Tokyo Sex Destruction nació hace ahora diez años. Durante todo este tiempo, tanto la banda como sus miembros han crecido y evolucionado, han pisado innumerables escenarios y han luchado por este proyecto que siempre han querido hacer a su manera. Después de la publicación de The Neighbourhood, hace cuatro años, los de Vilanova afrontaron una difícil decisión: disolver la banda o seguir adelante.
Y eso nos lleva al aquí y ahora. Tokyo Sex Destruction acaban de publicar un nuevo trabajo, Sagittarius, como símbolo de su resurgimiento y de una vuelta a empezar largamente esperada por su público, tanto el fidelizado por estos lares como el que se han ido granjeando más allá de nuestras fronteras. Hablamos con ellos a pocos días de la presentación oficial del álbum y nos cuentan cómo les han afectado estos diez años con la banda, la experiencia obtenida y también lo que esperan de su nuevo trabajo, presentado con algunas novedades en su formación. Lo que nos queda claro tras hablar con ellos es que Tokyo Sex Destruction tienen cuerda para rato. Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO y NORMA SOLANO
- Tokyo Sex Destruction están de vuelta tras cuatro años de silencio. Hablamos con ellos para hablar de Sagittarius, su nuevo disco, con el que culminan la evolución de lo mostrado hasta ahora
- La banda ha estrenado cambios en su formación, manteniendo intacta su vitalidad y las ganas de seguir brillando con su música
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Aprovechando que hace diez años de vuestro primer trabajo y cuatro del último, habéis hecho algún balance interno de la evolución de la banda?
Raúl: La verdad es que de repente nos dimos cuenta de que habían pasado diez años, y dijimos: ¿Qué hemos hecho todo este tiempo? Pero como balance, y aunque suene a tópico, yo creo que es positivo, y más con lo que cuesta hoy en día mantener una banda durante tanto tiempo.
¿En qué punto estabais antes del lanzamiento del disco?
Raúl: Vimos que llegó un punto en que aquello era un poco insostenible, hasta que hemos vuelto a coger fuerzas. El balance que puedo hacer de estos diez años en la banda es que nos ha afectado en nuestra forma de vivir por completo. Lo que ha aportado son cosas positivas a nivel de experiencia y a nivel de –aunque no me gusta la palabra- madurar y de formarte como persona.
Ha sido una evolución en paralelo al grupo, entonces
Raúl: Estar tanto tiempo de gira, fuera de casa… aunque cuando vuelves te quedas siempre con lo positivo, siempre hay cosas negativas. Obviamente hemos aprendido tanto de lo negativo como de lo positivo, así que el balance es nuestra vida, prácticamente. Empezamos con veintipocos años y ahora ya estamos pasando los treinta, con lo cual esta parte importante de nuestra vida la hemos vivido dentro de la banda y seguimos aquí.
En la ficha promocional del álbum se habla del equilibrio que hay en vuestro último álbum, Saggittarius, entre la energía del primero y la madurez del último
Raúl: No me mola el concepto maduro, pero sí, ahora me tengo que comer mis palabras… (risas) Ahora en serio, nosotros decimos que este es el que más se asemeja al primero, en el sentido que ha sido un disco que hemos trabajado durante dos años, pero como el grupo como tal dejó de existir… este es el primer disco después de eso, es también un primer disco. Y a parte, es un disco bastante directo, tanto como el primero.
¿Estás de acuerdo entonces?
Raúl: Más que madurez pienso que hemos tenido cierta experiencia para convertir lo que en su día eran canciones de punk rock, porque era lo que sabíamos hacer en ese momento. Ahora, aunque para mi es un disco de pop, sigue teniendo esa esencia de punk rock, de cosa directa. Han pasado diez años y la manera de componer ha evolucionado, y además antes no teníamos las herramientas o la forma de plasmar las ideas que tenenemos ahora. Posiblemente si en su momento hubiéramos tenido la misma experiencia que tenemos ahora, hubiéramos hecho este disco.
Joanma: También te marcas unas metas, hay un punto ambicioso de buscar algo más. Si siguiéramos con el punk rock del primer álbum tendríamos un producto muy purista pero no habríamos probado nada más.
Raúl: Se van añadiendo influencias. A medida que vas creciendo como persona y como banda vas añadiendo experiencias e influencias
Joanma: A veces nos dicen que recordamos a clásicos tipo Rolling, que prácticamente no escuchamos. Nos gustan, pero no son nuestras bandas de cabecera.
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El hecho de que vuestra evolución sea tan larga influye inevitablemente en vuestro trabajo
Raúl: Hemos tenido una evolución larga porque no somos muy inteligentes (risas). Ha sido una evolución natural. Nunca nos hemos planteado sonar de una manera o de otra, hemos ido haciendo lo que iba surgiendo por el camino. Con este disco nos podemos permitir, después de diez años y de tantas etiquetas, el lujo de decir: este disco somos nosotros. Con nuestras raíces, nuestra experiencia, pero creo que hemos conseguido nuestro propio sonido.
Fernando Pardo, el productor del disco, etiqueta como de Sorpresa el resultado de trabajar con vosotros. ¿Que tal fue trabajar con él?
Raúl: Miente completamente porque fue horrible (risas) A Fernando lo conocemos desde siempre, de ir a sus conciertos y salir diciendo: me molaría hacer algo con vosotros. Es un poco como una figura paterna. Él entró muy tarde en el proceso del disco, dos meses después de entrar en el estudio. Las canciones ya estaban prácticamente todas hechas, se las mandamos y le preguntamos qué le parecía.
Y accedió
Raúl: Yo creo que él se ve reflejado, porque en estos diez años han sucedido muchas cosas nada buenas que es lo que precipitó al grupo a desaparecer, y él me dijo: no me expliques nada porque todo lo que estás viviendo tú lo he vivido yo hace veinte años.
Joanma: Te refuerza mucho en tus ideas el hecho de ver a una persona que lleva tantos años viviendo de esto y que te diga que lo que te pasa es normal.
Raúl: Como llevas tantos años ya sabes como funciona todo y sabes hacia donde encarar tu música, y eso es la experiencia de Fernando. Él ha sido el gurú espiritual, el psicólogo… Nos hemos pasado prácticamente un año y medio o dos encerrados en un local trabajando el disco. Cuando llevas tanto tiempo con las mismas personas dándole vueltas a algo, ya no sabes si lo estás haciendo bien, si no.. Nos encontramos en un punto de inflexión en el que te planteas si merece la pena todo lo que has hecho, si lo que estás a punto de empezar vale la pena, con muchas dudas y muchos miedos sobre si seguir o no. Pasaron unos meses, porque no nos metimos directamente a hacer nada, dejamos un tiempo para reflexionar y decidimos que todavía tenemos cosas que decir y todavía creíamos que podíamos hacer música que nos emocionara.
¿Habéis cambiado el proceso compositivo?
Raúl: El proceso empezó con el álbum anterior, Neighbourhood. Antes de él, el proceso era girar, volver una semana para grabar y te marchabas de gira. Ahora, dedicándole tanto tiempo ya no sabíamos si lo que estábamos haciendo molaba mucho o era una mierda. Influye mucho cuando viene alguien de fuera y te dice qué le parece.
Joanma: Nosotros funcionábamos de una manera que ahora mismo no existe en España. Tener um grupo de rock es prácticamente imposible si no sale fuera. Tenemos la suerte de que nos abrimos fuera en su momento, y allí tenemos nos va mejor que aquí.
Hablando con hace poco con Mujeres nos decían algo parecido sobre lo de salir al extranjero…
Raúl: Es un tipo de música diferente. Cápsula,por ejemplo, también hace mucho más fuera que aquí, y a parte de la música, también influye la cultura del país. Culturalmente fuera, desde un punto de vista logístico, llevan muchos años trabajando. Aquí no, aquí lo que se busca es ganar dinero de forma rápida. Las promotoras quieren ganar dinero y no hay ese paso intermedio de dejar a bandas noveles que puedan salir. Nuestra intención siempre fue la de no estar aquí, sino salir, conocer otras culturas, otra gente… Y eso también se nota en nuestra música. Hemos compartido escenario con bandas que tocaban con otra concepción, tanto en su vida diaria como en su forma de hacer música, y eso se ve. Hace mucho poder viajar: conocer mundo te da un extra que no tienes si te quedas en tu propio país.
Joanma: Y te curte como banda, aprendes concierto a concierto. Cuando fuimos por primera vez a Estados Unidos estuvimos 30 días tocando consecutivamente. La segunda semana era en plan: ‘Mamá quiero volver a casa!’ y te das cuenta de que también hay un punto de acomodarse aquí, porque te encuentras con cosas como que el pie de un plato era un tapón de botella de agua pero salían los mejores conciertos.
Antes de la publicación de Sagittarius tuvisteis la gira con Jon Spencer Blues Explosion. ¿Qué tal fue la experiencia?
Raúl: Estábamos en el estudio a finales de noviembre y salió una noticia sobre ellos y dijimos ¿por qué no hacemos como hacíamos antes?, abriendo para un grupo de fuera. Tocaban para unas mil personas y era como volver a decir que vuelves a estar aquí. Conozco al manager que tienen en Inglaterra, ya que había hecho conciertos con Heavy Trash a raíz de esos contactos y le propuse hacer algo. A la promotora de aquí le pareció bien y a los de Inglaterra también, así que…
¿Y qué os aportó?
Raúl: Nos sirvió sobre todo para rodar las nuevas canciones, porque hacía un mes o mes y pico que habíamos comenzado a grabar. Fue como al principio, como una banda novel que toca con otros grupos. Tienes que volver a empezar, como si fueras un grupo nuevo…
¿Y cómo ha sido ese reinicio?
Raúl: Bueno, el problema de aquí es que ha cambiado todo bastante, las salas están como adormecidas durante verano porque se imponen los festivales. Entonces intentaremos entrar en ellos. También queremos cerrar distribución fuera para poder hacer gira europea después de verano. Nos hemos centrado en la música y decidimos dejar el directo para un poco más adelante. Vamos a buscar una nueva vía que es la distribución directamente desde aquí para fuera.
¿Y también fuera de Europa?
Raúl: También fuera. Las giras internacionales las coges de otra manera, no son giras de fin de semana sino que son mucho más intensivas. La última gira española que hicimos fue en 2004, el resto han sido conciertos puntuales, y ya en ese momento nos llevó 3 meses. Hay mucho más desgaste así, y con las giras internacionales sabes que después de unos cuantos días cubres los gastos y empiezas a ganar. Aquí haces un viaje, vuelves… cuesta mucho más.
Creéis que estáis ya ante la formación es la definitiva?
Raúl: No te lo sabría decir, ¡solo quedamos dos de la formación original!
Joanma: Con el tiempo las cosas cambian. Antes éramos el grupo de amigos del instituto que quedaba para tocar. Ahora es mucho más complicado quedar para tocar, para ensayar…
Raúl: La idea de crear una banda y pertenecer a ella se ha disipado un poco. Si la banda son 3 o 4, todos tienen que pensar que la idea principal es la banda. Si alguna de las personas no lo tiene como prioridad empieza a fallar todo.
¿Es más complicado ahora?
Lo es. Ahora es mucho más complicado, siendo más jóvenes era todo más fácil. Todos tenemos más responsabilidades, y además también se ha perdido el espíritu inicial de tener una banda en pro de la figura del músico. Igual es que yo soy un poco romántico, pero yo no puedo tocar en una banda a la que no pertenezca, o hago mi propia música o no puedo tocar la música de otro porque no se tocar. Yo antes lo notaba mucho más en Madrid, veía personas que tocaban en muchas bandas, y ahora veo que ha pasado también en Barcelona. Pero lo que cuenta es que lo volvemos a intentar, HEMOS VUELTO.
Escucha el nuevo disco de Tokyo Sex Destruction en Spotify: