El 2011 ha gravitado en Catalunya a través de dos grandes ejes. De un lado, el binomio Antònia Font / Manel. Los dos discos más esperados del año en Catalunya y Baleares se han cerrado con gran éxito para las dos formaciones, que han visto como llenaban por allí donde pasaban recibiendo una respuesta masiva por parte del público a lo largo de todo el territorio. Del otro, el eje estilístico, con grupos como Els Surfing Sirles o Joan Colomo insuflando de vida otros géneros más allá del folk bienintencionado de Manel. Destaca tambien el surgimiento de nuevas bandas como L’Hereu Escampa, Mates Mates o Grushenka, y la llegada de nuevos sellos cuya presencia se adivina clave para la regeneración de la escena indie catalana. Un buen año en suma que va (mucho) más allá de sus dos tótems principales. Un resumen de ART VANDELAY (*).
Anímic, por Hannah. (BCore/Les Petites Coses…)
Hannah es un trabajo precioso. Pocas palabras más servirán para definir con precisión el acabado formal de un disco que conviene escuchar como objeto de degustación, casi de culto. Ferran Palau -al que veremos en solitario abriendo para The New Raemon el próximo 13 de enero- eleva las canciones defendidas en catalán a un folk épico, sacando el máximo provecho del cuarteto de cuerda al que el grupo confía parte de su suerte en temas de gran belleza lírica y marcado carácter introspectivo. Presentado como un díptico alterno en que los temas en catalán combinan con los cantados en inglés, el disco brilla en las dos lenguas y se confirma como el mejor trabajo hasta la fecha de la banda de Collbató.
De los temas en catalán, que son los que entran en valoración en esta categoría, nos quedamos con Trenca Una Branca y La Pols i el Punyal, un redoble épico para cerrar el disco en el que la trascendencia adquiere tintes mayúsculos, con una lírica soberbia, a la altura del impecable acabado sonoro e instrumental.
De las muchas veces en las que hemos podido disfrutar del repertorio de Hannah, fue en su puesta de largo para el Festival de la Guitarra, con una Sala Bikini entregada para la causa e invitados de postín (Maria Coma, Pau Vallvé, Maria Rodés, Clara Viñals, Joan Pons y Jordi Lanuza aparecieron en algún momento del concierto para arropar la banda en su gran noche) certificando que este Hannah es uno de los discos clave de la temporada.
Antònia Font, por Lamparetes. (Robot Innocent/Discmedi)
Muchos plantearon el 2011 recién finiquitado como un duelo a dos bandas entre Antònia Font y Manel. El choque parece haber acabado en tablas: victoria comercial de Manel (especialmente a nivel de ventas, punto en el que han arrasado) y triunfo crítico para Antònia Font. Lamparetes es el disco más trabajado de los baleares desde Taxi (con el permiso de Alegria) en el que tono solemne del tramo Abraham Lincoln – Clint Eastwood – Icebergs i Gèisers casa bien con la excentricidad pop de Me Sobren Paraules e Illes Baleares, con mención a parte para ese himno a la alegría (valga la redundancia) con el que han cerrado buena parte de sus conciertos esta temporada, Calgary 88.
El éxito de Lamparetes reside en mantener algunas de las constantes propias del grupo (el apego a lo mediterráneo como bandera, las marcianadas propias del maestro Oliver, etc.) al tiempo que se suceden los hits en un disco que ha ido ganando posiciones a cada nueva escucha.
El grupo ha sabido rentabilizar al máximo el legado de su disco con una hábil estrategia de desarrollo, consistente en partir sus directos en dos mitades diferenciadas: una para Lamparetes, siempre en el mismo orden que en la publicación original, y otra para los hits de siempre, con Calgary 88 como colofón final.
Els Surfing Sirles, por Romaní, Semen i Sang. (Bankrobber)
La aparición en el mercado del nuevo (y esperadísimo) trabajo de los Surfing Sirles ha sido del todo estimulante, una sensación similar a la de abrir la ventana una mañana fría de invierno y dejar entrar aire fresco a nuestra discografía personal. Romaní, Semen i Sang es un disco canalla que habla desde las entrañas la vida, del dolor y de todo lo demás, que diría aquel. Fue nuestro primer disco reseñado y sólo por eso nos evoca un cariño especial. Más allá de la anécdota, abarca el genio de Martí Sales y los suyos y previene a los que huyen del conformismo: los Sirles custodian esa puerta y avivan la llama del inconformismo.
En este primer tramo de vida del disco, Taxista ha jugado un papel primordial. El éxito del hit puso en primera línea al grupo -que contaba ya con la ventaja de la enorme expectación que LP levantó en 2010, una aparición todo ruido y furia en el que fueron consolidando su propuesta-, al que han dado continuidad ahora con cortes como Annunakis o el I Feel Love con el que versionan, toma ya, a la mismísima Donna Summer.
Además de Maria Rodés (voces en La Gravetat), en el disco han colaborado Joan Colomo, en tareas de producción, y los Gramaphone All Stars abriendo con Montseny, buena batería de colaboraciones para un disco que parece no tener techo.
Joan Colomo, por Producto Interior Bruto, Vol I. (BCore)
Producto Interior Bruto es el segundo disco de la lista que compite en la categoría Shookdown.cat sin contar con todo su repertorio en catalán. La presencia de títulos como Hort Mort, Màgic o Els Destil·lats i la Constitució figuran sobradamente entre nuestras canciones preferidas del año, así que su presencia es poco menos que obligada.
El disco es el primer volumen de un Producto Interior del que ya está preparando su nueva entrega, y funciona como el trabajo más maduro hasta la fecha del creador de L’Ocell, hit más reconocible de su primer trabajo en solitario, acompañado ahora de temas como citado Màgic, nuestra preferida, o una Hort Mort en la que se deja acompañar por el otro gran hiperactivo de la escena catalana, Joan Pons.
Presentado en un antológico concierto en el Moog, Colomo juega a parecer liviano para facturar temas de notables hechuras, acompañadas de divertimentos como Anem a l’Alcampo que no le impiden trascender cuando debe hacerlo. El modo con el que tocó la bellísima L’Ocell en el Moog nos sirve para redundar el pensamiento que a Colomo ya le está bien divertirse divirtiendo. La alegría innata de su puesta en escena actúa como primer éxito de un disco de múltiples caras… y todas buenas.
Manel, por 10 Milles Per Veure Una Bona Armadura. (Warner)
¿Se puede añadir algo que no se haya dicho ya sobre el segundo disco de Manel? Nosotros no hemos encontrado mucho más que decir. Primer disco en catalán en copar las listas estatales, sold outs allí por donde han pasado y una expectación inusitada para acoger el segundo trabajo de unos Manel que alguna vez deberán someter a estudio la vorágine emocional despertada con la segunda entrega de su folk amable y bienintencionado con el que han abierto nuevas puertas a la escena catalana más allá de sus fronteras habituales.
Hay que reconocer a los Manel el mérito de sobrevivir a ese éxito -ya se sabe, el país de la envidia- y de reivindicar el valor de historias más que canciones como Benvolgut o Boomerang, los dos ejes a partir de los cuales gravita el disco, con momentos para el recuerdo (La cançó del soldadet funciona como historia delicada, de impecable narración) y otros de gran calado emocional, como Criticarem les noves modes de pentinats.
La apuesta arriesgada de la renuncia al hit y la intención de confiarlo todo a la narrativa les entroncan quizá con su venerado Guardiola: hay un deseo explícito de hacer jugar el balón musical, la lírica, por encima de la búsqueda del resultado inmediato. Y en el modo de hallar la victoria es donde ésta alcanza su verdadero valor.
Mazoni, por Fins Que La Mort Ens Separi. (Bankrobber)
Que Mazoni, uno de los cantantes más reconocibles de Banrobber, haya sacado disco este 2011 le viene muy bien al popular sello barcelonés para sintetizar los logros que ha conseguido en el año de su décimo aniversario. Plenamente consagrado -y volvemos a hablar de televisión para referirnos a Mazoni, aprovechando que firmará la banda sonora de Kubala, Moreno y Manchón-, Fins Que La Mort Ens Separi es sobre todo un disco de madurez que tiene en los dos cortes homónimos al disco sus grandes bazas, juntamente con la notable Això nostre s’ha acabat (fos el que fos), apuntalada con el coro gospel con el que la arropa para clausurar el disco.
El último trabajo de Jaume Pla da a la muerte un papel predominante (obvio por otra parte, visto el título). Es en temas como La La Galàxia Interior, con su sucesión de metáforas y El cromosoma kamikaze donde los vuelos alcanzan un valor más alto, si bien el tono no baja en L’Home Número 12, con el suicidio como leit motiv, o en Natura Morta, buen ejemplo también de un disco muy trabajado en la producción que gana a cada escucha y que confirma el buen momento de forma de un Pla versátil que sigue consolidando su propuesta a golpe de trabajos sinceros como éste, séptimo disco de estudio ya en catalán para una de las caras más reconocibles de la actual escena catalana.
(*) Para participar en la categoría Shookdown.cat, la única base exigida es disponer de un mínimo de tres temas en catalán, o el 30% del mismo en caso que el álbum sea inferior a diez temas.