Anthony Gonzalez ha creado algo grande, muy grande. Un trabajo épico y homérico, repleto de fuerza vital que arranca ya muy arriba, y no deja de crecer. Intro, primera pieza de Hurry Up, We’re Dreaming, se eleva a las nubes de la mano de una Zola Jesus igual de pletórica, y de ahí al cielo en un continuo increscendo del que M83 ni quiere ni puede bajarse.
Hurry Up…, doble álbum, 22 cortes de ensoñación pura, es el definitivo golpe sobre la mesa de un autor en estado de gracia que tiene en Midgnight City -escogida con toda justicia como Mejor Canción por Pitchfork– un extraordinario punto de (re)partida tras la incursión de Zola Jesus y confirma la culminación de un largo camino hacia la perfección dividido en seis actos y resuelto en 22 cortes presentados a modo de viaje sensorial trufado de percusiones electrónicas, distorsión de voces, himnos trascendentes desde su mera concepción y sintetizadores capaz de abrazar el universo -eso intenta, y eso logra- aupándolo en un pedestal en el que incluso da apuro buscarle compañía.
Proyecto anacrónico y atemporal -editar hoy en día un doble álbum con 22 temas requiere de valentía y confianza plena en las capacidad propias, algo de lo que Antonhy Gonzalez va sobrado-, con una carga emocional a años luz de la media, autoreferencial en el sentido que ahonda en la personalidad misma de Gonzalez, liberado de corsés y presto a dedicarse a sí mismo un trabajo en el que las influencias propias pesan mucho más que posibles etiquetas externas, Hurry Up es un vehículo eclético que le permite a su autor pasar del himno (ochentero) de Reunion a la ligera (y breve) Train to Pluton, una pequeña maravilla ensoñadora de apenas minuto y medio, utilizada casi como un intermedio con el que conectar con las diferentes joyas repartidas en el disco, tales como la inmediatamente posterior Claudia Lewis, la arrebatadora Splendor o la electrónica Klaus I love you, una de nuestras preferidas, junto con Wait, seguramente el track que más cerca queda de la perfecta armonía de Midnight City.
Hurry Up es un trabajo lumínico que vive en diferentes estados vitales partiendo siempre de la ensoñación para indagar en la nostalgia y la alegría, retales de vida bañados en una dulce carga synth donde lo cinematográfico se entremezcla con la épica -en Echoes of mine cuesta horrores contener la emoción- que consagran a M83 como autores del disco a través del cual explicaremos el 2011. Si hay es capaz de facturar algo así, no todo estará perdido.
Outro cierra el círculo con la grandilocuencia del que le pone la rubrica a algo bello, arrebatador. Ignoro hasta que punto Gonzalez concibió el disco como un sueño. Conviene quedarse en que brilla como tal. Y no es recomendable despertarse de él. En Hurry Up se vive muy bien, a salvo. En paz. A. VANDELAY
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M83 presentará Hurry Up, We’re Dreaming el próximo 9 de marzo en Barcelona
discazo tremendo, y que bueno el vídeo. Ya falta menos para marzo :)