No por esperada la extraordinaria racha de conciertos que los integrantes de Opatov se han metido entre el final del invierno y el principio de la primavera se revela como una de las mejores noticias del panorama musical de por aquí, algo huérfano de lanzamientos estimulantes como este, sostenido en su caso a golpe de carisma. El disco que ahora presentan, Bacán, ratifica su estado de gracia y abre una nueva etapa en el grupo, consolidado como está ya en el circuito de directos barcelonés y con un disco de larga duración ya que exhibir entre las muescas victoriosas de su discografia, integrada hasta la fecha por dos lanzamientos previos igualmente destacados.
Bacán recupera algunos de los temas del cassette Cuático editado originalmente por Famélic, sello que se lanza ahora a la edición del primer LP con la convicción que requería el momento. El resultado son 9 canciones que dejan la sensación de obra acabada, completando el primer capítulo de una de las bandas más prometedoras del momento
LA FUERZA DEL DIRECTO. La primera vez que les vimos en directo fue en la presentación del UNDERZINE 1, aquella maratón de conciertos (casi) improvisada que realizamos en La [2] y que unió a bandas como Mourn y los propios Opatov antes de sus respectivas eclosiones, junto a bandas como Tartana o Càlido Home. Ya por entonces no sorprendió su explosivo directo, al que llegamos seguramente sin preaviso de lo que nos esperaba, más allá de las referencias que tenían publicadas hasta el momento, entre las que se encontraba aquel cassette con el que empezaron a formalizar su relación con Famèlic Records.
Lo que vimos entonces nos puso ya en alerta de lo que vendría después, una fulgurante ascensión ejemplificada con sus sonoros triunfos en el Bala Perduda y el Proyecto Demo que les ha puesto en el mapa musical a gran escala, abriendo en las presentaciones de discos como Salvaje Montoya o Mujeres como perfecto ejemplo de ello, dejando como resultado una de esas ocasiones en las que tópicos como “banda del momento” toman un significado más o menos certero, o próximo a la realidad.
No sorprende, aunque ello no quita que no deba aplaudirse, que entre todo este tiempo de exposición mediática y ruido en las redes no hayan dejado de preparar su disco de debut, un Bacán (Famèlic Records, 2015) anunciado por el sello en plena resaca del Bala Perduda, donde se impusieron a otro de esos grupos del momento como Zephyr Bones.
CONFIRMANDO EXPECTATIVAS. Bacán vendría a ser la continuación de todo lo que venían mostrando antes de la llegada de estos días felices, un disco redondo y sin apenas altibajos, grabado puede que no en plena madurez de la banda pero si en su plena efervescencia, algo que les permite exhibir en su salto al formato físico algunas de esas sensaciones que en su directo ya exhibían, alternando su capacidad para generar himnos con pasajes más psicodélicos.
Para nada unos recién llegados -Famelic se fijó en ellos después de un Hoteler, festival al que se asomaron por primera vez en su edición de 2013- y con un directo pulido con el paso de los años “desde 2010 somos Opatov”, nos comentaron en la entrevista que nos concedieron a principios de curso, recuperando unos orígenes que nos llevan a los años de instituto, cuando las primeras sinergias entre los integrantes de la banda empezaron a producirse en realidad- que hace de este Bacán más una carrera de fondo que una aparición por sorpresa. “Desde aquel Hoteler las cosas no han parado de crecer a poco a poco”, nos ampliaban entonces, remarcando la importancia capital para ellos del directo como elemento identitario de la banda al sostener que “nuestra idea es no reproducir una vez tras otra una canción que tienes grabada, así que intentamos ser más o menos flexibles y dejarnos llevar en los directos”, dándole una nueva salida a las canciones
El resultado es un disco que toma y amplía lo mostrado en Cuático, incorporando a las cinco canciones ya conocidas cuatro nuevas para completar un álbum grabado y mezclado por Marco Morgione. I, Ignorant, Spiders y sobre todo No lo ves forman parte de esta nueva tanda, situando oportunamente al final de la grabación la estupenda Mad Bunch con sus casi nueve minutos de expansión. Todo ello para darle a las canciones -a las nuevas y a las ya conocidas- el formato que seguramente pedían. El cassette de Famèlic, al que se le adivina un futuro de culto, quedará pues como los (necesarios) primeros pasos para que los temas de Cuático cuajen con la firmeza y solidez que lo hacen ahora.
Concluyendo con su apartado visual, el art-work ha vuelto a correr a cuenta de Cristina Ronquillo, responsable habitual de todo el apartado gráfico y visual de la banda, repitiendo tareas en el trabajo más ambicioso hasta el momento de Opatov, captando ese momento de expansión que atraviesa la banda con la ilustración disponible bajo estas líneas.
Escucha el disco en Bandcamp: