El pasado mes de Marzo Santa Rita culminaba el camino iniciado con la publicación de su primer EP en 2011 presentando High On The Seas, notable debut que marida su gusto por el rock y el grunge de manera soberbia. Golpe sobre la mesa del cuarteto barcelonés, decidido a crecer con un trabajo sin fisuras llamado a altas cotas. Por RUBÉN IZQUIERDO

La madurez de Hight On The Seas se destila desde los primeros acordes de Báltico, un debut en formato LP que llega dos años después de la aparición de Santa Rita EP, carta de presentación a la que honran ahora

El lanzamiento de Santa Rita EP allá en 2011 nos puso en alerta, dibujando unas expectativas muy elevadas para su primer LP, un High On The Seas presentado finalmente este 2013. El álbum llegaba además con el aval de Aloud Music, uno de esos sellos que parece vivir un estado de gracia permanente en lo referente a sus ediciones discográficas, buena estrella que se mantiene intacta también en alta mar, estado físico y creativo de este Hight On The Seas facturado con enorme gusto por la formación liderada por Cecilia Diaz.

Los nueve temas presentados aquí, todos ellos con evidentes alusiones marinas en sus títulos, refuerza ese estado de madurez alcanzado por la banda, muy cómoda moviéndose entre dos aguas -nunca mejor dicho-, situadas éstas entre el grunge y el rock, una apuesta ganadora sobre todo gracias a su capacidad para hilvanar un discurso propio desde Báltico, cometido al que dan continuidad en los diferentes mares y océanos por los que transitan a continuación.

Santa Rita, de estreno // Fotografía de Román Yñán

Santa Rita, de estreno // Fotografía de Román Yñán

La (evidente) apuesta conceptual, que alcanza también el estupendo art-work del álbum, le sirve de excusa a Santa Rita para evidenciar un salto cualitativo que en ningún caso nos toma por sorpresa: los cinco temas de Santa Rita EP mostraban ya mucho de lo explotado aquí. «Santa Rita ya suenan a Santa Rita y es solo su primer disco«, reza la hoja promocional del álbum, una sentencia que nos hacemos propia para remarcar eso, la continuación de la hoja de ruta insinuada en 2011, corregida y aumentada en un High On The Seas donde todo es como antes, pero mejor.

Ese notorio paso adelante se deja sentir desde su mera producción, confiada a Santi García  (Ultramarinos), desde la que consolidan a un sonido rotundo, evocaciones noventeras mandan, que nos reconcilian con eras pasadas, un sonido grunge que para nada se destila como una simple etiqueta: la autenticidad se respira en cada poro de un álbum que vive su pico emocional en temas como Mar Muerto (bendito hit) o Cap de Creus, presentadas en el tracklist de manera consecutiva, construyendo una suerte de díptico rockero mediado el álbum por el que no podemos más que aplaudir.

Imagen promocional de High On The Seas

Imagen promocional de High On The Seas

La apuesta de Santa Rita -volver al sonido 90 manteniendo una apuesta por lo propio, superando sin apenas esfuerzo el incómodo peso de la etiqueta fijada de antemano- le sirve para tejer una sucesión de temas surgidos de muy adentro, algo que logra gracias al buen hacer de sus cuatro integrantes, evidente en todos sus roles. Brilla Cecilia a la hora de construir los pilares vocales del álbum, del mismo modo que lo hace Natalia Bovedanni a la guitarra -excelente en los pasajes en los que asume el rol protagonista denotando carisma y personalidad-, con Laura Oliveras y Martha Woods poniendo la guinda en la sección rítmica, un encaje de roles preciso que le permite al álbum zarpar hacia cotas muy altas allá donde se lo propone desde Báltico, punto de partida de esta aventura ultramar.

Las cuatro se bastan para construir un universo musical propio, temas todo nervio sin apenas respiro, con instantes adictivos -ciertos instantes de Fidji, la aceleración de Adriático– y pocos instante de tregua, con la calma en medio de la tormenta rock ofrecida por Pacífico, matices de pausa en el arranque para acabar incluyendo algunos de los pasajes más evocadores del álbum. El cierre de Fisterra recupera el nervio de otros temas -ahí está la explosión en los instantes finales de Báltico-, en un trabajo al que se le adivinan pocas fisuras, y que brilla con especial intensidad en la emotiva Necochea, puede que nuestra preferida, por más que se nos antoje complicado destacar una sobre otra.

Debut valiente en lo conceptual, sus réditos se antojan más que suficientes para iniciar con éxito la travesía musical que se dibuja ahora ante ellas, una travesía que tiene fechas ya confirmadas en Madrid (Sala Siroco, 2 de Mayo) y Barcelona (La 2 de Apolo, 3 de Mayo). Antes, esta tarde a las 16:0d0, aperitivo en la tienda de discos Revolver.

Escucha High On The Seas en Bandcamp: