Punto y seguido para Hans Laguna. El autor de Primeras Marcas se va tres meses a Australia y ayer escenificó ese alto en el camino con un concierto especial en el Slow que sirvió para repasar los mejores temas del álbum que presentó a principios de 2012 con El Genio Equivocado. Por RUBÉN IZQUIERDO
Hay esperanza, pero no es para nosotros. Lo dijo Kafka, yo me lo creo, canta Hans Laguna en Aforismo. Primeras Marcas le contradice. Sirva como ejemplo Edad Media, la más aplaudida ayer
Hans Laguna llenó ayer el Slow Bar de Barcelona para decirnos adiós. Un adiós provisional, propiciado por su marcha a Australia los tres próximos meses por motivos laborales. «La pausa marca un punto y aparte«, reflexionó en una de las pausas entre canción y canción, en una noche que sirvió para darle un nuevo repaso a los temas de su notable Primeras Marcas.
«Presentamos el disco hace unos meses, parece que haya pasado más tiempo«, dijo poco después, recordando aquella primera noche en el Fantástico, escenario en el que temas hoy ya clásicos de su periplo musical sonaron por primera vez. Y tiene razón, parece que haya pasado una vida pero no, Primeras Marcas aún no ha cumplido su primer año por más que temas como Ese no soy yo o Edad Media formen parte del imaginario popular de algunos.
De nosotros mismos, sin ir más lejos: Hans Laguna protagonizó nuestra primera noche musical allá por el mes de Julio, cuando formó parte junto a The Missing Leech de nuestra fiesta de presentación en Be Good. No parece haber descansado desde entonces, con conciertos en el Primavera Club y en varias ciudades del panorama estatal, en un decidido paso hacia adelante dado de la mano de El Genio Equivocado.
Emocionado «y nervioso por dentro«, según comentó él mismo, Hans se hizo acompañar de su banda para tocar el grueso principal del álbum que en cierto modo le ha reinventado musicalmente, algo en lo que «Cristian Pallejà tiene mucho que ver«, recordó antes de hacer subir al escenario al músico y productor, miembro de Fred i Son y productor de Primeras Marcas. Pallejà acompañó a las teclas a la banda en uno de los primeros temas del set, que dejó para el final del repertorio temas icónicos como Edad Media -el más celebrado por el público- y Literal.
Antes hubo tiempo para el humor (en forma de balada de despedida) y para la emoción, con la vibrante Literal cerrando la noche haciendo gala de un sonoro derroche instrumental. Antes de ese broche final, temas como Nosotros hoy o Final feliz -presentados casi en forma de díptico protagonizaron parte del set, corroborando la madurez musical de un autor que ha logrado que sintamos que lleva toda una vida con nosotros. Por ahora toca paréntesis, aunque nos quedan los hits.