El próximo 14 de Febrero la Sala Apolo acoge el festival benéfico Love Is Back, a beneficio de Louise Sansom. La solista de Anímic se sometió a una costosa operación de espalda para solventar sus problemas físicos y la plana mayor de la escena catalana se ha movilizado para cubrir gastos. Recordamos los detalles principales de la cita al tiempo que nuestro redactor Rubén Izquierdo nos cuenta sus motivos para no perderse una de las citas del año. REDACCIÓN
- Concierto benéfico a favor de Louise Sansom en la Sala Apolo de Barcelona, el próximo 14 de Febrero con la plana mayor de la escena catalana
- La solista de Anímic tuvo que hacer frente a una costosa operación de espalda para solventar sus problemas físicos, dando pie a una oleada de solidaridad
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Llevábamos días queriendo hablar del fabuloso concierto programado para el próximo 14 de Febrero en la Sala Apolo de Barcelona. Su cartel y el motivo de reunión de semejante all star -el costeo de la operación de espalda de Louise Sansom, solista de Anímic-, hacen de esta una de las citas imprescindibles de este final de invierno, así que en realidad no hacía falta explicar mucho más: al Love Is Back conviene ir no sólo por la excelencia de su cartel, sino porqué el concierto servirá para ayudar a la solista de uno de los mejores grupos de la escena catalana y estatal de los últimos años,.
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El concierto parte de la iniciativa que se llevó en Facebook para ayudar a Louise a costear la operación de espalda a la que tenía que hacer frente, una vez se hizo evidente que su dolencia iba a más, hasta el punto de limitarle el día a día de su vida cotidiana. El grupo «Una esquena nova per la Louise» fue el primer impulso para poder hacer frente a la operación, alcanzando pronto los 9300 euros en donaciones desinteresadas, una oleada de solidaridad que vivirá el próximo día 14 su segunda entrega, cuando se lleve a cabo este festival benéfico que tiene como fin alcanzar los 23.8000 euros que cuesta la operación, cuya realización no está cubierta por la Seguridad Social.
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Con el objetivo de llenar la Sala Apolo y alcanzar la cifra final necesaria para cubrir los gastos de la operación, bandas como Mishima, Standstill, Love of Lesbian, Bedroom, Seward o Za y autores como María Rodés, Joan Pons, Refree, Silvia Pérez Cruz, Mau Boada o Joan Colomo se han ofrecido a colaborar desinteresadamente en el evento, en el que además Anímic estrenará alguna canción de su nuevo disco, con el que dará continuidad a su excelente Hannah, otro de los motivos que hacen de la cita del próximo 14 de Febrero un compromiso ineludible.
Dicho lo cual, y aquí abandonamos el terreno de la noticia y entramos en el de la opinión personal, voy a explicar mis motivos para ir al concierto, si es que tienen algún interés para alguien. Conviene apuntar en primer lugar que soy fan de Anímic desde hace muchísimos años -explica Nick Hornby en 31 Canciones que aquellas bandas a las que alguien que publica música en el medio que sea son aquellas que le exigen de mayor esfuerzo, no puedo estar más de acuerdo con el maestro-, aunque el mérito no me pertoque a mí. Que Anímic forme parte de la banda sonora de mi vida desde 2008, poquito después de la aparición de de Hau o Hiu y algo antes de la edición de Himalaya -seguramente su primer gran éxito de crítica y público- es atribuible a mi buen amigo Iván, compañero de fatigas en un diario local del Baix Nord allá por 2008, a quien debo varios favores y no pocas enseñanzas dentro y fuera del ámbito musical.
En una de nuestras primeras tardes juntos en la redacción, Iván apareció por la misma a primera hora de la tarde con su bonhomía habitual. «Company, he entrevistat a un grup que t’encantarà«, me dijo mientras descargaba las fotos que ilustrarían la entrevista, realizadas en su casa de Collbató. Me gustaría decir que ya los conocía de antes pero hoy estamos aquí para sincerarnos, así que aquella vez fue la primera en que escuché algo de Anímic, cuando Iván abrió el link de su Myspace y empezó a enseñarme los temas previos a Himalaya colgados en la red.
Días después, con la entrevista ya publicada -en la que unos jovencísimos Anímic explicaban su paso por el 13º Certamen Villa de San Adrián, donde lograron el primer puesto- su Myspace se convirtió en una referencia para un servidor, al tiempo que seguí de cerca la progresión del grupo -Iván mantiene buena amistad con ellos, lo que me hizo cogerles un especial cariño mucho antes de verles en directo por primera vez-. Las conversaciones sobre la banda y otros grupos se convirtieron en una constante durante los pocos meses más que compartimos redacción en el Baix, antes que Iván partiera hacia otros destinos laborales. En cierto modo, mi relación con Anímic podía haber acabado ahí.
Pero no. Poco después de mi marcha del diario Anímic editó Himalaya y la primera escucha fue como una magdalena de Proust musical . Su presencia en conciertos y festivales fue a más y sentaron las bases para lo que vendría con Hannah, uno de los mejores discos de 2011 aquí y allá, y uno de los LP’s que más he escuchado en bucle desde su aparición. Hace ya mucho que Anímic no es, claro, la «banda que entrevistó Iván«, convirtiéndose en una de las mejores bandas de la escena estatal, y una de las que más y mejor me ha hecho disfrutar en sus traslados al directo.
Hemos hablado por aquí varias veces de dos de los conciertos de Anímic que más nos han impactado desde entonces. El primero fue el del fin de gira de presentación de Hannah, llevado a cabo en una sala Bikini hasta los topes que contó con un pequeño all star de invitados. Joan Pons, Pau Vallvé, María Rodés, Maria Coma, Clara Viñals, entre otros, formaron parte de uno de los mejores conciertos de aquella edición del Festival de la Guitarra, un concierto con varios picos de intensidad excelsos, rematados con un rush final -sin bises, y en eso coincidimos- que hizo de aquel una de las experiencias musicales más gratificantes de las que he formado parte como espectador en mucho tiempo, y del que hablamos en la entrevista que Ferran Palau nos concedió hace algunos meses.
El otro fue el del Primavera Sound del año pasado. La banda tocó a primerísima hora y el escenario Pitchfork estaba lejos de presentar un lleno total, aunque los que decidimos madrugar nos llevamos de regalo un concierto soberbio. Por fechas -y hablo por mera intuición, quizá me equivoco- los problemas de espalda de Louise ya estaban ahí, aunque ello no fue excusa para que el grupo se sacara de la manga uno de sus mejores directos, rematado con un rush final instrumental que nos hacía intuir nuevos y fascinantes rumbos en el sonido Anímic. La guinda llegó al final, cuando en pleno arrebato musical el teclado cedió y Louise completó los últimos minutos del concierto tocando prácticamente desde el suelo, sin rebajar un ápice el torrente emocional que inundó el escenario. Acabó el concierto y el Primavera Sound siguió con su rutina, aunque el momentó que más me emoción en aquella jornada llegó a primera hora, con el sol bañando aún el escenario Pitchfork.
Así que un servidor irá al Love Is Back por aquella entrevista de mi amigo Iván que me descubrió al grupo, por todo lo que me aportó Hannah en el momento de su estreno y por el recuerdo, inmaculado, de aquellas dos inolvidables sesiones en directo. E iré también por la exquisita amabilidad que la banda siempre ha tenido con esta publicación pese a no conocernos personalmente -su último favor fue participar en el serial 2012 en 12 firmas, con un divertido texto firmado por Zuma que resumía el paso de la banda por Chile-, una amabilidad que, cuentan en el Play Ara de hoy, hacen extensiva a toda la escena.
Cuando la plana mayor de la música de un país se vuelca en algo de manera desinteresada es porqué la ocasión se lo merece, y este es uno de los casos que se ajusta sin reservas a lo dicho. Desde su cuartel general de Collbató, Anímic se ha convertido en una de las bandas que más y mejor ha practicado el sentimiento asociativo, ya sea a través de los conciertos celebrados en Collbató o colaborando en la producción de algunos de los mejores discos del país. Poder decir que se estuvo allí sea quizá un motivo más egoista para acudir en masa al Apolo. La sensación de cita única invita a ello. Por todo lo dicho, Love is back, ahora y siempre.