Nick Hornby adapta las memorias de Cheryl Strayed, una escritora norteamericana que decidió plasmar sobre el papel el viaje redentor que emprendió hace unos años, cuando trató de superar un cúmulo de decisiones equivocadas cruzando a pie los 1800 kilómetros que separan el desierto de Mojave con Canadá. Dirige Jean-Marc Vallée, director de Dallas Buyer Club.
Reesse Witherspoon protagoniza e impulsa la adaptación de una obra de Cherlyl Strayed, en la que la escritora estadounidense rememora un episodio trascendental de su vida.
PELÍCULA: Alma Salvaje
DIRECTOR: Jean-Marc Vallée
INTÉRPRETES: Reese Whiterspoon, Laura Dern.
BÉLICA. Estados Unidos, 2014.
La determinación de Reese Whitpersoon a la hora de sacar adelante este proyecto sobrevuela la esencia del proyecto de inicio a fin. Entusiasmada con la historia personal de Cheryl Strayed, la oscarizada actriz decidió llevar la historia de Strayed a la gran pantalla, contando para ello con la participación del reputado escritor Nick Hornby en la tarea de adaptar las memorias de la protagonista del film.
Tanto el libro original como el film centran su mirada en la propia Cheryl Strayed, una joven que decidió expiar sus pecados recorriendo la llamada Pacific Crest Trail, algo así como un camino de Santiago en plan extremo que atraviesa la Costa Oeste de Estados Unidos para unir el desierto de Mojave con Canadá. Casi nada. La película está dirigida por Jean-Marc Vallée, director en pleno auge tras la extraordinaria acogida de Dallas Buyers Club y confía toda su suerte a Whiterspoon, quien hace suya las vivencias de Strayed para poner en pantalla las vivencias de la ahora escritora en sus años de juventud, cuando trató de superar la muerte de su madre (notable Laura Dern como sufrida esposa maltratada) y el oscuro abismo al que se precipitó entonces, una peligrosa mezcla marcado por el consumo de heroína e infidelidades varias que acabaron por costarle el matrimonio.
Reesse Whiterspoon, protagonista indiscutible del film
Dibujado el personaje central, la película se centra en los tres meses que Strayed empleó en completar su aventura, un proceso de descubrimiento y purificación que Vallée abriga entre flashbacks, empleados para explicar, que no justificar, las vivencias personales que condujeron a Strayed a su particular callejón sin salida. La película sortea con relativa fortuna el espíritu telefilm que bien podía haberse apoderado de la película pese a utilizar elementos algo tópicos como una voz en off utilizada en exceso o una abundancia de citas literarias que, sin lastrar la trama, llega a condicionarla por momentos, configurando un collage de citas y pensamientos profundos fundidos entre paisajes salvajes y bellos, configurando una fotografía de postal melancólica y emocionante, salvada gracias al talento condensado entre quien maneja los ingredientes presentados.
Y es que una de las grandes virtudes de la película descansa en la capacidad de Whiterspoon para construir un personaje creíble, para nada mitificado –es más, en varios momentos del film genera más antipatía que simpatía- y armado con un punto de credibilidad y humanidad cuanto menos destacable. Destaca también la evolución de su personaje, que arranca la trama prácticamente sin saber encender un camping gas para acabar llegando mucho más lejos que otros compañeros en ruta, así como la capacidad de Whiterspoon para cargar sobre sus (magullados) hombros el peso de la trama, una apuesta que la Academia ha sabido apreciar al nominarla como Mejor Actriz en la entrega de los Óscars que se realizará el próximo 22 de febrero, donde deberá competir contra la favoritísima Julianne Moore por su estupenda Siempre Alice.
Sobrevuela en el guión adaptado por Hornby la aceptación de los errores como terapia para cargar con lo que la vida nos ofrece a partir de una doble visión. La de la terapeútica travesía del personaje –Whiterspoon se las ingenia para transmitir el dolor físico y el cansancio que le genera un viaje del que amaga con abandonar en varias ocasiones- con la cruzada anímica planteada a modo de flashbacks que marca su dolor anímico. Ahí brilla también Laura Dern, nominada como Actriz de Reparto gracias a un papel que insufla energía a la trama, completando un díptico emocional, en el que conceptos como superación y redención, ambos apreciados históricamente por la Academia, salen a flote a lo largo de todo el metraje.
Más allá de que la película esté diseñada de manera muy clara para dar brillo al rol interpretado por su alma máter Alma Salvaje evita caer en la categoría de telefilm gracias a un personaje que sabe evolucionar y sufrir en esta suerte de viaje espiritual y redentor que no inventa nada, aunque explica muy bien lo que pretende abordar.