Casi cuatro años después de la publicación de su disco de debut, el homónimo Black Islands con el que se presentaron en sociedad, Black Islands están de vuelta con Disco Nuevo (Mama Vynila, 2018), trabajo con el que revisitan muchas de sus constantes musicales, haciendo que suene todo mejor. Con algunos cambios más evidentes que otros -el paso al castellano sea tal vez la más obvia- el grupo se las ingenia para firmar un disco notable, sumándose al carro de propuestas de altísimo nivel para este 2018, al menos en clave local, que es la que nos ocupa aquí.
Tras varias vicisitudes vitales repartidas a lo largo de todo este tiempo el grupo entrega un puñado de canciones pegadizas y sinceras, que se benefician tanto del impacto emocional de sus letras (ahí queda ‘Hospital’ como respuesta a las propias vicisitudes de la banda) como de las sinergias entre sus cuatro componentes, de las que sale un sonido reforzado, en clarísima línea ascendente. La guinda la ponen las notables colaboraciones que aparecen a lo largo del disco -Las Ruinas y Tronco, grupos en sintonía con lo que aquí se cuenta- y un notable artwork, guinda perfecta para un trabajo que es mucho más que un segundo disco. Es si acaso la poderosa confirmación de Black Islands.
Texto: R. IZQUIERDO | Fotografía: cedida por BLACK ISLANDS
«En Disco Nuevo hay más dramas que en un cuadro de Velázquez»
Empezando con algo facilón. “Disco Nuevo” es vuestro nuevo disco. ¿Qué tal si nos ponemos en situación? ¿Qué nos ha llevado hasta aquí?
Supongo que el destino nos ha juntado de alguna manera gracias a “Disco Nuevo”. Y nos alegra.
Cuando os entrevistamos en Ultra-Local para 2.000 Enemigos más o menos hablamos del proceso creativo del grupo. ¿Cómo es el trabajo interno de Black Islands? ¿Cómo trabajáis el esqueleto de las canciones?
Normalmente cojo el móvil y la guitarra y me encierro en el baño que tiene siempre buena reverberación. Allí grabo pequeños audios de guitarra y de voz. Hago mini estructuras de canciones. Cuando surge algo interesante se lo mando al resto del grupo y lo vamos trabajando entre todos en el local. Cada uno le da su toque. La combinación de cada uno es lo que luego hace nuestro sonido. Si todo el mundo esta a gusto tocando la canción, entonces la canción se incluye en el siguiente disco. Para este disco se tomaron unas 800 notas de texto y unos casi 500 audios de guitarra y voz.
El disco aparecerá en físico con Mama Vynila. Conociendo a Gus, está claro que vio algo en el disco y en vosotros mismos para apoyar la edición. Hasta donde sé la edición del disco ha pasado por diferentes niveles, después del interés previo de otros sellos. ¿Cómo habéis vivido todo el proceso de salida del álbum, desde que acabáis las canciones hasta que lo enviáis a fábrica?
Como una montaña rusa. Mandamos el master a seis sellos distintos. Se interesaron por el disco dos de ellos, uno grande y otro pequeño. Con uno nos intercambiamos muchos correos durante meses y hasta un contrato para editar 5 discos. Y el otro nos dijo por messenger que le encantaba el disco y que para la edición tendríamos que compartir gastos. El sello grande demostró ser puro business y el otro pura honestidad. El contrato se evaporó por motivos que aun desconocemos y editamos con Gus, en Mama Vynila. El destino es sabio. Estamos donde nos toca estar. Creo que al menos podemos decir que estamos en un sello que tiene interés real por la sub-cultura.
Supongo que en ese proceso la autogestión de la banda habrá sido importante, y necesaria para mantener a flote la intensidad que el disco se merecería.
En el primer disco aprendimos a trabajar en equipo y autogestionarnos. Hicimos buenos amigos y nos comimos nosotros solitos lo bueno y lo malo de sacar un disco. El segundo es más fácil porque ya no tienes que empezar de cero.
Una de mis canciones favoritas es ‘Juventud perdida’. Tiene frases realmente jodidas como ‘Es mi mente la que mata’. ¿Qué hay del proceso compositivo de las letras?
Creemos que muchas canciones nacen del miedo a determinadas situaciones. Por ejemplo en “transfobia” hay miedo al cambio o a la transformación , en “Hospital” y en “King Kong, el Último Abrazo” hay miedo a la muerte, el miedo a que te quieran mal aparce en “Ora Pro Nobis” y por ejemplo en “Juventud Perdida” hay un cierto miedo a dar el paso y sentirse rechazado. En definitiva, en “Disco Nuevo” hay más dramas que en un cuadro de Velázquez. Venimos de unos años turbulentos y al final esto se ha ido colando en las canciones. Creo que por ejemplo si no hubiésemos tenido que hacer tantas visitas a hospitales en los últimos años no hubiese salido una canción como “Hospital”. Al final se trata de absorber lo que te rodea para transformarlo en algo creativo. Resumiendo, este disco es un grito de supervivencia.
En ese tema hay una de las colaboraciones que se pueden escuchar en el álbum. Podemos escuchar colaboraciones de Tronco o Las Ruinas. ¿Son grupos con los que sentís una conexión especial? ¿Con qué grupos del circuito local sentís más afinidad?
Absolutamente, Las Ruinas son amigos nuestros y sus discos siempre nos inspiran. Hay admiración por su creatividad y por su honestidad como grupo. A Tronco los escuchamos por Bandcamp antes de que ficharan por Elefant. La voz de Conxita fue un flechazo. Conxita es amor y creemos que con sus colaboraciones se compensa un poco tanta guitarra y grito. Y además vive en El Prat como Manu, con lo cual todo queda en casa. Nos gusta colaborar con gente con la que sentimos afinidad.
En ‘Chaqueta de entretiempo’ hay casi una metacanción, con la alusión directa a Las Ruinas. Eso me ha hecho recordar canciones precisamente de Las Ruinas, en las que hay alusiones directas a determinados aspectos de la escena local, algo que en cierto modo sucede también en este tema.
Exacto, “Chaqueta de Entretiempo” está muy inspirada en la música de Las Ruinas. Ellos a veces mencionan a otros grupos y por una vez alguien tenía que mencionarles a ellos. No sé si somos los primeros en hacerlo. Las Ruinas ya son patrimonio de esta ciudad.
No sé si ‘Montaña mágica’ tiene puntos autobiográficos, pero lo cierto es que es una canción que me encanta. Todo ese proceso de construir algo podría aplicarse a cualquier banda. ¿Es vuestra canción más optimista?
No habíamos caído en que era la más optimista. Desde luego lo es. Es la canción que resume los comienzos del grupo. El grupo no existiría si no fuera por la decisión de Pedro y mía de irnos juntos a vivir al campo y construir allí una casa. Es una zona con pocos habitantes pero con mucha presencia animal. Desde la cocina vemos Port del Compte. Además hay un montón de espacio para alojar a los amigos. Es el lugar perfecto para montar un grupo y no molestar a nadie..
Temas como ese están claramente llamados a conectar con el público, sobre todo en directo. Supongo que a ello le beneficiará el hecho de que todas las canciones estén compuestas en castellano. A nivel formal es el cambio más radical respecto a vuestra producción previa. ¿Hubo debate interno al respecto?
Personalmente necesitaba más libertad a la hora de expresarme. Lo consulté con los demás y les pareció bien. Esta vez quería contar historias bastante más concretas.
Hablando de la grabación en sí, habéis trabajado con los hermanos García en cal Pau y Ultramarinos. ¿Cómo fue la grabación? ¿En qué hubo más aportaciones por parte de Santi?
Santi hace que todo suene bien. Nos conoce bastante ya. Sabe nuestros punto fuertes y nuestros puntos débiles. La grabació fue corta porque grabamos en directo y en la mitad de días con respecto al anterior disco. Eso contribuyó a darle frescura e inmediatez al disco. Además Cal Pau Recordings es como una casa de colonias para los grupos. Hay momentos para relajarse, salir al campo a pasear y hasta tienen un criadero de caballos. Fue una gran experiencia.
El otro día empezasteis a enseñar las nuevas canciones en Sidecar, abriendo en un concierto montado por Extrarradio. ¿En qué momento estáis de directo?
Estamos justo empezando a probar el disco en directo. Poco a poco iremos domando las nuevas canciones. En Sidecar moló bastante. Para ser un miércoles vino gente.
Siguiendo con el directo, ¿cómo véis hoy en día el circuito local? ¿Es más fácil montar bolos ahora que cuando sacasteis vuestra primera referencia? ¿Vamos a peor o a mejor?
La verdad es que cuando compartimos escenario con grupos del circuito local muchas veces flipamos con el nivel .Hay autenticos grupazos. Es una pena que no todos tengan la exposición que se merecen. Siempre me ha parecido complicadísimo lo de encontrar sitios para tocar. Creo que en este sentido hemos tenido suerte que nos llamen.
Creo que a nivel de medios ha habido una respuesta muy buena. ¿Es vuestro trabajo más ambicioso?
Nunca habíamos tenido tanta exposición. Tanto Gus como nosotros estamos un tanto sorprendidos. No sé en que se traducirá pero espero que en algo bueno.
¿Qué podéis contarme del aspecto visual del álbum? ¡Me flipa el art-work!
El art-work de Cristina Daura es maravilloso. Queríamos una portada que ilustrara bien el contenido del disco. Después de mandarle las demos y las letras del disco, ella decidió ilustrar algunos de los elementos y personajes que le parecieron curiosos del disco, como por ejemplo, el martillo y la maza de «Montaña Mágica» o el jinete sin cabeza de “Transfobia
Última pregunta: En ‘King Kong’ cantáis “Aún no estamos muertos”, algo que queda claro con la recepción que ha tenido el álbum. ¿Planes de futuro inmediatos?
De momento hay unas decena de fechas previstas para ir presentando el disco en distintos puntos de la península. Paralelamente ya estamos trabajando en nuevas canciones. No pasarán otros 4 años sin sacar nuevo disco.
Próximas fechas:
03/03 | El Prat de Llobregat – La Capsa (con Lagartija Nick)
10/03 | Madrid – Wurli
16/03 | Barcelona – Sala Meteoro (con Saïm)
24/03 | Mataró – Espai F (Tiger Mosquito)
08/04 | Santa Coloma de Gramanet – El Cinc
21/04 | Sabadell – Balboa
30/04 | Puebla de Sanabria (Zamora)