Las ventas de Weinf del 12 de marzo al 12 de abril irán destinadas a fines benéficos

A principios de esta semana grabábamos una nueva entrega del podcast que preparamos desde La Nada Colectiva para Scanner FM 2000 Enemigos Mortales. Allí tuvimos la suerte de hablar con Dani Ruiz, principal integrante del proyecto musical Weinf y responsable de la iniciativa que venimos a presentar el día de hoy, destinada a hacer más agradable la estancia de niños afectados de cáncer durante sus sesiones de quimioterapia.

Dani, que actualmente tiene 20 años, se pasó el pasado luchando contra el cáncer que le diagnosticaron, experiencia de la que surgiría su disco Requiem for myself (Aiguamoll Records, 2016) y de la que parte la iniciativa que puso en marcha el pasado día 12, con la que pretende ayudar a la ONG infantil JuegaTerapia, organización que recoge consolas y videojuegos para que los niños pasen las sesiones de quimio lo mejor posible en el hospital.

La campaña estará activa hasta el próximo 12 de abril y contribuir a la causa es muy sencillo: todos los ingresos derivados de las ventas del disco del 12 de marzo al 12 de abril se destinarán directamente a la asociación. Os dejamos, a falta de emitir el programa el próximo martes en Scanner FM, con la carta que el propio Dani escribió en fechas recientes en su cuenta de Facebook:

Hey gente, voy a ir al grano. Hoy, 12 de marzo, hace un año que me diagnosticaron el cáncer. Nunca lo he dicho específicamente ni me gusta mucho hablar de ello, aunque por la temática de mi álbum ha salido en algunas entrevistas que me han hecho. Este ha sido un año muy raro, el año más raro de mi vida.

Mientras se acercaba esta fecha –me acuerdo de ella porque es el cumpleaños de mi padre, más que nada– pensaba en todo lo que ha pasado este año. Pensé en las circunstancias que me llevaron a componer y grabar Requiem for Myself (casi a toda prisa, pensando que sería mi primer y último álbum) y en lo que iba sintiendo durante el proceso. Recuerdo que lo peor, con diferencia, eran los ratos –muchos, y largos– que pasaba en el hospital. Son los ratos en los que no hay escapatoria de la realidad, en los que sabes por qué estás ahí y sabes que quizá estás ahí el resto de lo que te queda de vida. Además, si tenéis algún conocido que ha pasado por esto, o habéis leído algún testimonio, sabéis lo horrible que es. La quimioterapia duele, y mucho. Y es un dolor muy especial –del que no me olvidaré nunca– al que no puedes parar de prestarle atención, porque lo sientes en tus venas y en tu estómago. Sabes que lo que te están poniendo en las venas es lo que está provocando eso. Y ahí está la razón por la cual anuncio esto:

Este mes (de 12 de marzo a 12 de abril) voy a donar TODOS los ingresos que haga vía venta de álbumes en cualquier formato (ya sea digital o físico) y en cualquier plataforma a juegaterapia.org. Esta ONG se dedica, entre otras cosas, a poner consolas en las salas de quimioterapia de los niños.

Si no hubiera pasado por lo que he pasado seguramente me parecería una chorrada. “¿Para qué vas a donar consolas cuando puedes donar dinero en investigación?”, supongo que me preguntaría. Ahora que lo veo con perspectiva, y habiéndolo pasado yo mismo, no tengo duda de que es de las mejores ayudas que se pueden ofrecer. A mí los ratos que se me hacían más difíciles, dentro de todo el conjunto de experiencias horribles por las que tienes que pasar, y siendo consciente de que era por mi bien, era estar en el hospital recibiendo la quimioterapia. De modo que no puedo ni empezar a imaginarme como convencer a un niño enfermo de que eso es bueno para él. Lo veo realmente imposible, y una experiencia muy (MUY) traumática para cualquiera de ellos, que va ahí solo pensando en el daño que le hará lo que le ponen, sin entender exactamente por qué.

Pienso que la salud mental jugó una parte muy importante en mi recuperación. Mi entorno –mi familia, mis amigos y mi gato– me puso todas las facilidades que pudo para que yo estuviera bien. Los médicos me detallaron cada paso –por qué, cuándo y cómo– y se preocuparon (y se preocupan) de que yo esté de acuerdo e informado, además del trato impagable de las enfermeras. Pero cuando pienso que un niño, sin toda esta información ni capacidad de pensar: “vale, me están poniendo esto que me hace sentir como una mierda, pero con tal objetivo”, sin saber los motivos, ni durante cuánto tiempo va a estar ahí, no puedo imaginarme como lo deben pasar él y sus padres.

Por eso me parece tan buena idea. Pienso que si pueden estar distraídos, sin pensar en que están ahí, jugando a lo que sea, no se les quita toda la dificultad ni mucho menos, pero creo que pueden percibirlo de otra forma, y por eso pongo en marcha esta iniciativa. Me gustaría ayudar, aunque sea un poco.

Por eso os pido que si queréis contribuir a esto, compréis el álbum o donéis directamente a Juegaterapia –aunque es mejor si cogéis el álbum porque os lo lleváis gratis hehe– y compartáis esto para que llegue al mayor número de gente posible y recaudemos la mayor cantidad posible. Además, me hace mucha ilusión que un disco como Requiem for Myself, con la temática que tiene –solo hay que leer el nombre– se convierta en algo que pueda ayudar a gente que está pasando por lo mismo que yo. Echadme una mano, cada disco cuenta!

Weinf

Tl;dr: hoy hace un año que me diagnosticaron así que voy a dar dinero a los niños para que jueguen en la quimio así que comprad mi álbum si queréis ayudar.

Escucha el disco en Bandcamp: