Por alguna razón que se nos escapa, algunos de nuestros discos favoritos nacieron de un dolor insostenible, que dio paso a una producción, lo último de Emmy The Great o el primer trabajo de estudio de Bon Iver surgieron de rupturas dolorosas. En esa senda se sitúa ahora Bowerbirds con la publicación de su tercer álbum. The Clearing no existiría sin la ruptura momentánea de Beth Tacular y Phil Moore y el devenir emocional que la banda pasó tras aquella decisión. Hablar de salto seguramente sería quedarse corto. El resultado es la entrada con honores de la banda en las grandes ligas del indie folk. Por RUBÉN IZQUIERDO
- Bowerbirds vivió un 2009 complicado víctima del estrés derivado de las giras promocionales de sus anteriores trabajos. El estrés puso fin a la relación sentimental de sus dos líderes, Beth Tacular y Phil Moore…
- … Aunque la grave enfermedad que pasó poco después Tacular volvió a reunir a la pareja. Superado el bache físico, ambos se conjuraron para editar su mejor trabajo, pura delicia indie-folk
- Brian Joseph, técnico de sonido de Bon Iver, grabó el disco en Winsconsin, álbum en el que también ha colaborado Sean Carey, miembro a su vez de los citados Bon Iver
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Digamos que el resumen del recorrido emocional del álbum es el que sigue. Beth y Phil lo dejan en 2009 víctimas del estrés, tal y como ellos mismos explicaron en un mini-documental promocional. Tras ello, ambos preparan las canciones de su disco de regreso, aunque los problemas de salud que envolvieron a Beth estuvieron a punto de acabar con la banda. Recuperada de la misma, ambos se conjuran para lanzar su mejor trabajo, dando como resultado su disco más honesto, la obra que mejor define a Bowerbirds y aquella con la que entran en las grandes ligas del indie-folk.
Lo hacen con una esplendorosa carta de presentación, la bella y emotiva Tuck the darkness in, un tema épico que pone al disco en la senda emocional de la que ya no saldrá a lo largo de todo su tracklist, en una armonía de tono épico y sostenido, una oda al hecho de valorar los pequeños detalles de la vida junto a aquellos a los que amamos, el goce de lo efímero como resumen de la existencia.
Tras dos discos com más artificios que los debidos, Bowerbirds destapa toda su grandeza en The Clearing, su mejor trabajo hasta la fecha en un derroche de folk nacido del dolor físico y emocional de sus días más oscuros
Una profundidad de temas, en suma, rotunda para una banda que conoció de cerca el dolor de la ruptura, la lucha contra el dolor ya no emocional sinó que también físico y su catarsis posterior en forma de regreso vital y musical, todo en uno, de la mano de un disco grabado en sus estudios de Winsconsin con Brian Joseph, técnico de sonido de Bon Iver… cuya impronta queda también en el disc de la mano de uno de sus músicos: Sean Carey participa en una de sus canciones más ágiles, Hush, uno de los grandes picos emocionales del disco por más que cueste destacar a uno por encima de una media alta y rotunda, perfectamente equilibrada.
Melodías emotivas, profundidad en las letras y un enorme calado en los arreglos hacen del disco la prueba definitiva de madurez del grupo, formado además por Matt Darmon acompañando a la pareja en su vuelta a la vida y a la música, una decisión como apuntábamos nacida del dolor, que ha servido como impulso y estímulo para pulir las aristas de la banda, mucho más cómoda en su nueva faceta de folk puro, sin antiguas cargas retóricas que lastraron ligeramente sus dos álbumes anteriores, algo que brilla también en In the yard, puede que el tema en el que la influencia de Bon Iver se torna más evidente.
Y es que es ese estudiado equilibrio lo que más destaca en The Clearing, una línea siempre de altísimo nivel musical que tiene en su derroche instrumental su principal razón de ser, por más que la rotundidad de Tuck the darkness in brille con fuerza especial y que el primer tramo del disco sea simplemente inmejorable, una amalgama emocional fundida con una instrumentalización abrumadora, un festín folk que se balancea entre lo pastoral y la épica, todo ello para consagrar un mensaje casi existencialista que parte de dolorosos recovecos personales y que desemboca en el brillo de un propósito sincero en hacer del amor la mejor arma para enfrentarse a la muerte y el dolor.