Este Jueves nace un nuevo festival en Barcelona. Hablamos del Aloud Music Festival, propuesta impulsada desde el sello Aloud, repartida en tres fechas y con un modelo de autogestión llevado a cabo por los mismos responsables del sello, que han dotado a la cita de la suficiente entidad como para trazar su camino más allá del sello. ¿El resultado? Tres días de máxima intensidad musical que desde esta casa esperamos con muchas ganas. Por RUBÉN IZQUIERDO
- El Festival nace con estructura tríptica: tres jornadas repartidas en tres salas, cada una marcada con su propia esencia
- Toundra, Lisabö y The Joe K-Plan centran la atención del día grande del Festival el próximo sábado, donde llevarán su descarga de adrenalina a la Sala Apolo
- Un día antes llegará la jornada internacional del Aloud Music Festival, con hasta cinco propuestas foráneas en La [2]
- Cuzo y Syberia se encargarán de abrir el Festival la jornada del Jueves en la Sala Sidecar
Quedamos con Sergio Picón, cabeza visible del sello independiente barcelonés Aloud, a dos semanas del inicio del Aloud Music Festival, cita de nuevo cuño que surge con la intención de abrir una vía en favor de la música instrumental en nuestro país. La propuesta del AMF se resume en tres jornadas donde habrá espacio para los representantes de la escena catalana (el Jueves 8 en Sidecar), la internacional (el Viernes 9 en La 2 de Apolo) y la estatal (fin de fiesta en Sala Apolo con Toundra y Lisabö), un tríptico que nace con la firme intención de consolidarse como propuesta anual.
Nuestro encuentro con Picón nos sirve para conocer un poco las interioridades del Festival, implantado en el décimo aniversario del sello y concebido como un claro modelo de autogestión: el Aloud Music Festival nace sin patrocinadores ni subvenciones, pura esencia DIY que pone especial mimo al valor artístico y cultural de su programación, quizá la más válida para comprobar en primera persona cómo está el aquí y ahora de la música instrumental más allá de las propuestas más conocidas del género, como Mogwai o Explosions In The Sky. Con la atrevida (y necesaria) apuesta de Aloud nos haremos una idea.
Primero de todo me gustaría saber como planteáis el inicio del Festival
La idea principal era hacer un día grande el sábado, con Toundra y con otro grupo de fuera, pero su acompañante se cayó a última hora. A partir de ahí fue montar el puzzle de nuevo, teniendo muy claro que queríamos a cuatro o cinco grupos de fuera, para aportar una voz diferente al a propuesta. No recuerdo el momento exacto en que lo fijamos como festival, pero siempre tuvimos claro que queríamos hacer tres tipos de concierto: uno más pequeño, con bandas de Barcelona, uno mediano en La 2, que es el tamaño perfecto para traer a a propuestas como Yndi Alda y hacer por último un Apolo grande, con Toundra para celebrar bien el décimo aniversario del sello y el lanzamiento de su disco. Toundra era Apolo sí o sí. Tuvimos la suerte de que su disco ha funcionado muy bien, y poder juntar a Lisabö y Toundra era casi un capricho personal, que por las circunstancias del momento podía hacerse bien.
La idea de hacerlo en modo Festival se relaciona con el décimo aniversario. A partir de aquí, ¿hay continuidad?
El aniversario es una excusa. Teníamos claro lo de montar un festival, enfocado sobre todo a la música instrumental, que es algo que en España no había hecho nadie hasta la fecha. La idea de ligarlo con Aloud era por coherencia: una parte del sello está apostando por este tipo de música, y pensamos que teníamos que ser nosotros los que diésemos. Conocemos bien a los grupos, hemos ido trayendo a gente de gira poco conocida en España que ya giraban por festivales en Europa y queríamos hacer algo similar aquí, en parte también para conectarnos con ellos.
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Es, entonces, un modo de abrir el sello
El sello y lo que se hace en España. Es una forma de decir allí fuera que en España también se hacen cosas interesantes, que salen proyectos y que hay buenos sellos que apuestan por lo instrumental. Ese fue uno de los motivos que nos llevó a no cerrar el festival a bandas del sello, y a traer en esta primera edición a grupos de BCore, como Cuzo.
En parte eso es lo que diferencia al Festival de un showcase convencional
Eso y que no sólo nosotros hemos trabajado en el mismo. Nos han ayudado BCore, los grupos de fuera… Montar un festival pequeño con nuestras bandas lo podríamos hacer siempre: llamas a una sala, traemos a nuestras bandas y montamos un festi. Pero eso ya lo hemos hecho y el momento pedía otra cosa. Era interesante hacer algo diferente, sobre todo por el décimo aniversario, que era un gancho en sí mismo. El Festival lo hemos concebido con la suficiente entidad como para ir en paralelo y de manera independiente al recorrido del sello.
Le ves continuidad, entonces
Totalmente. La apuesta es que el festival tire adelante por si sólo, que su vínculo con el sello sea que lo lleva la misma gente, pero caminando por libre.
Hablabas de la especialización del sello, que en parte os daba esa responsabilidad. Ahora que llegáis al décimo aniversario, ¿qué evolución ha tenido Aloud desde que empezó?
A nosotros, al principio, nos consideraban un sello de hardcore. Festivales más de pop nos decían que éramos demasiado cañeros… Sí que es cierto que sacamos grupos que tocaban música alta, pero yo no lo veía como un sello hardcore propiamente dicho, aunque ya se sabe a veces te cae la etiqueta y…
¿Cómo evolucionó luego vuestra propuesta?
Después salió Nothink y empezó a cambiar la idea. Ahora con Toundra nos consideran sobre todo un sello instrumental, pero hacemos más cosas. La premisa de Aloud es no dejar las cosas fáciles, buscar las cosquillas a las etiquetas. ¿Qué Aloud es un sello instrumental? Pues lo próximo será diferente. Ya se ha visto con Fira Fem o The Last 3 Lines. La idea como sello es esa, no estancarnos.
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Eso imagino que os da una idea más amplia del sector, el no tomar una línea muy marcada y no moverse de ahí.
Nosotros tuvimos la oportunidad clara de hacernos fuertes en lo instrumental, salir a Europa con la bandera y ya está, pero sacar muchas cosas con lo mismo… no sé. El Tercer Semestre, por ejemplo, no tiene nada que ver con lo que llevábamos editado. Lo que saquemos instrumental será algo que aporte, no lo sacaremos por sacar.
Eso también se ve con Ainara, que tiene su doble vía. La más cañera y cuando toca sola. Viene a apoyaros, ¿no?
Así es. Somos amigos desde hace mucho, y viene para apoyar al sello: en cuanto se enteró quiso venir. Salió la opción de tocar al día siguiente con guitarra y ampli en el Helio -fuera de la programación en sí del Festival, a un precio de cinco euros- y lo cerramos rápido. Estamos muy contentos de que venga.
Es otro ejemplo de variar el formato, en grupo o solitario
En grupo es muy enérgica. En el Faraday por ejemplo fue muy contundente. Estamos encantados de que se venga.
Volviendo al Festival, hablábamos de que el Aloud Festival llena un hueco que en cierto modo estaba por cubrir. ¿Cómo está la salud del género?
Yo la veo muy bien, bastante brutal. Nosotros lo hemos visto con Toundra, que tiene ahora mucho tirón, aunque no es una moda puntual. Es algo muy trabajado, donde ha habido muchísimo curro detrás. Y ahora Toundra en cierto modo lleva la cabecera, pero por debajo hay muchísimas bandas que vienen fuerte. Que toquen en el Aloud Festival están Cuzo o Syberia, pero hay muchas más. Viendo un poco la base, se puede decir que la salud de la música instrumental es buenísima.
En directos la situación está más complicada
A nivel de directos cuesta más. La cosa está jodida, no ya sólo, para la música instrumental, sino para cualquier tipo de música que suene alto. Cuesta encontrar programaciones estables como se hacía en los 90, donde te pagaban X y tú podías fijar una programación, traer grupos, etc. La salida para las bandas es tocar en tu ciudad, hacer intercambios con bandas por la península o de fuera de manera puntual y perder el menor dinero posible. Has pasado de planificar para ganar a hacerlo para perder el menor dinero posible… Si el Festival ayuda a que este tipo de bandas puedan hacer cosas más en serio habremos conseguido lo que buscamos. Ojalá pase eso, y ojalá los festivales apuesten más por la música instrumental.
En los line-ups de los grandes festivales cuesta encontrarse con formaciones instrumentales.
Piensa que es una escena que está creciendo mucho. Quizá el problema que ha habido es que mucha gente pensara que todo acabó con Mogwai y Explosions, que es un poco la idea que ha quedado al final. Toundra por ejemplo es una hora y cuarto de intensidad pura, te quedas pequeñito escuchándolos. El instrumental ha evolucionado mucho desde los noventa.
Algunas de las bandas que vienen lo ratifican
Giardini di Miro o The Samuel Jackson Five llevaron la etiqueta mucho más lejos, aunque no tengan la misma repercusión ni te traigan a 2500 personas.
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Hablando del reparto por días, ¿cómo ves la composición del cartel?
En Sidecar apostamos por las bandas locales. Se nos ha quedado corto pero por programación sólo podíamos llevar a dos. Nos apetecía mucho empezar en Sidecar: es una sala con la que personalmente estoy muy unido. Hicimos un ciclo en 2005, programamos hace tiempo a Yndi… teníamos que hacerlo allí. Tocarán dos bandas: Cuzo y Syberia. Cuzo son de BCore y nos apetecía mucho contar con una banda suya, es un sello con el que estamos unidos: ha marcado una época como sello y además son amigos, por lo que tenían que estar. Syberia por su parte es una de las revelaciones del año y nos apetecía mucho que abriesen el Festival.
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El viernes es el día internacional
Abrimos con Stories From The Lost. Son belgas, vienen con un disco y representan a un Festival belga, el Dunk. Allí tocan 50 bandas, y nosotros llevaremos a Toundra. Es un Festival brutal, del que yo por ejemplo no conozco un 80% del cartel… Es para ir allí y hacerles reverencias (risas). Con ellos tocarán Giardini di Miro, que para mí son historia. Discos, EP’s… es una banda muy prolífica, muy bien considerada en Italia. Están muy ilusionados con venir. Con Yndi Halda hay un vínculo desde 2007, cuando los trajimos de gira. Durmieron en mi casa, nos enviamos regalos por Navidad… fue el primer nombre que me vino a la cabeza. Tienen uno de los discos más importantes del género, y que vengan es muy importante para nosotros.
¿Y con quién cerráis el cartel ese día?
Ya de noche tenemos a The Samuel Jackson Five. Fueron los primeros en decir que sí, se compraron los vuelos sin saber nada… muy bien todo. Powder! Go Away son rusos, los conocí en una gira que hicimos allí y es una banda que suena muy bien. Te dejan en estado hipnótico durante el bolo.
¿Os condicionó el tema vuelos, ver que el presupuesto no se dispare?
No. De hecho no pensamos en el dinero hasta cerrarlo todo, no queríamos condicionantes. Gente cercana nos decía que buscáramos un patrocinio, una subvención, pero apostamos por hacerlo así, y no hicimos números hasta hace poco. Cuando los haces te asustas: tenemos un presupuesto que hay que cubrir con entradas y es un reto. Es un Festival DIY 100%100, sin subvenciones ni patrocinadores externos, y el reto era conseguir no quedar influenciados por eso. A partir de ahí planteabas a los grupos la situación y cada banda se lo monta a su manera. Yndi Halda por ejemplo vendrán cuatro días… Con poco dinero puedes hacer cosas interesantes si hay implicación. Los K-Plan (The Joe K-Plan) nos envían mails hablando de los ensayos… son cosas que te emocionan, y ves que la gente está muy contenta por venir. Quizá eso no sea dinero, pero te da mucha energaí. Ver a la gente tan ilusionada va más allá de ganar dinero.
