Hace ya algunos días que se presentaba en sociedad lo nuevo de Borealis. El proyecto musical de Eduardo Suárez logró ya el favor de la crítica el año pasado, cuando su Los Ojos del Sobremundo le hizo destacar de manera evidente, sensaciones que repite ahora con un EP intimista, de nombre Tumba Para Un Caballo Cojo y presentado como una serie de solos para guitarra de 6 a 12 cuerdas ciertamente notable. Por RUBÉN IZQUIERDO
Su nuevo trabajo se sitúa a medio camino entre el primitive, el ambient y el drone-folk y cuenta de nuevo con la edición de Reverwb Workship, sello británico que encargado de su publicación bajo la referencia de RW 234.
Intenso en sus seis temas, lo nuevo de Borealis acaba teniendo una duración mayor que muchos EP’s convencionales, ya que la mayoría de sus tracks se va más allá de los seis minutos, con mención especial para el conclusivo Pagano, desarrollado durante más de 17 minutos, configurando así un auténtico tour de force en solitario que reafirma la pericia de Suárez como guitarrista al tiempo que confirma el buen gusto de esta propuesta que en su edición anterior ya presentó una estructura similar, al funcionar como sólos para guitarras de 12 cuerdas.
Desde Reverb fijan referencias dirigidas al público británico que acceda por primera vez al personal y onírico mundo de Suárez, apuntando que nombres Leo Kottke, Ben Chesny o Rick Tomlinson encajarían en su mismo universo creativo. Trabajo concebido en Asturias, el disco supone la continuación de su EP anterior, así como su anteriormente publicado 2004-2006, recopilatorio con mayores matices instrumentales, presentado a finales de Octubre del año pasado.
Tal y como cuenta el propio Suárez en su perfil Bandcamp, la evolución de su sonido ha hecho que sus primeros trabajos tengan poco que ver con su música actual. «No tienen nada que ver con lo hago ahora, son diametralmente distintos tanto en la forma como en el fondo«, apunta señalando como principal diferencia que sus nuevos trabajos aparecen grabados «con una sola guitarra de doce cuerdas», en el caso del penúltimo EP, y de 6 y 12 en el último.
En las grabaciones recuperadas el pasado mes de Octubre Suárez exhibía grabaciones con guitarras eléctricas, acústicas, bajos, cajas de ritmo… una riqueza instrumental de la que se ha desprendido en sus dos últimos trabajos, desnudando su sonido hasta presentar su versión actual, una de las más pulcras técnicamente del momento, con una enorme facilidad para emocionar desde la guitarra en temas como La güestia o Ascensión. Su escucha merece la pena, tanto como bucear en su Bandcamp y descubrir, sin prisa pero sin calma, su sugerente producción musical.