Santa Ferida (Halley Records, 2015) fue un disco de una importancia excepcional, del que hablamos en su momento con el propio Ferran. Lo sería ya solo por el impacto que causó en el momento de su estreno, pero a eso hay que sumarle lo extraordinario que supuso la consolidación del proyecto en paralelo de Ferran Palau al margen de Anímic. La notable acogida que tuvo, las sinergias sumadas junto a sus compañeros de banda y su capacidad para compaginar los timings con el grupo que se dio a conocer hicieron el resto: ahora sabemos que, cuando acaba la gira de Anímic, si tenemos suerte habrá nuevo disco de Palau en solitario.
De nuevo con producción de Jordi Matas, éste Blanc (Halley Records, 2018) nos devuelve al mejor Palau, firmando una nueva remesa de preciosas y emocionantes canciones, habitando un espacio imaginario común al de Joan Pons, reencontrado aquí en la batería y con quien presentará este jueves disco para el ciclo Curtcircuit en la Sala Apolo de Barcelona. «No me imagino la vida sin canciones, creo que me ayuda un montó en la vida porque pase lo que pase siempre tienes un camino delante tuyo y nunca andas perdido por ahí«, nos cuenta cuando le preguntamos por la conexión con sus canciones, pequeñas píldoras de un buen tipo haciendo algo excepcional con algo tan fácil y difícil a la vez como el contar historias desde arriba de un escenario.
Ferran Palau presenta Blanc este jueves en la Sala Apolo de Barcelona, junto a El Petit de Cal Eril -puedes revisar la entrevista que Lluís Rueda le realizó a propósito del fin de gira de La Força– y nuestro amigo Pedro Vicente del Roble de Black Fanegas y Aiguamoll Records le ha entrevistado para saber algo más sobre el camino que le ha llevado hasta aquí.
Más información sobre el concierto de este jueves en su evento Facebook.
Introducción de R. IZQUIERDO | Entrevista de PEDRO VICENTE DEL ROBLE | Imagen de portada de MARTINA MATENCIO
Acabas de presentar tu tercer largo. Todavía recuerdo cuando sorprendistes a todos con “L’aigua del Rierol”, disco con el que te estrenaban en solitario ¿Qué diferencias ves entre ‘Blanc’ y ‘L’aigua del rierol’, tu primer disco en solitario?
Son dos discos que forman parte de etapas muy distintas, así que son diferentes en muchas cosas. En estética, textura atmósfera, en las letras mismas o por la edad en que los grabé, etc… Estoy orgulloso de mi primer disco, ¡pero este me gusta mucho más!
Tal como lo veo yo, has ido cambiando el sonido poco a poco de un toque casi medieval a un pop que podríamos considerar más contemporáneo. Hasta ahí, ¿se llega solo, Jordi Matas empuja desde la producción o tendríamos que citar a Darwin y hablar de selección natural?
En mi yo más profundo hay una especie de cantante folclórico pero eso ahora no me interesa. Me preocupa mucho el equilibrio entre modernidad y a temporalidad, hacer algo fresco y perdurable. Pero luego hay otra parte de mí muy random que hace las cosas sin pensar ni preocuparse demasiado.
¿Qué ritmo de producción seguisteis? ¿Fue una grabación pausada o fuisteis “per feina”?
En componer las canciones he tardado unos tres años pero grabarlo fue relativamente rápido y fácil. No he pisado un estudio de grabación en mi vida, así que cuando grabo estoy en mi casa muuuuy relajado.
Una triple pregunta. Tengo entendido que en la grabación lo grabasteis todo Jordi y tú. ¿Cómo lo hacéis para trasladarlo luego al directo con Joan en a batería y Dani en el bajo? ¿Se reinventan las canciones o se adaptaron a lo que trabajasteis previamente? Y ya desde un punto de vista curioso y personal, ¿cuesta encontrar horas para encontraros para ensayar, teniendo proyectos tan cruzados?
¡Pues ni te imaginas lo mimetizados que estamos los cuatro! Cuando grabé las baterías de Blanc tenía en la cabeza la manera de tocar de Joan y lo hice todo pensando en el. Dani y Jordi tienen un estilo de tocar el bajo muy particular, una estética muy clara. Sobre los directos, estoy convencido de que van a transformar las canciones seguro, siempre sucede sin tener que hablar de nada. Vamos muy liados y hemos ensayado tres o cuatro veces, así que preferimos q el directo este vivo y todo lo que tenga que pasar sea en el escenario.
Hay canciones muy personales, como ‘Tornar a començar’. ¿Te inspiras en tu vida cotidiana para componer?
No suelo trasladar mi vida cotidiana a las canciones para nada, pero eso no significa que las cosas que me suceden o la gente que amo estén de una manera u otra en mi música. Tal y como yo lo veo, mi manera de escribir es todo lo contrario a lo que se entiende como costumbrismo.
La etiqueta de pop metafísico es algo que con el tiempo hemos asociado todos a lo que hacéis Joan y tú. Con Joan colaboraste ya en 2009 con Cançons de Nadal. ¿Recuerdas cómo llegáis a esa ‘etiqueta’?
Cuando hablamos de pop metafísico es porque realmente estamos haciendo nuestra propia movida, la entendemos así. Hay ciertas palabras como ‘metafísico’, ‘psicodelia’ o ‘género’ que usamos continuamente para cualquier cosa, pero nosotros vivimos en nuestro mundo y nos gusta poner nombres a las cosas. Yo por ejemplo le llamo Kevin a todo el mundo.
Aprovechando la pregunta anterior, ¿donde nace la conexión artística entre ambos? ¿Qué puntos en común ves entre los dos proyectos?
Nuestra conexión es totalmente metafísica! No entendemos nada de una forma muy parecida! (risas)
En Barcelona presentaréis vuestras últimas referencias de manera conjunta. ¿Cuesta compaginar las bandas en la gira de los dos discos? ¿Cómo va la tarea de cuadrar agendas?
La verdad es que sí, ¡es muy difícil! Pero yo me lo tomo con calma: no tengo ninguna prisa para hacer nada. Cuando se pueda tocar tocaremos y cuando no, pues no.
¿Te costó seleccionar los diez temas de ‘Blanc’? El disco es muy compacto, ¿tuviste que descartar algún tema para cuadrar el LP?
Descarté una canción y en su lugar compuse una de nueva. Pero no me sobran las canciones y cuando tengo diez las grabo sin pensarlo porque cada vez cuesta más hacer mierda fresca (risas)
¿Qué rutina sigues a la hora de componer?
Pues me siento con la guitarra y repito una y otra vez algo que me gusta, y luego hago la siesta buscando alguna frase en mi inconsciente. Si me sale la apunto en el móvil. Luego me levanto cojo la guitarra otra vez y pruebo esa frase con la frase de guitarra y si funciona empieza un largo proceso de ir encajando una melodía y una letra que orbitan alrededor de esa primera frase. Eso puede durar un año perfectamente.
Creo que el disco ha tenido una acogida muy cálida, al igual que tu trabajo anterior, Santa Ferida. Debe ser de los discos que, por ejemplo en mi timeline de Facebook, mejor hablan otros músicos. ¿Qué crees que tienen tus canciones para tejer esas conexiones con el oyente? ¿Será la calidez de temas como ‘Serà un abisme?
No tengo ni idea. Intento hacerlo lo mejor posible, como todos los músicos. Me esfuerzo mucho en lo que hago y es una pasada ver como la gente los recibe de forma tan bonita.
A propósito de eso, Martí Sales escribió una preciosa carta de presentación en las notas de prensa, remachadas con aquel “és un verí que no mata. És un verí que purga”. ¿Cantar supone una redención para ti?
Me gusta que ese tipo de conexiones las hagan los demás. Te puedo decir que yo he intentado que el disco sonará muy compacto como si fuera una canción larga pero las canciones se han compuesto en momentos diferentes y cada uno tiene sus particularidades, diría que forman parte de la misma película, unas más y otras menos claro.
Y una última pregunta. Me ha gustado tanto la portada que me la he colgado como un cuadro. ¿De dónde sale la idea conceptual del artwork del disco?
Yo tenía una estética en la cabeza, unos colores y una atmósfera. Quería que la portada fuera una imagen casi icónica, por eso la gorra con la inicial de mi apellido. Martina Matencio encajaba totalmente en ese universo que tenía en la cabeza. Fue mi primera opción desde el principio y cuando me dijo que estaba encantada de participar casi me pongo a llorar. Tiene un talento enorme y una sensualidad que flipas! Soy super fan!