Por increíble que pueda parecer,  nunca había ido al Matadero y no eran las ganas que me faltaban.Por fin, este fin de semana me acerqué, sin saber muy bien con qué me iba a encontrar. Después de tanto Matadero por aquí y por allí… ¿Qué  era el Matadero?. Una crónica de LEA INGOLD

Domingo por la mañana, allí estaba lista a encontrarme con lo que fuese.

Vista exterior de Matadero

Vista exterior de Matadero // Lea Ingold

Después de ver una enorme cisterna de agua con el nombre “Matadero” en caracteres blancos, me adentré al recinto en medio de naves industriales. Entre estas naves se podían ya apreciar experimentos aunando el diseño al cotidiano, que este domingo se concretizaban en unas plantas sobre ruedas.

Entré en una primera nave que resultó ser un bar – sala de actuación alternativa con unos aires retro que le hace parecer a un cabaret. Tendré que volver a ver como es el ambiente cuando la escena cobra vida.

Rojo y azul, constrante permanente

Rojo y azul, contraste permanente // Lea Ingold

La segunda nave era la buena. Allí estaba El Mercado Central del Diseño. Rojo. Azul. Unos carteles rojos y azules con un grafismo impresionante sin mucho sentido y unas placas rojas y azules de plásticos volando en el aire… ¿Rojo? ¿Azul? ¡Es un montaje 3D! Las dos placas delante de los ojos delante de uno de los carteles me preparaba mentalmente a ver un cartel en 3D cuando… no vi nada.

Me iba a ir. Bajé el plástico rojo de mis ojos y, ¡ahora sí! Lo vi todo.  Rojo, azul, dos facetas de una realidad,  dos visiones de unos problemas cotidianos que  nos afectan actualmente a todos, temas políticos con otros ojos.

Merece la pena acercarse. Entre sonrisas y reflexiones más profundas, con la exposición “Con dos colores” pasas un buen rato pensando en política y, guardando los pies en la tierra.

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La sala de columnas de la muestra // Lea Ingold

Un retiro de paz // Lea Ingold

Un retiro de paz // Lea Ingold

Después de haberse llenado los ojos de azul y rojo y la cabeza de política, tocaba descansar los ojos y el espíritu retirándose a la sala con columnas con aires de mezquita. Aire mágico, luz tamizada, ambiente relajante, viajas a otro espacio tiempo donde las horas parecen suspendidas en el aire y los ojos hipnotizados por estas manchas de color en el suelo que parecen tener un significado escondido.

“Magdalena Atria, Cenotes – Geometrías de plastilina”. ¡Corred a rellenaros las pupilas de colores!

Con dos colores hasta el 17 de noviembre
Magdalena Atria, Cenotes – Geometrías de plastilina hasta el 5 de enero