“Anaaaaarquiaaaaa”. Un grito espontáneo sacude el Centre d’Arts Santa Mònica mientras los cuatro integrantes de Tiger Menja Zebra ultiman la puesta a punto de su renovado set. Estamos a minutos de la presentación oficial de Anarquia i Mal de Cap (Hidden Tracks, 2017) y la tormenta de sonido que acompaña sus directos está al caer. Es la presentación del festival Eufònic en Barcelona y para el concierto de los Tiger, que cierra la jornada, la asistencia es generosa, aunque se ha acabado la cerveza. No todo puede ser perfecto.

La última vez que vi a los Tiger fue en uno de los últimos conciertos que montamos como Shookdown en la Sidecar, así que tengo muchas ganas de reencontrarme con su directo. Aquel día me encantaron -el que milita en la causa Tiger Menja Zebra difícilmente saldrá contrariado de un bolo suyo-, aunque mi ánimo no era el mejor y tengo ganas de disfrutar del concierto sin estar pendiente de tareas de producción. Si hubo en 2017 un disco que valdría la pena escuchar en días de redención, ‘Anarquía i Mal de Cap’ debería copar la lista. La hora que sucede al grito así lo confirma.

Anarquia i Mal de Cap’ no es un disco fácil, y ese es su gran valor. Y no lo es porque sucede al pelotazo de ‘Super Ego’ (Music Nothing, 2014), trabajo conceptual que sucedía a aquel ‘Com Començar Una Guerra’ (Music or Nothing, 2012) con el que iniciaron su propia mitología, remachada aquí a golpe de nervio. Estamos ante el fin de la trilogía con la que han abordado «la autodestrucción del ser humano«, un viaje solo de ida del que salen reforzados como banda: gente honesta haciendo buenos discos al margen de modas y tendencias. 

En su nuevo álbum, el conflicto del primero y lo que quedaba tras él en el segundo se desvanecen para preparar futuros envites. “Servilismo desgastado, decepción, la rabia que conduce al desorden… vía de no retorno”, se explica en las notas promocionales del disco encargado de cerrar esta trilogía porosa. Producido por ellos mismos, con grabación y mezclas de Marco Morgione en Micromaltese, ‘Anarquia i Mal de Cap’ cierra el círculo con cambios en la formación (dos baterías y bajos que dan soporte a la lluvia de voces, gritos y ráfagas electrónicas que completan el cuadro) y la misma mala ostia de siempre. Si no, no serían ellos. Charlamos con Josep Arnan sobre el camino que les ha llevado aquí.

Entrevista: R. IZQUIERDO | Fotografía de portada: ULL NU cedida por HIDDEN TRACK

Empezando por el principio, con ‘Anarquía y Mal de Cap’ dais continuidad a vuestro último trabajo, aquel ‘Super Ego’ de 2014. ¿Cómo recordáis el proceso creativo previo a la grabación?

No recordamos mucho porque la verdad es que íbamos bastante pasados la época antes de empezar a grabar (risas). Después de un periodo de limpieza, nos pusimos cada uno en su casa a trabajar en las canciones nuevas, como lo hemos hecho desde el principio. Después de eso ponemos las cosas que hemos escrito en común, y cerramos los temas.

¿Hubieron muchas variaciones respecto a los dos trabajos previos de la trilogía?

La variación principal esta vez es que sin Edu Novoa cambió el núcleo del grupo, cosa que llevo a la actual formación. Además, con dos baterías sumas un abanico de posibilidades a los temas, y lo trabajamos lo más a fondo que pudimos. Pero tanto con el primer y el segundo trabajo siempre hubo variaciones en el proceso creativo, ya sea por instrumentos o por conceptos incorporados. Una variación que sí hay respecto al resto de trabajos publicados hasta ahora es el tempo del álbum. Decidimos componer todos los temas a 140 bpm para mantener una pulsión constante en todo el metraje del disco. como si fuera una sesión loca de un dj en un after del extrarradio.

