Ty Segall, libre de corsés, reaparece en solitario con un trabajo que entronca en parte con Manipulator
El ritmo de publicación y la solvencia de Ty Segall a la hora de seguir sorprendiéndonos cada poco meses seguramente daría para mucho más de lo que podamos comentar aquí. Su capacidad para presentar nuevas referencias de manera continuada a través de un abanico ecléctico le ha permitido construirse una vía cargada de matices, que tiene en Emotional Mugger (Drag City, 2016) su última muestra hasta la fecha. El disco, disponible en vinilo, cassette y CD, sucede en intenciones su igualmente destacable Manipulator, del que retiene su vena más pop, por más que aquí la vista de acotaciones abrasivas suban varios grados.
El álbum ha llegado acompañado de una pátina de crecientes expectativas, reforzadas por la hábil campaña de promoción marcada por Segall antes de su salida, entre las que destacaba su difusión en formato VHS a los medios especializados, además de los vídeos publicados en su página web, de toque por cierto algo bizarro. El mismo tono inquietante de esos vídeos aparece en la portada -una terrorífica muñeca de porcelana sin ojos-, dejando como poso una sensación incómoda que no se desvanece del todo tras la escucha de las canciones. Guitarras ruidosas, sintes y un registro vocal áspero le aportan al disco un registro caótico y multiforme, como si cada track buscase, casi siempre encontrando acomodo, su propio habitat para brillar como pieza independiente al relato global del disco. El resultado es un álbum solvente con momentos muy altos -«Candy sam» destaca ahí sobre el resto- e incluso novedosos frente a lo escuchado hasta el momento, como nos ocurre en “Mandy cream”.
Destaca a su vez la falta de prejuicios con la que se ha afrontado la composición de un disco que deja la impresión de preocuparse mucho por la recepción que acabe teniendo, un ejercicio de libertad musical al que Tygal llega envuelto en confianza, la suficiente como para permitirse concesiones (“Diversion” recuerda más al Segall de Fuzz que al de su proyecto personal), dibujando en fin un lienzo personal de alto calado llamado a levantar controversias entre admiradores y detractores. No parece poca cosa.
FICHA:
Ty Segall – Emotional Mugger | Drag City
Nos gusta por… Reencontrarnos con el Ty Segall más expansivo, y su valentía a la hora de presentar nuevo material sin reparar en la posible recepción crítica que pueda recoger.
Canciones favoritas: Candy Sam, Diversion, Mandy cream.
Escúchalo en NPR: