Oso Leone dieron por finalizada su gira el pasado sábado en La [2] de Apolo llena hasta la bandera. Sus música folk rock progresiva puso el punto y final a una minigira por nuestro país presentando su primer y homónimo álbum Oso Leone (2011, Foehn Records). Crónica de IRENE MASOT y fotografías de SERGI MIRÓ.
Y finalmente aparecieron. Después de haber presumido de un sold out en el Festival Emergència!2012 el pasado mes de febrero, la última vez que visitaron la ciudad condal, Xavier Marín, Paco Colombàs y el resto del grupo decidieron abrir una lista de 150 personas para aquellos que se quedaron sin su entrada el pasado 18 de febrero. Y volvieron a llenar.
Fue instalarse en el escenario de La [2] de Apolo, concurridísima, y empezar a sonar los acordes iniciales de Fire, uno de sus primeros temas. Fire, precisamente eso era lo que prometían. Y no defraudaron. Los allí presentes estábamos deseosos de aquellas guitarras, de la percusión y de los arreglos esculpidos al más mínimo detalle. Del silencio. De que jugaran con nosotros alternando los rítmos de sus canciones. De pillarnos por sorpresa entonando versos fuera de tempo y sorprender con propias covers de sus propios temas.
Siguieron con Lobo. Y no hay dos sin tres. Rebellion era la siguiente pieza con la que pretendían, y lograron, levantar, despertar y reivindicar que aquel era su tema, que hacer música es a lo que se dedican y que aquella era su ópera prima que siempre iban e íbamos a recordar.
Así pues, las seis primeras canciones sirvieron para tenernos a todos contentos, tanto a los fans como a aquellos que fueron engañados por sus amigos. Papermoon, Falcó y la misteriosa Benben Stone.Pero sobre todo sirvirvió para confirmar que su primer álbum había calado entre la mayoría de los allí presentes.
Poco después, Paco Colombàs decidió anunciar, con acento mallorquín delatador, que lo que venía a partir de ahora eran nuevos temas. Nuevos por así llamarlos, ya que después de que presentaran Ficus en el Emergència, para cuando regresaron a Barcelona, la gente ya sabía perfectamente cuando entrar en cada estribillo, cuando sonaría la guitarra de Xavi y sería cortada por el pad de percusión de Paco. Y luego se hacía el silencio. Oso Leone supo cuando hacernos estallar en cada canción, por mucho que River o Samphire todavía nos sonaran a melodías extrañas.
En su momento quedasteis todos avisados de que volveríamos a hablar de este grupo mallorquín y sin duda alguna, me permito el lujo de ir predicando que son lo mejor de lo que el panorama de la música independiente española puede presumir a día de hoy.