realizado por Guillermo Coppini, acompaña a la perfección la fiesta electrónica que se pega Juan Ramón Diosque en este tema: colores, psicodélica y él. Hay dos momentos, en especial, que me enamoran: la paloma introduciendo la melodía de las flautas (aunque realmente no sé si son flautas, aunque es rollo azteca, o al menos eso me viene a mi) y el sólo que se marca Diosque en medio de la carretera a lo Joe Perry en los vídeos de Aerosmith.

Constante, asimismo, cuenta con otro videoclip del que me declaro fan. Realizado por Juan Agustin Carbonere, Una naranja parte de una idea sencilla (y de allí su grandeza) ejecutada en plan viñeta del Roto, y te introduce en la dimensión poética de Diosque, en sus juegos de palabras y en la metafísica de nuestros días. Lo puedes ver aquí:

Vídeos aparte, Constante es el resultado de una búsqueda permanente hacia el progreso. Sacado por QUEMASUCABEZA este verano, y bajo la producción de Jean Deon y Marcos Orellana, Constante tiene de casi todo lo que se le puede pedir a un disco: electrónica, psicodélia, dance, cumbia, folk, pop, ancestros y futurismo.

Abre el disco Fuego, una conjunción mágica de sonidos y melodías que se van sucediendo, y que te prepara para Una Naranja, donde ya entran las bases dance y luego los sintes. Y ya con La cura decides que el disco es brutal. La cura es algo así como una gran fiesta sucediéndose en una pista de baile cantando todos al unísono «¡!Hombre vivo soy!«. Muy en la línea de Washed Out o Michael Mike. También hay temas más tranquilos, como Son las seis o El típico secreto, dónde predomina el Diosque de Basural,(más en la línea de trovador) y eso también se agradece. El disco, por cierto, acaba con Rió hablando de la estupidez humana.

De nuevo parafraseándolo, «hay que darle al play«. Escúchalo aquí:

  • TEXTO: OLIVIA MATEU
  • FOTOGRAFÍA: DIOSQUE