Holy Fuck prosiguen hoy y mañana su gira estatal aterrizando en Zaragoza y San Sebastián tras su paso por Barcelona y Madrid. El cuarteto de Toronto mantiene su apuesta como “banda electrónica sin electrónica”, trabajando con técnicas propias hasta tapizar un sonido muy reconocible que han ido moldeando desde su debut en 2004, integrados en el sello-colectivo Dependent Music. Habituales del circuito festivalero internacional y con el beneplácito de la crítica desde la salida de sus primeros discos, la banda afronta en Congrats el álbum “que antes no podíamos hacer”, un trabajo ambicioso que les trae de vuelta a nuestro país y que nos sirve como excusa para hablar con ellos sobre su evolución interna.

Gracias de entrada a Houston Party por facilitarnos la realización de la entrevista.

Texto: R. IZQUIERDO | Traducción: C. TORRES 

Es el primer disco del grupo en seis años. Para el fan más acérrimo del grupo, ¿cómo le explicamos esa pausa?
Sabíamos de hace tiempo que necesitábamos un descanso. Habíamos girado sin parar durante seis años, y eso no nos había permitido tener tiempo para grabar propiamente un disco. “Latin” se grabó en medio de la gira y el proceso fue un poco frustrante, por lo que hicimos un descanso deliberadamente a finales de 2012, primero por salud mental, y luego para ponernos con el álbum en serio.

Un proceso intenso
Estuvo más o menos terminado para 2014, pero entonces lo siguiente fue encontrar sello, management, etc… ¡Ah, y el resto de la banda tuvo niños!. Por lo que estos tuvieron prioridades. Nos habría gustado que el disco hubiese salido antes, pero el destino no lo permitió.

Algo que os estarán preguntando continuamente estos días, ¿en qué créeis que habéis cambiado más como banda?
No ha cambiado mucho dentro de la banda, quizás la grabación muestre un lado diferente de nosotros o tal vez “más” de nosotros. Tuvimos la oportunidad de componer está música, tocarla en directo y luego grabarla, como hacen la mayoría de las bandas. El caso es que antes nuestras grabaciones eran capturas de nosotros en el momento creativo, no necesariamente con un punto de vista “acabado” del proceso.

¿Han cambiado los roles de la banda con el paso de los años?
Los roles siguen siendo los mismos. Todavía creamos música con la misma motivación. Hay más guitarra y más voz pero sigue siendo el mismo montaje experimental, ruidoso y construido todavía con drones, ruido y beats de cajas de ritmo.

Y ampliando en foco, ¿veis cambio en la escena musical canadiense? ¿Mantenéis la misma dinámica de trabajo que cuando salió “Latin”?
Solo podemos hablar como mucho de la escena específica de Toronto ya que es con la que estamos más familiarizados. Esa escena está siempre creciendo. Hay bandas muy guays.

El lanzamiento del primer single llegó con la expectación obvia de quien vuelve tras una larga pausa. ¿Ha sido fácil gestionar un descanso relativamente largo como este con los fans? ¿Os sentíais presionados para volver?
Los fans siguen estando ahí para nosotros, en ese sentido no hubo problema. Pero la mayor lucha sigue siendo la misma: sentimos que estamos siempre pegándonos contra una pared en términos de cómo el gran público nos recibe. De todas formas no nos importan las expectativas ahora así como no nos importaban cuando empezábamos cuando publicamos nuestro primer disco en 2005. Supongo que ahora en 2016 es más complicado que nunca existir sin que te encasillen en un género o marca, pero que le jodan a eso, no es eso para lo que estamos. Sentimos que tenemos que vivir el presente ya sea sobre un escenario o en un estudio haciendo esta música o si no desaparecerá. Es un temor. Pero realmente adoraaaaamos hacer música. Y si nos mantiene vivos que así sea entonces.

Tom Tom alcanzó las 70.000 visitas en Youtube en muy poco tiempo, lo que ratifica las expectativas que ha despertado vuestra vuelta. ¿Qué os llevó a escogerla como single?
Queríamos lanzar algo que hablase sobre aspectos más amplios de nuestra banda. Estábamos encasillados como banda party-dance. Pero tenemos otras muchas cosas. Esa canción es divertida pero también freak y con un toque de oscuridad. Creo que era como una gran declaración de intenciones y mejor que volver con una canción pop o disco.

Durante este barbecho habéis colaborado con varios grupos. ¿Qué colaboración destacaríais?
Continuamos colaborando con nuestros compañeros y amigos de la escena. Es lo mejor para nosotros: construir relaciones que sean orgánicas. Todavía hay mucha gente con la que nos gustaría trabajar. Pero ahora mismo, cuando no estamos de gira, nos gusta colaborar con amigos en bandas como METZ, Alvvays o Diana. Graham y yo trabajamos mucho escribiendo y produciendo con otros artistas canadienses. Con suerte, habrá mucho más de esto.

En la industria se han producido muchos cambios a lo largo de estos últimos años, ya sea a través de las nuevas plataformas streaming o en la consolidación de los festivales como fenómeno global. ¿Qué echáis más de menos de vuestros orígenes?
La de ahora es una época, en donde nuestro valor como artistas culturales se basa en estatus/likes y seguidores. Nosotros preferimos centrarnos en hacer música. Todo ese rollo en donde se espera que una banda se asocie a una “marca” es raro para nosotros. No sentimos que sea natural. Pero las tendencias cambian. Ahora mismo, como banda, nos centramos en el aspecto musical y esperamos que sea lo que más destaque al final.

Sois una banda que tendéis a girar mucho, siendo en cierto modo asiduos al circuito festivalero. ¿Qué es lo que más os gusta del hecho de girar?
Creo que nuestra música se entiende mejor en directo. Mostramos ahí al público lo que realmente somos y es donde conseguimos nuestros más fieles seguidores y amigos. Es por eso que nunca podemos descansar por completo y dedicarnos solo a hacer discos de estudio. Para mi ya está bien. Tocar en directo es lo más grande. ¡Nunca quiero parar!

Una vez leí una entrevista en la que Brian decía que la banda nació con un contexto determinado, contexto o concepto, y que al cambiar éste lo que quedó fue un conjunto de músicos haciendo canciones. ¿Qué os llevó a crear el grupo?
En su momento sentimos que no había ninguna otra banda como la nuestra. Queríamos tocar música hecha con medios no habituales en un momento en el que todo el mundo estaba más enfocado a hacer discos perfectos con bits y software. Queríamos hacer música que se sintiese como fuera de sintonía con las tendencias y el momento. Básicamente lo hicimos todo por diversión. Nos desafiamos a nosotros mismos a seguir por esos ramales. El objetivo final era hacer algo único sin importar si era algo bueno. Ja! Supongo que lo conseguimos y hemos estado tratando que siguiese siendo “bueno” desde entonces.

En las notas de Houston Party previa a vuestros conciertos en Barcelona hay otra cita de Brian: “estamos ante el disco que antes no podíamos hacer”. ¿Qué creéis que os ha forjado más como banda a nivel técnico? ¿Tocar con no-instrumentos dificulta el proceso?
Estamos mejorando en lo que hacemos, supongo que es como cuando pasas mucho tiempo en un puesto de trabajo en el que al final aprendes cómo funciona la fábrica. Seguimos haciendo las cosas de la misma manera, pero al final de la cinta transportadora de la fábrica el producto es más brillante. Todo es definitivamente más dinámico, lo que no quiere decir que sea todo superrápido haciendo todo el rato el combo pulse / drone.

Voy acabando. ¿Recordáis los primeros no-instrumentos que manipulasteis? ¿Qué os llevó a lanzaros a ese nuevo modelo de trabajo?
El primero para mi fue cuando intenté hacer loops en mi grabadora cassette de cuatro pistas. Fue un auténtico juego mental averiguar cómo ralentizar la pista para conseguir bucles largos como los que oía en las grabaciones de hip hop. Yo no me compré un sampler como sí hicieron mis amigos. Solía utilizar Casios para niños, pedales delay y cosas así. Fue un ejercicio divertido que me condujo a esta banda.

La primera vez que os vi en directo fue en el Primavera Sound de 2008 y acabó con invasión de público al escenario. ¿Alguna anécdota divertida que recordéis de vuestros primeros conciertos?
A veces eran un desastre. Acabábamos en el escenario enredados en los cables. Pero era parte de la diversión. De aquel concierto del Primavera Sound todavía lo recuerdo como uno de los mejores para mi. Es un momento que quiero revivir una y otra vez. Quién sabe. ¿Quizás en esta gira?

Escucha Congrats de Holy Fuck en Bandcamp: