La Casa Gran celebra su tercera edición el 29 de abril en La 2 de Apolo, manteniendo su apuesta por nombres emergentes, encorándose en esta edición hacia la electrónica

Cuando La Casa Gran se presentó sin previo avisó en La 2 de Apolo para su primera edición muchos vimos en él una continuación natural de aquel añorado milagro que fue L’Hoteler, estupendamente retratado por Aïda Camprubí en el número 2 de nuestro Underzine, pieza en la que habló con varios de sus protagonistas e impulsores. Muchos de los grupos que formaron parte de aquella aventura tomaron La 2 en un “festival” -lo entrecomillamos porque no estamos ante un festival al uso- que no necesitó presentarse en demasía para cuajar: bandas, organizadores y una parte del público se conocían de aquellos y muchos otros conciertos y la entente prosperó. Así las cosas, La Casa Gran acogía a buena parte de los grupos que habían hecho de pulmón del pequeño milagro de la multireferenciada escena de Vic y había que festejar, presentando en su primera entrega una maratoniana edición que alternó la recién clausurada Apolo Store con La 2, sembrando el camino para lo recogido ahora.

Consolidado prácticamente en su primera entrega, el festival alcanza ahora su tercera edición gracias a la suma de esfuerzos mantenida por el sello Famèlic Records y la propia Sala Apolo de Barcelona, compañeros de viaje en esta nueva edición, a celebrar el 29 de abril. Con novedades evidentes en su programación -este año se acentúa el viraje hacia lo electrónico- La Casa Gran reabre sus puertas para seguir haciendo crecer el vecindario: nuevas bandas se asoman al portal. Hablamos con los amigos de Famèlic para saber más del tinglado que han preparado.

TEXTO: R. IZQUIERDO | CARTEL: LA CASA GRAN (SALA APOLO)
FOTOGRAFÍA DE PORTADA: ACCIÓN DIPLOMÁTICA

 

 

CUESTIÓN DE HABITAT Pero, ¿cómo se trabaja desde La Casa Gran el comisariado del festival y la confección del cartel de cada edición?. Edu, uno de los responsables del sello, nos saca de dudas. “Nuestro criterio se basa en escoger propuestas de nuestro entorno próximo, propuestas que nos parecen interesantes artísticamente, con las que tenemos un punto de conexión, ya sea porque somos amigos, porque son amigos de nuestros amigos o porque nos parezca que podríamos ser amigos, al tener una visión parecida de cómo vivir la música”, concede simplificando el asunto.  Un asunto que este año ha virado hacia la electrónica, algo no premeditado, fruto del “interés y la apertura que hay últimamente hacia el género o hacia los sonidos electrónicos en general”.

Si el viraje se da hacia los sonidos electrónicos, la constante se mantiene en la apuesta hacia lo emergente. En ese sentido sí que se da un posicionamiento “consciente”, ya que se busca sobre todo el crear “un circuito de proyectos que puede que no sean lo suficientemente accesibles o conocidos, o que simplemente son undergrounds o semiundergrounds”, status que de hecho no es nuevo para la gente de Famèlic, ya que se trata de su “hábitat como discográfica”.

 

La Casa Gran nos acercará la colaboración que L’Hereu Escampa y Dofí Malalt han realizado para la residencia artística de Can Serrat, tres canciones que editará en formato físico Famèlic Records

EL ENCUENTRO FELIZ Entre el cartel que repasamos convenientemente al final del texto destaca la colaboración de Dofí Malalt con L’Hereu Escampa, en su primer directo conjunto en Barcelona, dando continuidad al proyecto que arrancaron en Can Serrat tiempo atrás. “Su unión fue una propuesta de la residencia artística de Can Serrat, cerca de Montserrat. Se encerraron a trabajar juntos y surgieron tres canciones que editaremos como sello próximamente”, siendo el concierto de La Casa Gran el primero que realizaran en ese formato en la ciudad de Barcelona. “La Casa Gran es el lugar ideal para tocar estas canciones, y prevemos que será un concierto breve, pero bonito”.

 

EL FUTURO DEL FESTIVAL. De su origen casi espontáneo ha quedado la propuesta actual, aunque no haya una hoja de ruta marcada al respecto. “No tenemos ni idea del futuro de La Casa Gran. Es cierto que vamos año a año, aunque no ha sido una cita anual fija, ya que se ha ido moviendo según la agenda de la sala y de la nuestra. Mientras las dos partes tengamos ganas se hará”, estrechando una colaboración que por ahora se mantiene firme. “Como sello, durante años hemos trabajado de manera esporádica con Apolo, y al conocernos y ser gente con sensibilidad (musical) se interesaron por nuestra manera de hacer las cosas. La idea original fue la de plasmar una parte de la escena local de Vic y llevará allí, pero con el tiempo se ha convertido en una cosa diferente”. Lo que no cambia, de todas formas, es el espíritu. “Sigue teniendo esa parte de fiesta de amigos de la primera edición”, concede como cierre. Sigue manteniendo su razón de ser.