Independientemente de los recursos imagino que el impulso de esa energía para consolidar las primeras ediciones es muy grande
Para las primeras y espero que para todo lo que hagamos. Siempre he pensado que en el mundo de la música lo importante es que el organiza sea un apasionado de la música. Ves el Primavera y lo ves: es gente muy apasionada y eso tiene una repercusión en el cartel, en cómo han evolucionado desde el primero. Ves que les gusta la música y el riesgo, y eso es algo que llega, y que conviene remarcar. En un caso como el nuestro el contacto con los grupos ha sido muy estrecho: o lo llevaba yo o lo llevaban Natalia o Nuria, y en casi todos los casos ha sido hablando directamente con la banda, salvo uno o dos casos que hablábamos con el manager, donde los grupos se volcaron también. Ha sido todo muy cercano.
¿Crees que eso pasa en todos los Festivales?
En Primavera, Sónar y diría que en el FIB pienso que si. Es lo que comentábamos del Primavera: cuando ves que quien hay detrás siente pasión luego se refleja en el cartel, el trato… Hay festivales donde eso no pasa, no se mira la música, se mira el negocio.
Falta riesgo, quizá.
Hay programadores que buscan seguridad. Tú les mandas propuestas más arriesgadas y no te lo van a coger, cuando sería lo normal. Montar un Festival no debería hacerse para ganar dinero, debería hacerse para plantear una propuesta artística, igual que si montas un sello. ¿Qué proyecto haríamos nosotros si sólo sacásemos música instrumental para aprovechar el tirón y ganar dinero? Igual que una banda tiene un proyecto un sello o un festival tienen que tener un proyecto. Por suerte hay gente que sí que lo hace. Ves a Polifonik Sound y entiendes su propuesta: llevan un par de nombres grandes pero luego disfrutas de un cartel donde hay muchas apuestas arriesgadas, y eso es algo que hay que aplaudir. Lo que hace el Taned Tin también está muy bien. Son casos donde hay riesgo artístico, y donde el programador demuestra su buen hacer.
¿Crees que pasa en todos sitios?
Mira Portugal. Allí ves a Foo Fighters en los carteles de verano, y ves que se potencia lo de abajo. Si no lo haces así corres el riesgo de comerte todo lo que viene detrás, y aunque emergan muchas bandas se lo encontrarán todo taponado.
Nos habíamos quedado en el sábado.
(risas) Cierto. El sábado, buf. Es la fiesta grande. Apolo, Toundra presentando disco, Lisabö… A Lisabö les invitamos pensando que dirían que no, pero al final pudimos cerrarlo y fue increbleí. Personalmente me encantan: salgo de sus conciertos como si me hubiese pasado una apisonadora, es algo casi violento. Y lo de Kaplan es casi un milagro: lo propusimos, nos pidieron un tiempo y al final nos dijeron que sí. Es un grupo que en parte tiene la línea de Toundra, que no te dejan igual. El sábado será duro.
Muy contundente…
Son bandas que tocan muy altos, pero nos llamamos Aloud y hay que ser consecuentes (risas)
Cerrando un poco el círculo cómo veis desde el sello la confirmación de Toundra para el Primavera.
Muy positiva, claro. Y nos gusta mucho la apuesta del Festival a la hora de traer bandas de los sellos de aquí. Ves a gente de Famèlic, de Bcore, de Sones, de Producciones Doradas… Está muy bien, nos permite tocar en buenos escenarios, con buen sonido. ¿Cuántos sellos hay en Barcelona? ¿10, 12? Hay que valorar mucho estas oportunidades, el espíritu colaborativo es algo que aprecio mucho. En nuestro caso contamos con una banda de Bcore, y el ediciones futuras sería genial contar con La Castanya o Famèlic, que son quizá los sellos más cercanos a lo nuestro. De La Castanya por ejemplo me gusta mucho como trabajan, trayendo bandas de fuera, apostando por algo diferente. La gente joven viene con ideas muy nuevas, y aprendo mucho viendo lo que hacen.
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La guinda, fuera de cartel, viene con Ainara.
Será un vermuth, en horario de mañana. No forma parte de la programación ni se incluye en la entrada, pero iremos allí a comentar la jugada. El que aguante vivo que se pase (risas). Ahora más en serio, es bonito hacerlo en el Helio, uno de los pocos sitios donde todavía se programa. Está muy bien poder hacerlo allí.
Es como cerrar con calma después de la tormenta.
Viniendo Ainara la calma será relativa. Vendrá a acabar de rematarnos (risas).