Ya está en marcha desde principios de mes el proceso de inscripciones para participar en el concurso de bandas Bala Perduda que se celebra en la Sala Apolo de Barcelona cada año desde hace tres, con el premio de poder tocar en el escenario Pro de Primavera Sound como uno de sus grandes alicientes. El festival amplia y mejora este año sus premios (la convocatoria con las bases y premios están disponibles en la web de Apolo) y mantiene su vocación de presentarse como altavoz de formaciones emergentes, después de haber acogido a bandas como The Saurs, Opatov o Boira (ganadores de las tres primeras ediciones del certamen) u a otras como The Zephyr Bones, Pane, NITCH o Kelly Kapowsky, por citar algunas.

Hablamos con la organización para pasar revista a lo que llevamos de Bala Perduda hasta ahora, tres ediciones con finales muy disputadas, importantes a la hora de acabar de lanzar a grupos en plena expansión.

Texto: R. IZQUIERDO | Fotografía de portada: Böira (ganadores de Bala Perduda 2016)

Bala Perduda celebra este año su cuarta edición. Desde el principio buscó convertirse en un escaparate para nuevas bandas. ¿Qué balance interno hacéis?
Muy positivo, tanto en calidad como en cantidad. Hemos visto que se ha convertido en una herramienta eficaz para tomar el pulso de lo que va a venir, los medios cada vez se hacen más eco y la industria ya nos empieza a conocer. Es muy satisfactorio ver que tal grupo actuó por primera vez en Bala Perduda y saber que ya tienen sello o que les han fichado para tal festival…

Imagino que uno de los esfuerzos es mantener el equilibrio emocional: a nadie le gusta perder y al final hay un solo ganador. ¿Qué es lo que más valoráis en el trato humano con las bandas?
Definitivamente la sensación de calidez, felicidad y agradecimiento que transmiten las bandas, nervios a parte, a lo largo de toda la jornada de su semifinal o en la gran final. Todas las bandas son conscientes de que están participando en un concurso y que la decisión final es una mezcla al 50% entre la decisión del público y del jurado. Aunque alguna vez ha habido alguna polémica tras los resultados, es algo que pocas veces involucra a los grupos que participan y suele quedarse más bien en la desilusión del público, al ver perder a la banda que han venido a ver y apoyar. Al final, los grupos siempre se marchan contentos, agradecidos y con la promesa (o la ilusión) por ambas partes de repetir alguna vez actuación, en la sala, ya fuera del concurso.

Lo cierto es que repasando el cartel de las tres primeras ediciones la propuesta sirvió como punto de partida para varias bandas, en el sentido que tocaron en una sala como Apolo por primera vez entonces.
Sí, para las bandas que comienzan, poder tocar en una sala profesional lo consideran casi un premio y como punto de partida es una experiencia que no muchas bandas emergentes suelen tener. Y no sólo tocan para su público sino que también lo hacen delante de un jurado compuesto por profesionales del sector. En cada concierto, a parte del jurado fijo (Apolo y Primavera Sound) nos acompañan un miembro de prensa especializada, alguien relacionado con la indústria musical (sellos, festivales, estudios) y un artista, con la intención de crear un vínculo directo entre lo profesional y lo emergente. Si además añadimos que a partir de ahí han ido a festivales de renombre, se meten en un estudio de grabación profesional y actúan en la tele, el altavoz que se genera no es el mismo que la banda que sale de su local y toca por bares o se autoedita un EP. Creemos que es un muy buen punto de partida.

Más allá de las grabaciones uno de los premios es tocar en el Primavera Sound a través de Primavera Pro. ¿Qué sinergias se dan con el festival, más allá de conexiones directas?
En cuanto a sala nos ayuda a programar y a traer ciertos grupos emergentes extranjeros que de otra forma sería difícil que conociéramos. Funciona como una plataforma idónea para, sin moverte de tu ciudad, tener la oportunidad de conocer y tratar a tus homólogos, y así intercambiar experiencias sobre proyectos, conciertos, etc…

Grupos como Twin Drama lograron tocar en la misma edición que se presentaron. ¿Lo veis como un elemento más para buscar nuevas bandas, dentro de la política del PS por apostar por bandas noveles para algunas de sus ramas?
Es nuestra intención, y nos haría muy felices que así fuera. Bala Perduda es un escaparate donde ir a investigar y descubrir música. Si conseguimos, independientemente de si los grupos pasan o no a la final, que se cree una dinámica en la que un profesional escucha un grupo en la sala, le gusta y decide programarlo más allá del premio del concurso, habremos cumplido uno de nuestros objetivos principales. Que Bala Perduda sea una plataforma de referencia  donde ir “ a cazar talentos”,  para nosotros, es la mayor de las recompensas. 

Este año aumentáis los premios. ¿Qué incorporaciones habéis planteado y por qué?
Por suerte nos han ofrecido distintos premios para esta nueva edición, como un curso en Taller de Músics o un bolo en la sala Musicbox de Lisboa, lo que incrementa el valor de la convocatoria, convirtiéndola probablemente en uno de los concursos de bandas emergentes del estado con más y mejores premios. La idea este año es que no se concentren los premios tanto en el primer ganador, sino que se repartan entre todos los finalista. Es una forma de poder ayudar a más bandas y de hacerlo más atractivo. Estamos pendientes de algunas otras confirmaciones que aún… ¡son sorpresa!