El pasado verano  un cuarteto japonés, Slow Beach, se marcaban un EP con claras evocaciones californianas, un sonido surfero que se sabe revelación desde su primera escucha. Repasamos, ya entrados en Otoño, uno de aquellos álbumes que nos servirán de ayuda para añadirle alguna pátina que otra de nostalgia al verano ya finiquitado. Por RUBÉN IZQUIERDO

  • El EP de Slow Beach es uno de los lanzamientos estrella de Ano(t)raks, sello japonés que descubrimos con la llegada de Lover Lover
  • Las siete canciones del álbum convierte a la formación nipona en una de las revelaciones del curso

Me imagino en una playa desierta, con el sonido de las olas mecido por una brisa cálida e inofensiva y la sal pegada a la piel. Es agosto, hace calor y el día toma ese ambiente de quietud, la agradable sensación del nada por hacer. Y entonces suenan ellos. Slow Beach hacen canciones para recordarnos lo maravillo que puede ser el verano, lo bien que estamos cuando todo esta OK, la felicidad viajando en olas dream pop, atribuidas normalmente a las bandas más surferas de nuestra amada California .

En realidad este verano no he estado en ninguna playa desierta y esa sensación de orden ha estado menos presente de lo deseable, así que de esa ensoñación lo único real son ellos. Curiosamente lo más imposible del asunto. Slow Beach suenan a San Francisco, a Los Angeles o las formaciones playeras que, como Tennis, imaginamos tocando suaves melodías desde barcos perdidos en el corazón del océano. Provienen, en cambio, de la muy urbanita Tokio, lo que eleva su sonido a la categoría de milagro musical.  Y suenan rematadamente ensoñadores. Vale la pena escucharlos.

Su Lover Lover es el primer EP que nos llega, aunque antes ya habían ido publicando algunos temas, tal y como reflejamos al final del post. La edición corre a cuenta de Ano(t)racks, un pequeño sello japonés con variadas y cuidadas publicadas estos últimos meses. Son siete temas de dulce escucha, un dream pop de evocaciones surferas y playeras, pura ensoñación -la desplegada en Slow down serviría de aval si no fuese por la enorme regularidad que desprende el álbum, facturado con una evidente madurez musical, a la que encontramos respuesta cuando repasamos los títulos de crédito de la formación.

Lejos de la playa, en el corazón de Tokio

Lejos de la playa, en el corazón de Tokio

Y es que por aquí pasan Dai Ogasawara, una de las cabezas pensantes del sello unidas a las tareas de producción de Kai Takahashi, una de las voces más autorizadas del curso en lo eferente a lo electrónico en japón. Yuriko Ohno (teclados) y Keito Taguchi (bajo) completan la formación, responsables todos ellos de tejer un disco marcada y rematadamente veraniego, un Lover Lover que funciona, y muy bien, como colección de canciones tropicales, estivales, profundamente vitalizantes.

En un mundo perfecto éste álbum tendría una amplia difusión. Su «You don’t love me / It’s a truth» inicial es una invitación a escuchar más, mucho más. ¿Lograrán traspasar los sinuosos muros de la difusión internacional y llegar a la audiencia merecida? Es pronto para saberlo. Nos queda la playa desierta, la brisa cálida y la sal pegada. Nos quedan Lover lover, Surfing today y ese twee pop tan enorme como la de esta publicación anterior, Allien is coming. Y uno se queda con ganas de más

Recupera Allien is coming en Youtube:

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