A Kevin Parker le fascinó My Bee’s Garden, formación con la que contó para abrir en la gira de Innespeaker. De aquella aventura surgiría una amistad también producita en lo creativo, ya que Melody Prochet, integrante de la citada formación, le propuso producir los temas de su nuevo proyecto, sentando las bases para una aventura fascinante, que ha dado como resultado un disco con ecos a Cocteau Twins o Broadcast. Por RUBÉN IZQUIERDO
Qué y cuando: Sábado 25, Escenario Pitchfork. 19:45 horas
Solapaciones dolorosas: Varias. Aunque Rodriguez en el escenario Primavera y Apparat en el Auditori aparecen como las más sensibles.
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Partamos de la base de que Melody Prochet es alguien con suerte. No todo el mundo puede presumir de tener un padrino del calibre de Kevin Parker, alma máter de Tame Impala e impulsor mayúsculo de su trayectoria profesional hasta la fecha. Ambos se conocieron hace ahora unos tres años, cuando él quedó fascinado con su grupo anterior, My Bee’s Garden, hasta el punto de invitarles para que abriesen para Tame Impala en la gira de presentación de Innespeaker.
Aquella gira sirvió para que ambos unieran lazos, y al poco Prochet le pediría ayuda en tareas de producción para las canciones que barajaba para su nuevo proyecto en solitario, al que acabaría por llamar Melody’s Echo Chamber en homenaje a un curioso sueño revelador que tuvo más o menos por esa época, en el que las paredes de su cuarto realizaban los mismos efectos que el citado procesador de efectos. Las semillas para lograr algo grande ya habían sido sembradas.
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Llegados a este punto, conviene aclarar que, por más que el rol de Parker fue esencial en la culminación de MEC la autoría debe recalar esencialmente en Prochet, quien mantiene de hecho una línea de trabajo similar a la exhibida en su anterior proyecto, moviéndose en las mismas trazas dream pop sinuosas y melódicas utilizadas ya en su primer aventura musical, aventurándose a su vez a plantear algunos tramos que van más entre la psicodelia y el glam, logrando un equilibrio que brilla en los diferentes cortes aquí presentados, partiendo de su carisma interpretativo y del trabajo en la sombra de Parker, igualmente destacable.
El peso del líder de Tame Impala se deja notar más en la producción, más cuidada que en My Bee’s Garden, reforzada con su ojo clínico y con su firme intención de pulir su sonido hasta lograr algo esencialmente novedoso respecto a lo realizado con anterioridad por Prochet y puliendo un sonido que, aún teniendo pasajes muy dream pop recuerda más a formaciones como Broadcast -quizá la referencia más cercana a nivel estilístico- de manera más o menos regular, logrando presentar uno de los discos más estimulantes del presente curso, con ecos noventeros y la sensación de estar ante algo notablemente producido, partiendo de una materia prima ya excelente -la tarea compositiva es un mérito achacable a Prochet en exclusiva-.
Portada de Melody’s Echo Chamber
Un disco equilibrado
El debut como Melody’s Echo se salda de la mejor manera posible. Contiene hits innegociables como I follow you, temas reconocibles como Crystallized o momentos tan embriagadores como Some time alone, alone, donde el símil con Broadcast alcanza su máxima expresión, mientras que su origen francés da para títulos como Bisou magique o Quan vas tu rentrer.
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Como puede verse a lo largo del texto, si en algo ha sido especialmente cuidadosa Prochet es en la realización de videoclips, logrando perpretar un trazado lo-fi de alcurnia, especialmente en el primer tramo del disco, donde logra alcanzar un nivel realmente alto. Editado por Fat Possum Records, a la esencia de Prochet y el trabajo de Parker hay que sumarle también la referencia obligada de Cocteau Twins, cerrándose así un círculo que da como resultado un disco de notable alto, cuyos réditos auguran un largo recorrido para su principal protagonista.
Escucha el primer álbum de Melody’s Echo Chamber en Spotify: