VULK – BEAT KAMERLANDEN (ELSA RECORDS & MEYO RECORDS, 2017)

Habituales en el directo en las salas de Euskadi estos dos últimos años, VULK pasaron por Barcelona hace ahora un par de mes en un concierto integrado en su gira compartida con los locales Cala Vento, en la que se colgó el sold out en la BeGood. El cuarteto bilbaíno se estrena en formato largo con Beat Kamerlanden, publicación a la que llegan tras agotar su demo previa, con producción compartida entre el propio grupo y Hans Kruger en los estudios Montreal. La publicación llega además en formato de coedición, con la suma de sinergias entre las salas Dabadaba (a través de su división discográfica ELSA RECORDS) y Meyo Records, sello comandado por los responsables de la sala Shake de Bilbao. Como se indica en las notas de prensa, «cuando dos de las salas más activas del estado se alían para sacar el disco de un grupo joven solo puede querer decir algo: estamos ante uno de los talentos a seguir más consistentes de su generación». No seré yo el que lo rebata.

Próximos conciertos:

06 de julio – Bilbao BBK Live – Bilbao
07 de julio – Analog Love Guateque – Zaragoza
08 de julio – Magazine Club – Valencia
29 de julio – Tsunami Xixón – Gijón

TEXTO: RUBÉN IZQUIERDO | FOTOGRAFÍA: PRESS KIT VULK

Arranquemos con un tópico. ¿Cómo y cuándo se crea Vulk?

VULK empezó en casa de Julen el guitarra, improvisando entre él y andoni, el cantante y entonces bajista, allá por el 2011. Más tarde se incorporó Chavi a la batería y estuvimos mucho tiempo siendo un grupo instrumental, un poco frustrados sin encontrar una voz que nos gustase. Un día Andoni se lanzó a cantar y era el que menos mal lo hacía, así que así se quedó. Con el tiempo la voz de Andoni se afianzó y vimos que necesitaba más espacio para cantar, liberarse del bajo y dejar así que entrasen ideas nuevas, ahí es cuando entró Alberto al bajo.

Venís de Bellas Artes, así que imagino que lo visual y lo gráfico es importante para vosotros. Partiendo de la propia portada, ¿qué podéis contarnos de su diseño?

En realidad solo Andoni y Julen han estudiado Bellas Artes, pero sí, nos gusta a todos el apartado visual que acompaña a la música y procuramos tenerlo cuidado. Sobre todo Julen ha estado haciendo diseños para el grupo desde los carteles de los primeros conciertos, primeras portadas… En el caso de la portada del LP la idea salió de Alberto y la llevó a cabo con una amiga nuestra, Alejandra Bustillo, pero el resto del artwork lo ilustraron Andoni y Julen.

El hecho de provenir de otras vertientes artísticas, ¿qué incidencia tiene en vuestra manera de trabajar? 

Desde dentro es difícil notar esa influencia, creo que es algo que viene más del subconsciente. No podemos decir que tengamos una puesta en escena muy estudiada la verdad, salimos tal como somos al escenario y los movimientos y contorsiones son solo fruto de la improvisación. La manera de trabajar lo visual es muy parecida a la que tenemos para componer música: nos reunimos, alguno trae una idea y el resto manosea esa idea hasta convertirla en lo que más tarde es la obra, ya sea una canción o un cartel.

Hace unas semanas estrenabais de hecho el clip para Something internal, dirigido por Ander Sagastiberri. ¿Podéis contextualizarnos el clip?

Quisimos grabar el vídeo con Ander porque, además de amigo nuestro, es muy afín a nuestros gustos artístico-estilísticos. Llevábamos alguna idea de casa pero fue prácticamente todo improvisación, dejando a Ander hacer magia. Sabíamos que la canción tiene cierto aire western por el riff de la guitarra y a la hora de grabar quisimos darle un poco esa sensación, peor solo un poco. Con el vídeo quisimos hacer lo mismo, hacer como en las pelis del oeste: salir absurdamente abrigados, jodidos por el sol, y con un duelo para rematar.

Venís de girar con Cala Vento, con los que habéis compartido varias fechas, incluyendo el sold out de Barcelona. ¿Qué balance hacéis? 

Lo que más ha molado es que no nos conocíamos apenas y decidimos lanzarnos a cerrar varios conciertos juntos. Han sido brutales, nos preocupamos por elegir bien los sitios donde tocar y la respuesta del público ha sido muy buena. Además ellos son un amor de personas y unos músicos cojonudos.

¿Qué es lo que más os gusta del hecho de girar?

Girar es vital para una banda porque te da la perspectiva que necesitas para entender bien tu proyecto. Tu visión no es nada objetiva cuando tocas siempre en casa para tus amigos. En cambio, enfrentarse a una sala llena de caras desconocidas que te están viendo por primera vez es mucho más excitante, además ves qué cosas funcionan mejor o peor. Luego vuelves a tocar en casa y la gente flipa, vuelves con las canciones mucho más maduradas.

Este verano participáis además en varios festivales. No sé si todo está yendo muy rápido o según lo previsto. De todas formas, ¿recordáis vuestro primer concierto? ¿En qué creeis que habéis evolucionado más como banda a medida que habéis ido pisando carretera?

Gestionarse entre 4 personas y que además la cosa vaya fluyendo es muy difícil, por eso vimos necesario ponernos ciertos objetivos como por ejemplo, cerrar un número considerable de conciertos en los próximos meses, así vas paso a paso y eres más consciente de si tu proyecto avanza o no. Los planes están saliendo bien la verdad, según lo previsto. El primer concierto fue con la formación original, cuando aún no estaba Alberto, y fue en el Nébula, garito mítico de Pamplona, al cual volvimos hace poco a tocar con Los Nitxos, de Vitoria. Desde entonces hemos recorrido muchísimos kilómetros que, como decía antes, nos han dado sobre todo perspectiva sobre neustro proyecto y experiencia encima del escenario ( y debajo, a la hora de organizar los conciertos, contactar salas…)

En la nota de prensa de hecho se reincidía en la larga gira autogestionada que estáis llevando a cabo. ¿Cómo os montáis las giras?

Para los conciertos en salas nos echa un cable Elías Gómez, fundador de Meyo Records y colega nuestro. Él sabe mucho mejor que nosotros qué decirle a una sala para acabar tocando allí, así que nos ayuda. Por otro lado, todo lo que son conciertos en salas autogestionadas, CSOs, etc. suele ir a nuestro cargo, es un mundo en el que estamos más acostumbrados a movernos.

Beat Kamerlanden es vuestro primer largo, y actúa como continuación natural de vuestra primera demo (No longer great deal). Imagino que recoge buena parte de esa primera etapa creativa para vosotros. ¿Cuántas canciones quedaron fuera del disco?

El disco ha sido como un cierre con la primera etapa de VULK, hemos grabado todos los temas que veníamos tocando desde que Alberto entró en la banda el noviembre de 2015. Además decidimos grabarlos aportándoles cosas nuevas a los temas, capas que nunca habíamos metido pero que, gracias a estar en un estudio profesional, pudimos hacerlo. En la trastienda de VULK siempre hay ideas nuevas, pero veíamos necesario grabar todo ese material antes de lanzarnos a por lo nuevo, aunque sí grabamos un tema que nunca habíamos hecho ni en directo ni prácticamente en el local.

Habéis coproducido el largo junto a Hans Kruger. El hecho de firmar la co-producción imagino que os ha permitido implicaros al máximo en el pulido del sonido. ¿Llegasteis con las canciones cerradas? ¿Cómo fueron las sinergias con Kruger?

Íbamos con las canciones bastante cerradas y las ideas claras, con él pudimos desarrollar muy bien todo lo relacionado con sintetizadores y efectos, que es bastante en el disco la verdad. Él tiene el conocimiento y el material para hacerlo, por eso decidimos ir con él. También actuaba a veces como catalizador, nos ponía los pies en la tierra cuando íbamos muy lejos y a la vez nos daba alas cuando nos atascábamos con algo.

 Vuestra maqueta de debut está actualmente agotada. ¿Con qué formato la sacasteis?

Lanzamos No Longer Great Deal en un CD con carátula de cartón, con un insert que podríamos considerar también el ensayo para lo que luego ha sido el desarrollo del arte del álbum largo. Era una excusa para ganar algo de dinero extra para financiarnos una grabación en condiciones, porque esa la grabamos nosotros en el local de ensayo.

El disco es la primera referencia de Elsa Records y sale en coedición con Meyo Records. El hecho de que dos salas participen en la edición, ¿cómo se gesta? ¿Qué vínculos previos teniáis con ellos?

Meyo Records lo fundó nuestro colega Elias, que quería lanzarse a editar cosillas de amigos que le molasen, entre ellos nosotros, y además nos ayuda mucho con el booking de conciertos y festivales. Alex del Dabadaba se fijó en nosotros hace tiempo y, como Elías, quería lanzarse también a editar algo de nuevo, desde que dejaron Ayo Silver, su antiguo sello. Entonces caminábamos los tres, ELSA, MEYO y VULK en la misma dirección. Ha sido un gusto la verdad, hemos hecho lo que hemos querido, ellos estaban ahí para ayudarnos en lo económico y lo logístico, sin ponernos ninguna traba, que es lo que suele pasar en estos casos, que acaba por ser un engorro sacar un disco.

Volviendo al directo, como ya se dice en la nota el hecho de que dos salas apuesten por editar un disco escenifica la confianza que han depositado en vosotros. Ya que hablamos de salas, hablemos de circuitos. ¿Por qué circuitos os gusta moveros más ¿Qué es lo que más valoráis a la hora de decantaros por tocar en un sitio?

Como venimos del punk, de tocar en garitos autogestionados y tal, todo nadie puede evitar hacernos la pregunta del “circuito”, y la verdad es que no creemos que exista un circuito determinado para una banda como la nuestra, o como la de los demás chavales. Un día estamos tocando en una okupa, al día siguiente quizá en un festival grande. Lo que toque, no estamos cerrados. Obviamente lo más agradecido para un músico es tocar en una sala pequeña, con la gente cerca. Es ahí donde está el cariño a la hora de montar un concierto, podríamos estar tocando en sitios así toda la vida. Pero también queremos ver qué pasa en los festivales, llegando a otra gente.

Y otro tópico para acabar. ¿Planes inmediatos de futuro?

Ahora mismo volvemos a girar en verano sobre todo en festivales, de hecho. Tenemos casi diez fechas cerradas y puede que caiga algo más por el camino. Más a lo lejos molaría grabar más música, más videos y, por supuesto, más conciertos.