Sobre la bocina y con el semestre a punto de acabarse aprovechamos la calma de la matinal del Sábado para hablar, por fin, sobre El Último Vecino. Gerard Alegre ha firmado uno de los discos del momento, una de las mejores pruebas de que no todo está perdido y que 2013, pese a todo, nos acabará por regalar varias obras imperecederas. Por RUBÉN IZQUIERDO
- Notable disco de debut para El Último Vecino, publicación editada por Doméstica Records y presentada la semana pasada por la Fonoteca Barcelona en su última fiesta del curso
- El disco llega con la vitola de ser uno de los discos más estimulantes del año y nos da motivos para creer que, pese a todo, 2013 será un buen año
Con El Último Vecino vamos algo tarde, prueba de que conviene atender siempre a las sabias recomendaciones que lanza La Fonoteca Barcelona desde su incansable ritmo de programación de conciertos. La semana pasada se clausuraba la temporada con nuestros queridos Tirana y las ya conocidas Las Desnortadas, recién fichadas por Discos de Kirlian y nos quedaba hablar de este disco inmenso, un debut inesperado en su grandeza que confirma a Gerard Alegre como un creador mayúsculo y hace de El Último Vecino un proyecto de gran calado, a tener en cuenta de verdad.
Tiene El Último Vecino algo de pasajes comunes -no cuesta reconocerse en sus canciones, hacer propio un tracklist que crece y crece a cada nueva escucha, un bucle que surge casi obligado, de manera natural, gracias a su carácter adictivo, ese algo que algunos discos tienen y que El Último Vecino exhibe con una naturalidad desbordante, instalada ya en las primeras notas de Que más da, excelente punto de partida para un disco que es un camino hacia algo grande, el descubrimiento de El Último Vecino– que le acaba por dar un valor añadido a las inmensas letras planteadas por su autor, con esos ecos al Glasgow de los 80 resonando en nuestras cabezas, embriagadas de synths por este nuevo clásico, editado por Doméstica Records tras generar un run run previo que ha terminado por cristalizar en este LP de presentación simplemente excelente.
Admito que el disco me empezó a hacer volar en su primera escucha. Fue en Un sueño terrible, con ese increscendo inesperado que te atrapa para no soltarte ya en en sus nueve temas, trufados de una lírica envolvente, sintetizadores adictivos y todo lo demás que hacen de El Último Vecino una necesidad casi vital para poner la guinda a un 2013 prolífico en nuevos nombres, encargados de hacer de este un 2013 un curso deliberadamente bueno, como contraste quizá a las decepciones que algunos pretendidos grandes nombres nos han brindado a modo de nuevas entregas discográficas.
Y el disco, claro, dignifica y enaltece los méritos de la discográfica Doméstica Records, empeñada en hacer de su buen ojo -tanto en los lanzamientos como en las reediciones- su principal carta de presentación. Aquí lo clavan, con un LP que se ha ido haciendo un hueco de manera clara en la blogosfera y en las redes sociales, recuperando sonidos que nos recuerda en parte a épocas pasadas para convertirse, sin embargo, en algo definitivamente nuevo.
Es esa recuperación emocional de otras épocas lo que hace de El Último Vecino lo que es. Su oda a lo synth, las bases analógicas que trufan sus melodías y, sobre todo, su traza a la hora de crear letras de órdago elevan la consideración hacia un álbum que en ningún caso se asemeja a un debut al uso, un primer lanzamiento que llega con una tirada de 100 copias que elevan, tal vez, el componente de culto que el disco acabará teniendo más pronto que tarde.
Y si lo tendrá es gracias a temas como Riscas o Los nuevos vecinos, situados ya en la recta final del camino, antes del cierre, que llega ya sabiéndose ganador, poniendo el broche con la adictiva Los Ángeles o la conclusiva Tú no estás asustado, un cierre a la altura que tiene en Haremos más su mejor muestra, perfecto botón de muestra para un disco de culto al que el lector haría bien en no ignorar. Pura delicia.
Escucha El Último Vecino en Bandcamp: