Andalucía es uno de los destinos más ‘trendy’ para pasar los días de vacaciones cuando llegan las fechas de Semana Santa. El fervor religioso inunda las calles, y las gentes se entregan completamente a la causa. Si la tradición nos parece ‘mainstream’, en Granada no es un problema. La ciudad es bella, acogedora y espera al visitante para demostrar que tiene todo lo que se busca. Por PICOTT GIRL
Habíamos oído hablar de las maravillas de esta ciudad, pero hasta que no estuvimos allí no lo creímos. El clima, más primaveral que en cualquier otro sitio, invita a disfrutar de la ciudad, y cuando alguien decide celebrar esta explosión de belleza tomando algo, seguramente en algún momento piensa ‘me quedaría aquí para siempre’. Es imposible enumerar todos los bares de tapas (son infinitos, seguro!) y de copas que se pueden ver, así que hemos tratado de hacer una especie de selección de distintos sitios que se podrían visitar en una noche, ya que todos están céntricos y podemos andar de uno a otro.
¿Por dónde empezamos? Estamos en Granada, por supuesto, empezamos por las tapas! Ya sea acompañados, o esperando a alguien, como Jota de Los Planetas en el Amador. Una de las calles más recomendables para tapear es la c/Navas, en la que una lista enorme de bares esperan para ofrecernos las tapas más típicas, gratis. En la mayoría, pedimos nuestra bebida y podremos escoger entre la oferta de tapas, y responder lo que queremos cuando oigamos la voz del camarero, siempre amable, que nos interroga: ¿De tapita qué queréis? Uno de los más famosos en esta calle es Los Diamantes, existen dos locales distintos en la misma calle, y el pescado es delicioso.
Además de esta calle están los más clásicos, como La Castañeda, en la c/Almireceros. Cuando entramos, vemos una barra larguísima coronada por decenas de jamones que son sin duda el objeto de deseo. Los platos más típicos y de calidad para los más tradicionales en lo que a tapas se refiere, están aquí. Si buscamos algo más alternativo, en Granada también lo encontraremos. Uno mítico: Candela, en la c/ Pavanelas, en pleno barrio del Realejo. El ambiente del bar es muy agradable y fresco, tienen bocadillos deliciosos y una música muy acertada. Sea como sea, habremos empezado bien.
Podemos seguir tomando una copa tranquila en un lugar poco transitado, casi mágico. En la Plaza de Los Lobos, muy cerca de la catedral, encontramos un local que por fuera parece pequeño y oscuro… y cuando entramos descubrimos un auténtico museo. Se trata del Bohemia Jazz Café, un bar en el que sólo suena jazz (también en directo) y en el que se acumulan el mayor número de objetos de coleccionista por metro cuadrado del mundo. Podemos tomar un cóctel apoyados sobre un piano, mientras vemos libros, pequeños objetos de culto para melómanos (reproducciones de coches, radios, libros, fotos de grandes figuras del Hollywood de los 50…) Esto es lo que llaman un placer para los sentidos.
Tras la copa tranquila, podemos hacer la copa movida. No muy lejos de allí, se encuentra la zona de las calles Pedro Antonio de Alarcón y Sócrates, y allí encontramos un auténtico ambientazo, con colas enormes en la Chupitería o en El Pollo Fresco (por motivos distintos) y bares muy interesantes como La Percha, donde podemos tomar algo y ver conciertos prácticamente todos los días de la semana, Amsterdam, un bar con estética de antigua cocteleria en el que podemos tomar un buen gin tonic por sólo cuatro euros y medio, o el Peatón, un bar indie por definición en el que merece la pena entrar para ver que está decorado como si fuera un paso de peatones, y de paso bailar algo de Beach Boys.
Si después del atracón y de las copas queremos bailar, muy cerca de allí se encuentra el Plantabaja, un bar-discoteca con dos plantas en las que suena indie-pop y algo de electrónica. Arriba se puede tomar algo más tranquilamente, y abajo es el lugar perfecto para marcarnos unos bailoteos. Otros dos sitios de referencia son Vogue, con indie-rock y electrónica y Boogaclub, mucho más ecléctico e igual de imprescindible.
La noche es corta en Granada, como todas las cosas buenas. A pesar de que los bares no tienen prisa por cerrar, todo llega a su fin. La buena noticia es que al día siguiente, la ciudad seguirá esperándonos, como siempre, con los brazos abiertos.
Agradecimientos (efusivos) a nuestros guías expertos en Granada: S.P. y S.B