The Drums era uno de los muchos grupos que encaraba el 2011 con el reto del segundo disco por cumplir. En su caso, lo hacía además con la urgencia de la ruptura, la necesidad de completar un cambio inevitable desde el adiós de Adam Kessler, la voluntad de Jonathan Pierce en trascender (para seguir la evolución del tratamiento al nuevo disco puede seguirse la pequeña serie de videos realizados por la banda a tal efecto aquí).

El borrón y cuenta nueva incluye un mejor trato a las letras y una entrada en lo crespuscular que afecta al sonido menos de lo que cabía imaginar. The Drums siguen siendo The Drums aún con las bajas y pese a las ganas de cambio. Las referencias del primer disco no se han borrado del todo –Beach Boys se mantiene como referente, puede que más lejano, aunque se intuya todavía la luz de sus faros- y la enjudia de las letras no destierra el ritmo de un disco que invita al disfrute bajo un nuevo y sugerente prisma. Más modesto y con menos pretensiones que el anterior, más oscuro e introspectivo –reflexiones religiosas incluidas: el disco arranca con una contundente proclama, «I’ve seen the world, and there’s no heaven and there’s no hell»-, Portamento se releva especialmente denso en su primer tramo, puede que donde más brillo logra sacar a su contenido.

Days y What You Were aportan algo respiro y terminan de dar forma a un primer acto de altura cuyo nivel baja del excelente al notable en los cortes sucesivos. How It Ended confirma la entrada en una nostalgia a la que también arropa Searching For Heaven, ocasos que huyen de la celebración de su debut y que adentran al ahora trío en nuevos escenarios por explorar.

Menciones especiales merecen la inaugural Book Of Revelation, pequeña joya que se eleva por encima de la media, como lo hace una soberbia I Need a Doctor que confirma lo intuido: hay vida más allá de todo lo anterior, algo constantado también en Please Don’t Leave, ritmos pegadizos para letras desangeladas, enmarcadas de nuevo en el aire otoñal que inunda la propuesta.

Money, primer single para una nueva era
Escogida como single de arranque, y al grito de “I want to buy you something, but I don’t have any money”, Pryce puebla el video con algunos tópicos para cerrarlo con un dicho popular en Estados Unidos apto para varias relecturas. “Go west, young man”, cita de intenso calado sociológico en Estados Unidos, alude a la opción de solucionar el alto % de desempleo de los núcleos industriales del Este con la repoblación de la zona agraria del Oeste, dicho con el que cierra el single que abre la nueva era del trío.

Portamento se cierra con la citada How It Ended, una concesión al optimismo que completa el círculo y confirma lo pretendido por Pierce: sobrevivir a la moda de todo lo anterior con una propuesta emotiva, existencial(ista) y con mayor poso de lo que podíamos aspirar viniendo de la colección de hits de la que procedíamos. Más que obra definitiva, el nuevo trabajo de The Drums altera la hoja de ruta de la banda y le busca acomodo lejos de lo banal. Y ese es su gran éxito. A. VANDELAY

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