Como algunos domingos, aprovechamos la quietud de la jornada para recuperar algunos de aquellos álbumes a los que no pudimos prestar la atención requerida en su momento. El del retorno de Snowblink es uno de ellos, debiéndose remarcar las virtudes de un álbum notabilísimo en lo estético, con varias sorpresas en su interior. Por RUBÉN IZQUIERDO
- El pasado mes de Septiembre Snowblink nos sorprendía con su nuevo álbum, al que rescatamos hoy
- Dueto californiano y canadiense al 50%, el proyecto ha conseguido hacerse un hueco importante en la escena canadiense
Ya han pasado unos cuantos meses desde la esperada nueva publicación de Snowblink, dúo integrado por Daniela Gesunhdeit y Dan Goldman. La expectación venía al caso por el alto nivel alcanzado en su disco de retorno, Long Live, una notable primera aproximación para muchos al sonido Snowblink, que contó con la participación de miembros de MGMT, Deerhoof o Dirty Projectors.
Lograda cierta trascendencia con aquella notable aproximación musical, Snowblink presentaban el pasado mes de Septiembre su reválida, un Inner Classics donde se alternaba de manera precisa acotaciones pop y folk, un trabajo sosegado en el que la cultura new age va un poco más allá de lo musical: y es que el nombre del álbum toma como base un libro milenario de medicina tradicional china, escrito por varios autores anónimos varios decenios antes del inicio de nuestra era. El tono oriental se mantenía, por cierto, en el videoclip dirigido por Carla Susanto, del que recuperamos su visionado.
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Grabado en diferentes localizaciones, con pasos por Canadá y Malibú, la producción corrió a cargo de la misma banda en asociación con Cris Stringer, dejándose acompañar de nuevo por varios artistas para conformar un disco de nuevo encantador, en el que brillan las colaboraciones de Barbara Gruska, Ryan Driver y Thom Gill.
Black & white mountains hizo las veces de single de lanzamiento, empezando a trazar un camino transitado también por la elegante Best-loved spot o por Bounty o Buttons, puntos de cierre de un álbum que se sabe encantador, y que se refuerza por el brillo vocal de Gesunhdeit, algo ya insinuado con su disco de debut y confirmado en el último trimestre del curso pasado, en un trabajo tal vez menos expansivo que el anterior -su disco de debut se iba a los 15 temas, aquí se quedan con 9- pero igual de elegante.
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Mitad canadienses, mitad californianos, Snowblink figuran por méritos propios entre los nuevos mejores talentos de Canadá, después de haber abierto para grupos como The Hidden Cameras, Great Lake Swimmers o Jeff Tweedy, además de regalarnos alguna joya oculta como Tired bees, de su anterior álbum. Simplemente deliciosos.
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