Segunda entrega de nuestro 2012 en 12 Firmas, hoy con Joana Serrat rememorando su concierto en el Heliogàbal. Ya para entonces la carrera de Joana iba en clara expansión, con un 2012 para enmarcar con conciertos en el Cruïlla, el Festival de la Guitarra o Vic. El concierto del Helio era algo parecido a una reválida. Y se pasó con nota, llenazo incluido a pesar de la lluvia. Texto original de JOANA SERRAT, escrito para SHOOK DOWN.

Ya no vivo en El Barrio. Lo dejé hace un par o tres de meses. Me había imaginado antes, en secreto –por supuesto-, bajando las escaleras del bloque, subir unas pocas calles y desenfundar mi queridísima Blueridge en esta pequeña meca. Ahora tengo que cruzar media ciudad hasta llegar a ella.

Joana Serrat, con su banda en el Heliogàbal // J.S.T.

Ya no vivo en El Barrio. Lo dejé hace un par o tres de meses. Me había imaginado antes, en secreto –por supuesto-, bajando las escaleras del bloque, subir unas pocas calles y desenfundar mi queridísima Blueridge en esta pequeña meca. Ahora tengo que cruzar media ciudad hasta llegar a ella.

He ido unas cuantas veces al Helio, a ver algunos conciertos y a tomar algunas copas. Me cuesta imaginar quién querrá venir a vernos tocar. Los amigos lo celebran cómo una hazaña espectacular -por lo menos el couching lo tenemos cubierto-, y de hecho lo es. Me impresionan este tipo de cosas, aunque tampoco me permito recrearme mucho en ello. Lo hago y punto. ¡Zas! Igual que la primera vez que tocamos en Luz de Gas, en el Festival de Guitarra, teloneado a Joan Colomo. Sólo podía pensar: “Que no se te vea nerviosa. Sonríe y haz que todo sea natural, todo luz”. Y eso hice, sonreír para ahogar mi miedo.

De camino al bar no puedo evitar pensar que ni tengo el look ni el carácter divino para el show business. ¿Debería inventar un personaje e inmortalizarme con una imagen? ¿Tendría, quizás, que apuntarme en alguna academia para que me dieran clases y así saber preparar un lucido show ? ¿En serio?

Aparcamos y nos metemos dentro del Helio. Llueve, como ya es costumbre en nuestros conciertos (así que, Generalitat, ¡contratadnos para la campaña verano 2013 contra los incendios!). Jan me dice que se han vendido unas treinta o cuarenta entradas, más o menos, con lo que ya me doy por satisfecha. Joder, es Barcelona y ¡estamos en el Heliogàbal! ¿Que más vas a pedir, bonita?

Durante las pruebas todo en su sitio así que ya sólo queda lo peor: la espera. Como los chicos están hambrientos nos vamos a tomar algo y nos distraemos jugando al Tangram. ¿Rock’n’roll, verdad? Cuando regresamos, el bar está llenísimo y lo mejor es que hay muchísimas caras desconocidas. Nos hacemos hueco entre la gente para poder llegar hasta el final y llevar a cabo el ritual de siempre: últimos retoques de espejo y un abrazo de equipo al estilo ‘rugbi’.

Afuera, la lluvia se intensifica. Dentro, la emoción crece entre acorde y acorde.

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