Habéis asumido la producción del álbum, aunque en esta ocasión editáis con Hidden Track, sello con el que se comparten sinergias, además de amistad. ¿Supone un descanso activo para Music Or Nothing?

Music Or Nothing seguirá activo, el trabajar con Hidden Track supone una ayuda para nosotros a la hora de la promoción del nuevo material. Además de claro, la amistad y el cariño que nos unen con Louise y Ferran.

Hablando de la grabación en sí, ¿quedaron muchas ideas fuera? 

En un principio vamos trabajando y cuando tenemos un volumen interesante de material nos paramos a mirarlo, si lo vemos bien seguimos y si no se descarta. Eso nos ayuda a no acumular material innecesario, “anar de cara a barraca”. También tenemos el tiempo que tenemos, ninguno nos dedicamos a la música en exclusiva.

El hecho de culminar la trilogía aquí que arrancasteis con »Com Guanyar Una Guerra’, ¿qué implicaciones tiene en el mensaje del disco en sí?

La trilogía acaba en este punto porque vimos muy claro el final al encarar este tercer proyecto. Seguramente si encontrásemos muchas más ideas a explotar en el concepto “autodestrucción del ser humano”, la historia no hubiera acabado aquí. Este disco cierra un ciclo y acaba donde empezaría de nuevo «Com començar una Guerra», a nivel conceptual.

Como es habitual, tanto en las letras como en los títulos hay una fuerte carga significativa. ¿Por qué Anarquía i Mal de Cap?

Javier Blanquez para Time Out tituló una entrevista del anterior trabajo de esta manera. Con el tiempo hemos visto que además de captar el mensaje cojonudamente, identificaba el siguiente paso de la narrativa que hemos llevado en los 3 trabajos.

Son ocho temas “sin concesión”, tal y como indicáis en las notas de producción. Se mantiene el inconformismo y ese ambiente postbélico de las grabaciones anteriores. Rabia, decepción, desorden… ¿cuán lejos estamos de todo eso? ¿Cómo se encaja la filosofía del disco en los tiempos de mierda que vivimos hoy?

Para nada estamos lejos, estamos en la mierda más absoluta, pero nada nuevo en el horizonte. El disco al igual que los anteriores sigue haciendo hincapié en la mediocridad que tenemos en el mundo, sobre todo en el mundo occidental, donde hemos llegado a un nivel de conformismo y sedación dignos de estudio. A nosotros nos da igual lo que piense el resto o la tendencia de la música, si tenemos algo en que cagarnos, lo haremos. Y siempre hay algo en lo que cagarse. Para limpiarnos el culo ya usaremos discos de otros grupos que estan sedados del todo y con el foco puesto en otras cosas como los fans y el negocio.

Hablemos de los cambios como banda. En el nuevo set vais con dos bajos y dos baterías. ¿Es una decisión fruto de los cambios o buscada? ¿Qué efectos tiene sobre el directo, ya de por sí una tormenta sonora?

Había ideas al respecto dando vueltas desde hace un tiempo, pero con la marcha de Edu vimos claro que teníamos que tomar esa dirección. Incorporamos a Pablo al grupo y fuimos a buscar un poco más en la fusión de lo tribal que aportan las percusiones y la electrónica que ya tenemos incorporada en nuestro sonido. En directo, creemos que da un toque más salvaje, pero a la vez hay un control sobre todos los detalles, pero es que tiene que haberlo con dos baterías. El tema de los dos bajos es algo que ya hemos llevado a lo largo del proyecto, funciona y no nos gustan ya las guitarras ni los guitarristas, al menos de momento. Conseguimos una base rítmica muy potente y con la electrónica y las voces hemos conseguido trasladar lo que teníamos en mente en directo y en el estudio.

Recuerdo, en los bolos que hicimos juntos, el despligue de backline y el efecto que tenía sobre el directo. En Sidecar el asunto fue muy épico, todo sobre el escenario. No sé si lo tomáis ya como un punto marca de la casa pero sí que quería preguntaros por todo mecanismo de trabajo: ¿cambian mucho los temas desde su nacimiento a todo lo que vemos en el escenario?

Supongo que cada uno a la hora de componer tiene su esquema mental, pero todos enfocamos mucho las canciones a lo que vamos a disponer en directo, baterías, bajos, la electrónica, las voces y donde y de qué manera incorporaremos eso al set, ciertamente lo tenemos en mente cuando empezamos con los temas. Aunque tampoco sabes nunca como puede acabar la cosa, igual para el próximo disco tenemos que fichar a la escolanía de Montserrat para que nos echen una mano con tanto trasto y a para poner unas voces molonas.

No sé si el hecho de culminar la trilogía aquí implica que se esté en el final del camino, de una primera parte del grupo. ¿Habrá punto y parte en lo venidero? ¿Créeis que los tres discos publicados hasta la fecha deben leerse bajo un prisma determinado?

Sin duda, los discos están bajo un mismo concepto. Hay componente de crítica, al igual que lo hay de inconformismo, todo está muy deshumanizado. Pero ciertamente no sabemos si nos gusta o no esta deshumanización, por lo que estamos igual de jodidos que el resto, pero más conscientes de ello. Lo siguiente por venir lo tenemos en la cabeza, pero los cambios ya los diremos en su debido momento. Ahora nos toca disfrutar del directo que hemos preparado esta vez.

Siguiendo con eso, dos preguntas. Una sería el punto conceptual del disco, muy marcado en el anterior en su sentido más bélico. ¿Hay un sentimiento unitario que sobrevuele el álbum?

La autodestrucción del ser humano es el resumen de toda la trilogia y culmina en este tercer disco. Trata sobre la desidia y los narcóticos que hacen que la gente se mantenga inmobil y actúe con desidia, poco a poco surgen voces de cambio que nos lleva a una revolución donde se cambiará el orden establecido. También el pelo de Leticia Sabater, la admiración por Dj Coco y las ganas de llevar trajes de kevlar por la calle son las cosas que más unen a los tres trabajos y a nosotros, por supuesto.

La protesta como motor es algo que por desgracia empieza a ser algo poco frecuente en los discos que escuchamos. ¿Os sentís un poco solos en ese sentido? ¿Con qué grupos o propuestas sentís más afinidad?

Aunque si hay componentes de protesta o de inconformismo en nuestra música, no podríamos considerar nuestra música como protesta en su expresión más pura. Nos gusta también mucho el humor, no tomar en serio a nadie y tampoco a nosotros mismos y quizás a veces estos dos conceptos distan un poco. Tal y como lo vemos nosotros, es sobre todo una via de escape. Si no nos reímos es para deprimirse del todo. Respecto a lo segundo, nos sentimos bastante alejados en ciertos aspectos de estilo con las bandas con las que compartimos escena, pero si respetamos y admiramos a muchos músicos de nuestro y de otros circuitos, por lo que hay afinidad con muchos de ellos, aunque no sea estilística o de forma, pero sí de fondo. Sentimos afinidad con Albert Plà, por ejemplo.

El componente visual ha sido históricamente muy potente en la banda. ¿Buscabáis alguna línea concreta en este disco? ¿Qué podéis contarnos de la portada?

La línea que buscamos es «la anarquía i el mal de cap», ¿y qué mejor que coger a alguien vestido con una imperio, vendarle los ojos, maltratarlo un poco y echarle unas fotos? 

¿Habrán videoclips de refuerzo en esta entrega? ¿Y audiovisuales en el live?

Videoclips si, habrá alguno más o eso intentaremos. Audiovisuales en el live deberéis conformaros con nuestros jetos. En algún momento dan hasta para reflexionar.

Y un tópico para acabar. ¿Planes inmediatos de futuro?

Beber alcohol, tocar los temas y bailar reggaetón mientras intentamos hacer una colaboración con alguien del mundillo, a ver si lo petamos de una puta vez.

Escucha ‘Anarquia i Mal de Cap’ de Tiger Menja Zebra en Bandcamp: